
Se corrió el velo sobre el manejo de los recursos públicos durante 2026. Fueron expuestas las grandes líneas de lo que podría ser el primer presupuesto de un gobierno que va a ingresar en su tercer año de gestión.
La semana que se inicia hoy está impactada por la situación institucional, configurada por la aplicación de un fallo de la Corte de Justicia. Se trata solamente de un momento de máxima tensión porque el Poder Judicial viene siendo cuestionado en la opinión social y vapuleado por quienes, desde el propio poder político, tienen intereses creados en ese ámbito.
Opinión18/04/2022Son plazos que se van cumpliendo a partir que el 16 de diciembre último, en máximo tribunal declarara inconstitucional la Ley 26.080 que en el 2006 modificó la composición del Consejo de la Magistratura. En el mismo pronunciamiento dio 120 días para sancionar una nueva ley, propósito que el Poder Ejecutivo también sostenía cuando en noviembre había girado al Senado de la Nación un proyecto para llevar de 13 a 17 el número de consejeros.
Los cuatro meses transcurrieron sin que el Congreso acatara el fallo judicial, dejando en pie otra decisión contenida en el fallo de la Corte que es la de sostener la vigencia de la ley anterior a la declarada inconstitucional, que pone la presidencia del Consejo en sus manos. La puja dejó a toda la institucionalidad de la democracia argentina, más allá de su mala calidad, al borde del abismo.
Seguramente el ciudadano común no tiene en foco que el tironeo pasa por no dejar que el sector político partidario, que tiene su expresión en los otros dos poderes, monopolice decisiones que afectan a la Justicia, tanto respecto del nombramiento de jueces como con el manejo de los fondos. Y si tiene en claro lo que ocurre en la cúspide del poder, sabe que nada tiene que ver con el interés general ni, por supuesto, con el bien común.
No es una confrontación menor porque tiene comprometida la acción de los tres poderes. En principio, es el oficialismo el que plantea la resistencia a la decisión de la Corte Suprema de anular una ley y determinar las características de la que debe suplantarla. La primera mirada es que avanza en facultades legislativas que no tiene pero no se puede negar que el cuestionamiento viene de parte de un sector político con deudas pendientes con la justicia. Pero una mirada más profunda muestra que la institucionalidad es la víctima y no la causa de la puja que está al borde del estallido.
En el aprecio ciudadano, el Poder Judicial ha perdido enjundia. A esa decadencia ha concurrido la politización de la Justicia, cuando quienes gobiernan buscan poner bajo su control a los que tienen un papel fundamental en la observación de la legalidad de sus prácticas. Hasta el propósito del constituyente de que a los despachos judiciales lleguen los más capaces, es objeto de maniobras tanto en el Consejo de la Magistratura como en el Congreso de la Nación.
No es menor la concurrencia de la judicialización de la política y no solo el poder intenta transitar un atajo para alcanzar sus objetivos concurriendo a un juzgado para sacar obstáculos. Lamentablemente, el hombre común también debe recurrir a un juez para poder ejercitar derechos que conculcan los gobiernos.
Un ejemplo de ello es la lucha de los jubilados, que desde el retorno de la democracia recurren a sus decisiones para defenderse de los atropellos de Ejecutivos que financian sus aventuras electorales o el asistencialismo, con los fondos generados en un sistema previsional. Lamentablemente no les sirve de mucho, porque en la ineficacia de los fallos queda en evidencia qué significa que la institucionalidad está sucumbiendo en la Argentina.
Salta, 18 de abril de 2022
Se corrió el velo sobre el manejo de los recursos públicos durante 2026. Fueron expuestas las grandes líneas de lo que podría ser el primer presupuesto de un gobierno que va a ingresar en su tercer año de gestión.
Septiembre avanza y con él un escenario político que se va reconfigurando día a día. Lo que se palpa en las calles y en las urnas es que el oficialismo ya no tiene aquel blindaje con el que arrancó su gestión. El malestar es real y cada vez más visible: se expresa en el voto, en la desconfianza, en la distancia de sectores que hace poco estaban dispuestos a darle crédito.
Con la frase ‘lo peor ya pasó’, el Presidente repitió el libreto de sus antecesores. El discurso leído y sin apoyo de sus funcionarios dejó más dudas que certezas y derivó en cacerolazos.
Javier Milei llegó al poder gracias a un sentimiento: el hartazgo. El rechazo a la corrupción, a un poder judicial manipulado y a la impunidad de tantos años fue lo que unió a la sociedad detrás de su figura en un momento de inflexión en Argentina.
Se mantiene un clima de incertidumbre y la celebración que tiene a Salta como un centro de renovación espiritual en esta jornada, fue una oportunidad para que se señalen caminos por los que puede transitar la sociedad para salir fortalecida.
La sabiduría popular asegura que no hay mal que por bien no venga. Luego de una derrota electoral que, en otras circunstancias, hubiese sido solo un dato indicativo del humor social, se abrió un proceso de transición hacia un modelo de vinculación más fructífero entre los gobiernos nacional y provinciales.
El entrenador de la Selección Argentina habló tras la caída en Guayaquil. Analizó la última fecha de las Eliminatorias y destacó el trabajo del rival. También se refirió a la ausencia de Messi.
La noticia sacude a la sociedad, ya que este martes debía comenzar el juicio oral contra él y sus hermanos, acusados del crimen.
CGT y La Bancaria convocan a marchar este 17 de septiembre al Congreso contra el veto de Milei a las leyes de financiamiento universitario y emergencia pediátrica.
El abogado defensor Marcelo Arancibia pidió explicaciones al sistema carcelario por el fallecimiento de Javier “Chino” Saavedra, uno de los acusados por el crimen de Jimena Salas. Sostuvo que el hecho no puede quedar sin investigar.
Tras la muerte de Javier “Chino” Saavedra el juicio por el crimen de Jimena Salas fue suspendido. El tribunal deberá fijar una nueva fecha para juzgar a los hermanos que aún enfrentan cargos como coautores.