
Se mantiene un clima de incertidumbre y la celebración que tiene a Salta como un centro de renovación espiritual en esta jornada, fue una oportunidad para que se señalen caminos por los que puede transitar la sociedad para salir fortalecida.
El cambio de Ministro de Salud, al parecer, se impuso ante el inicio de una nueva etapa de la pandemia en Salta. El flamante titular, desde su fe, puso a la Provincia en manos de Dios y el nuevo presidente del Comité de Emergencias advirtió que se avecina una situación mucho más complicada que la actual.
Opinión14/09/2020Planteado así, el panorama no es promisorio. Sin embargo, la nueva conducción solo cambió el tono del mensaje que se transmite a la ciudadanía y trata, ante el agravamiento de la situación sanitaria, de mostrar que hay capacidad y voluntad de encararla, allegando los recursos que se demandan.
En principio, se debe considerar que Salta ha ingresado en la curva ascendente que es característico en el desarrollo de una pandemia; en determinados departamentos es muy vertical y no está cerca aún el amesetamiento. Frente a ese cuadro, el peor dato es que el sistema sanitario no estaba -y aún no lo está-, en condiciones para resolver los problemas habituales de la salud de la Provincia y mucho menos un ataque virósico como el que plantea el Covid 19.
La emergencia está desnudando el abandono que sufrió una de las áreas más importantes para cualquier gestión de gobierno, como es la salud pública. De allí la necesidad de volcar todos los recursos en su recuperación circunstancial, con el costo material y en vidas que puede significar.
Una de las descripciones más acabada está contenida en la carta abierta que un médico residente del Hospital San Vicente de Paul, de Orán, colocó en una red social. Es que, precisamente, la ciudad norteña es un acabado compendio de una realidad dramática que bien puede proyectarse a todo el territorio.
Daniel Gatica, un profesional de Medicina Familiar, vivió con su propio cuerpo el resultado de un proceso que lleva décadas y cuyo final se está precipitando como consecuencia del coronavirus. El indisciplinamiento social lo puso fuera del nosocomio donde estaba transcurriendo toda su vida en las últimas semanas.
Uno de los datos más sobresalientes es que en su experiencia de cuatro años en ese hospital pasaron seis Jefes, tres Gerentes y dos Ministros sin que se observe ningún cambio, ni en el establecimiento, ni en el servicio que presta ni en la situación sanitaria. La apreciación debe tener escaso margen de error, teniendo en cuenta que el San Vicente es un hospital cabecera de una amplia región, que también es la muestra de los desaciertos de políticas públicas que abortaron los emprendimientos e iniciativas vinculadas al desarrollo de un área que tiene todo tipo de recursos, hasta hidrocarburíferos.
En su carta abierta, el médico trazó un cuadro del estado de salud de los pobladores de la zona, que pone al Covid sólo como la punta de iceberg. Uno de los párrafos más relevantes destaca que había advertido que cuando llegue la pandemia a Orán haría un desastre y, en su análisis no era una verdad de Perogrullo. En esa población hay secuelas pulmonares de tuberculosis; hay SIDA, desnutrición, obesidad y de diabetes no controlada. Además, y nadie puede asombrarse, las adicciones tienen un fuerte impacto. Esta descripción inserta en un hábitat de pobreza, con hacinamiento y otras expresiones de su alcance, son un llamado de atención de que se corrió un velo y cuando las urgencias y emergencias lo permiten, deberán presentarse soluciones.
Orán es solo un botón de muestra.
Salta, 14 de septiembre de 2020
Se mantiene un clima de incertidumbre y la celebración que tiene a Salta como un centro de renovación espiritual en esta jornada, fue una oportunidad para que se señalen caminos por los que puede transitar la sociedad para salir fortalecida.
La sabiduría popular asegura que no hay mal que por bien no venga. Luego de una derrota electoral que, en otras circunstancias, hubiese sido solo un dato indicativo del humor social, se abrió un proceso de transición hacia un modelo de vinculación más fructífero entre los gobiernos nacional y provinciales.
Finalmente, el presidente Javier Milei vetó la ley de financiamiento universitario. Se avanza ahora hacia la aplicación de la consigna de la comunidad de cada casa de estudios: «Si hay veto, hay marcha».
Esta columna iba a empezar con una semblanza sobre el tiempo del Milagro salteño. Con la imagen de los peregrinos que desde hace días surcan cerros y quebradas y emocionan, porque siguen adelante con el combustible de la fe: esa intuición poética de un pueblo que ni en los momentos más aciagos deja de creer.
La crisis del Instituto Provincial de la Salud no da señales de mejoramiento. Los médicos, que son uno de los principales prestadores, se mantienen en estado de alerta luego de una advertencia de corte de servicios.
Un nuevo análisis sostiene que el presidente Javier Milei profundizó el ajuste tras la derrota electoral. Su mensaje, lejos de estar dirigido al pueblo argentino, tuvo un único destinatario: el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Salta se viste de fe y devoción. Este sábado 6 de septiembre comienza el rezo de la Novena en Honor del Señor y la Virgen del Milagro 2025.
Miles de fieles de distintos puntos de Salta y provincias vecinas caminan hacia la Catedral Basílica. Entre las peregrinaciones más grandes se cuentan las de los Valles Calchaquíes, Santa Victoria Oeste y San Antonio de los Cobres.
El Triduo del Milagro en Salta se celebra del 13 al 15 de septiembre con miles de peregrinos, misas, procesiones y la tradicional renovación del Pacto de Fidelidad.
Cada 14 de septiembre se homenajea a los miles de fieles que recorren rutas y senderos para participar de la festividad del Milagro. La fecha fue instituida por ley.
El Gobierno, a través del Decreto 614/2025, estableció nuevas reglas para feriados trasladables facultando a Jefatura de Gabinete a definir traslados.