Fusión piquetera: el Movimiento Evita y Barrios de Pie se unen para disputar más espacios dentro del oficialismo

Buscan ser una corriente política. Quieren sumar a ministros sin estructura propia y ganar terreno en el oficialismo y en la agenda del Gobierno.

Argentina 11/04/2021

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Representantes de las organizaciones sociales que integran el Gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner: Federic

Ostentan un poder de convocatoria y movilización que casi ninguna organización política de la Argentina posee. Mauricio Macri los sufrió y Alberto Fernández les abrió las puertas del Ejecutivo. Sus principales dirigentes ocupan media docena de secretarías de Estado, despachos en la Casa Rosada, en los ministerios de Desarrollo Social, Educación, Salud y Relaciones Exteriores y bancas en el Congreso.

Ahora, el Movimiento Evita y Barrios de Pie -de ellos se trata- tejen una alianza que busca constituirse en una corriente con peso propio dentro del ecléctico Frente de Todos. Negocian acuerdos con ministros e intendentes sin armado propio y buscan sentarse a la mesa con La Cámpora y el Frente Renovador.

Juntos tienen alrededor de 180 mil militantes en todo el país. El líder de Barrios de Pie, Daniel Menéndez, que es subsecretario de Economía Social en Desarrollo Social habla del nacimiento de una corriente política que agrupará a distintos sectores del oficialismo para instalar temas en la agenda nacional y del Gobierno. En el Evita hablan lisa y llanamente de una “fusión”.

Ese proceso ya se inició. El 2 de abril el líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, secretario de Economía Social -que esta año administrará una caja de $114 mil millones, casi un tercio del presupuesto total del ministerio- fue el encargado de cerrar el congreso nacional de Barrios de Pie.

“Tenemos que incorporar al Frente de Todos la fuerza de los de abajoy para eso tenemos que volver a transformarnos”, arengó Pérsico vía zoom.

En mayo avanzarán en un foro programático que va mucho más allá de los planes de empleo para trabajadores de la economía popular que controlan. “Son respuestas sobre el mundo del trabajo y un país más equitativo. Tiene que ver con la urbanización de barrios, el mercado de alimentos, una empresa argentina de litio y en cómo profundizar el esquema de soberanía sobre el mar y sobre la hidrovía”, precisa Menéndez.

Ya existen conversaciones con ministros, funcionarios e intendentes sin armado político propio. En el elenco de nombres se cuelan desde la presidenta del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, Victoria Tolosa Paz; a ministros de Desarrollo Social, Daniel Arroyo; y sus pares de Educación, Nicolás Trotta; Defensa, Agustín Rossi; Ambiente, Juan Cabandié; y Relaciones Exteriores, Felipe Solá.

El Evita fue la primera agrupación en apoyar la precandidatura presidencial del ahora canciller en abril de 2019. Hoy varios de sus dirigentes ocupan puestos en esa dependencia. Pérsico, Menéndez y el secretario de Relaciones Parlamentarias de jefatura de Gabinete, Fernando “Chino” Navarro, tejen el armado.

La decisión del Presidente de no construir una tendencia propia “albertista” colaboró en la decisión de los movimientos sociales de ampliar su propio armado. Confían en que la asunción de Fernández al frente del PJ Nacional ordenará institucionalmente a los socios políticos del oficialismo.

El martes 30 de marzo el jefe de Estado recibió a los referentes de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) en Olivos. Barrios de Pie y el Evita constituyen la columna vertebral del gremio de cooperativistas que pretende ser reconocido oficialmente por la CGT, a pesar de la resistencia de la conducción de la central obrera. Fernández ya les hizo lugar por primera vez en el Consejo del Salario, que volverá a reunirse a fines de abril para actualizar el salario mínimo vital y móvil. El carácter de la reunión en la residencia presidencial -de la que no se comunicó más que una foto- fue mucho más político-partidario que sectorial. Para el mandatario, el lanzamiento de la nueva corriente oficialista no será ninguna sorpresa. Los socios de la UTEP pretenden que las reuniones con Fernández tengan más periodicidad. 

Los responsables del nuevo espacio interno del FdT creen que la corriente compensará en parte la dinámica del armado oficialista. “El Frente Renovador está articulado, La Cámpora está articulada. Nosotros tenemos matices y en el marco de un peronismo que hasta ahora estaba atomizado, era necesaria esta herramienta. (Sergio) Massa expresa a un sector de la clase media; nosotros estamos más a la izquierda”, razonan mientras se ilusionan con incidir en la estrategia electoral del Gobierno.

Aclaran, por las dudas, que no buscarán disputar el poder del massismo o de La Cámpora, con la que hay diálogo. Enfatizan que ningún otro actor del oficialismo tendrá la capilaridad en las barriadas de los grandes centros urbanos. “La idea es fortalecer el Frente de Todos. El norte es el trabajo”, señalan.

Fuente: Clarín

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