Ramos y contrastes en el corazón de Salta

Este Domingo de Ramos, el centro salteño se vistió de tradición y fervor religioso. Desde temprano, los vendedores se posicionaron con sus ramos de olivo en las esquinas, mientras la Catedral Basílica se colmaba de fieles.

Salta13/04/2025Ivana ChañiIvana Chañi

DOMINGO DE RAMOS

El inicio de la Semana Santa encontró a la ciudad de Salta en una escena que mezcla espiritualidad, costumbre y contrastes sociales. Desde las primeras horas del domingo, las esquinas del centro se poblaron de vendedores con cajas y canastos repletos de ramos y ramitos de olivo. Los fieles recorrían las calles con paso apurado, algunos comprando antes de dirigirse a misa, otros simplemente admirando el colorido que ofrece el otoño.

El Domingo de Ramos representa para los católicos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, cuando fue recibido con palmas por el pueblo. Es un momento de júbilo que da inicio a la Semana Santa y simboliza el reconocimiento del Mesías. Por eso, miles de salteños acudieron a la Catedral Basílica para participar de las celebraciones religiosas. En los alrededores, la actividad era intensa y la devoción se sentía en el aire.

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No obstante, mientras el fervor llena las calles, una imagen distinta captó la atención de algunos transeúntes. Un hombre, en situación de calle, permanecía sentado sobre la vereda de calle Caseros, frente a una reconocida galería. Con la cabeza gacha y los brazos cruzados alrededor del cuerpo, parecía querer volverse invisible. Su rostro, marcado por la tristeza, hablaba sin palabras del abandono y la exclusión que conviven con la fe popular. Solo con recordar la expresión de alegría de ese hombre cuando le extendí unas galletas que llevaba en la mochila. Un pequeño gesto puede ser la felicidad para algunos.

Mientras la multitud se apresuraba hacia la misa, algunos apenas notaban al prójimo que sufría a pocos pasos. La postal de este Domingo de Ramos dejó en evidencia que la fe convive, muchas veces, con la indiferencia.

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