Emilio Monzó: “Me duele que dejamos el país con la misma confrontación que la que recibimos en 2015”

El presidente de la Cámara Diputados aseguró que los funcionarios de Cambiemos “aislaron de la realidad” al Presidente. Se mostró dispuesto a “colaborar” con Alberto Fernández y definió a Cristina Kirchner como “la figura más trascendente de los últimos 10 años”.

Argentina 01/12/2019

monzo

Emilio Monzó recibe en su despacho de Diputados a Clarín. En la conversación de más de una hora, el presidente de la Cámara de Diputados y quien fuera uno de los armadores políticos de Cambiemos ​reparte críticas para todos lados, como las que reproducimos a continuación:  

─¿Se sigue definiendo como macrista? 

─No soy del PRO. Sigo siendo un afiliado peronista. Eso va a ser así para lo que me quede de carrera política. El peronismo o la unidad básica es el lugar de encuentro que más me ha enriquecido de mi vida, porque la heterogeneidad está en un lugar físico. Nosotros trabajamos para que Macri fuera presidente y trabajaremos con él hasta el 10 de diciembre. 

─¿Y después del 10 de diciembre? 

─Después del 10 de diciembre voy a trabajar para un espacio político que tenga los mismos criterios que he venido trabajando hasta la fecha. Voy a colaborar para formar una fuerza de centro, que promueva el diálogo y que termine de una vez por todas con la grieta que siempre estamos invocando pero que no hacemos nada para terminar. Voy a poner todo para que sea un espacio amplio, heterogéneo y federal, que son las cosas no hemos logrado durante este tiempo de gobierno. 

─¿Qué país le deja Macri a Alberto Fernández? 

─Primero las cosas buenas: es un país insertado al mundo. Tuvo una política internacional ejemplar. Eso no debería tener vuelta atrás. Le deja un país con reglas de juego más claras, hay mucha más luz. Esto no tiene retorno y es bueno para nuestro país. Por otra parte, dejamos cuentas pendientes muy importantes que vienen de hace muchísimos años: la pobreza y la economía, en términos generales. Se necesita un acuerdo hacia los acreedores, pero también dentro del país para resolverlas. Me duele que dejamos el país con la misma confrontación que la que recibimos en 2015. Primero hay que curar esa herida y, como consecuencia de esa sutura, podremos superar las otras crisis. 

─¿El peor error de Macri se llama Marcos Peña o Jaime Durán Barba? 

─Minimizar en un nombre y un apellido es un error, una ligereza y estigmatiza a una persona para salvar errores conceptuales. El principal error fue con el diseño de gobierno. Marcos Peña ha sido una persona muy importante en el país y ha sido muy importante para Mauricio Macri. Marcos Peña ha mejorado mucho a la figura de Mauricio y ha aportado mucho. El poder es transferido por quien conduce el gobierno y Mauricio lo cargó en exceso, al definirlo como "sus ojos y su inteligencia". El objetivo de Marcos es cuidar a Mauricio y ese objetivo, ese error de origen, marca los errores siguientes. Hace que los gobiernos tengan un perfil más de cortesanos que de gente que legitima políticamente. Ese error te lleva aislarte de la sociedad y aislar al presidente o al jefe de la realidad, porque la perdurabilidad de todos sus funcionarios depende más del humor de quien manda que del humor de la gente. Por lo tanto, termina siendo un gobierno de obsecuentes. El Presidente no se rodeó de gente que tuviera legitimación política propia, que trajera un prestigio anterior frente a la sociedad, que discutiera las órdenes. Los funcionarios de este gobierno casi en un cien por ciento ─salvo Rogelio (Frigerio) y Patricia (Bullrich)​─ dependen del poder de turno, siempre tendieron a mirar más al jefe que a la gente. Esto lo llevó a aislarse y a creer que una semana antes de las PASO podíamos ganar la elección. Y eso nos llevó a que 12 de agosto y durante 10 días viéramos a un presidente desnudo que le endilgaba a la sociedad la responsabilidad del resultado electoral. Vimos a un presidente enojado, porque llegó a una situación tan virtual y la realidad fue tan contundente que no lo pudieron aceptar. Ese es el error principal. 

─¿Qué le pasa cuando Alberto F. dice: “me siento muy cerca de Monzó”? 

─Tengo una muy buena relación con él. Antes de todo este proceso, hablamos de la unidad nacional de cómo podemos ir construyendo puentes entre las partes y terminar con esta confrontación permanente. Eso es lo que nos une. Mi expectativa es que Alberto tiene la oportunidad. El respeto es mutuo. 

─¿Aceptaría un cargo? 

─En este momento quiero irme a mi casa, disfrutar de mi familia, abrir una consultora con mi amigo Nicolás Massot. La política merece una pausa, no podemos estar siempre vigentes. Pero si el objetivo es éste, estoy para colaborar con todos. Voy a colaborar en todo lo que pueda para que Alberto Fernández tenga éxito, porque eso va a hacer que vivamos mejor todos. 

─¿El kirchnerismo es un límite para usted? 

─Fue un límite, pero no tenemos que estar viviendo la vida al límite, hay que darle oportunidades. El kirchnerismo se está diluyendo como tal; se está armando una fuerza política que está superando al kirchnerismo en su esencia. Esto es evolución, no quiero poner límites porque eso nos impide el diálogo. En Diputados nunca tuve un límite para dialogar; tengo un diálogo permanente con Máximo Kirchner, con Wado de Pedro y un respeto hacia ellos como dirigentes políticos. Ponerse límites es una barrera que nos llevó a lo que estamos viviendo en la Argentina, basta de límites. Lo que viene va a buscar lo contrario. El sentido del próximo gobierno va a ser la búsqueda del diálogo.

Fuente: Clarín

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