
El acto de Javier Milei en Córdoba dejó en evidencia una contradicción que atraviesa a toda su gestión: la distancia entre lo que la ciudadanía demanda y lo que el Presidente decide comunicar. Milei eligió Córdoba como escenario porque la considera la “capital emocional” de su triunfo electoral, pero lo que se vio allí fue más un monólogo que un encuentro con la gente.