Cambiemos se negó en el Congreso a definir la salida de Evo Morales como un golpe de Estado

Presentaron una declaración que repudiaba el "golpe a la democracia", criticaba la intervención de las fuerzas armadas y el fraude, pero el peronismo se negó e impuso el suyo.

Argentina 14/11/2019

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Mauricio Macri y el canciller Jorge Faurie lograron que sus legisladores evitaran referirse a la salida de Evo Morales como "un golpe de Estado" y rechazaran un proyecto del peronismo que así definió la sugerencia de renunciar realizada que las fuerzas armadas bolivianas le hicieron al presidente el domingo. 

En sesiones paralelas de ambas Cámaras, los diferentes bloques que apoyaron el Frente Todos (PJ, FpV-PJ, Frente Renovador, partidos provinciales) impusieron su mayoría para aprobar proyectos de resolución, que define como un "golpe de Estado" la salida de Morales. 

Los jefes de Cambiemos, el senador Luis Naidenoff y Mario Negri, habían consensuado un texto con un fuerte repudio a la intervención de las fuerzas militares y policiales en los mandatos presidenciales, pero también un rechazo al fraude electoral denunciado por la oposición en las elecciones del 20 de octubre, ratificadas en una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA). 

Mauricio Macri y el canciller Jorge Faurie lograron que sus legisladores evitaran referirse a la salida de Evo Morales como "un golpe de Estado" y rechazaran un proyecto del peronismo que así definió la sugerencia de renunciar realizada que las fuerzas armadas bolivianas le hicieron al presidente el domingo. 

En sesiones paralelas de ambas Cámaras, los diferentes bloques que apoyaron el Frente Todos (PJ, FpV-PJ, Frente Renovador, partidos provinciales) impusieron su mayoría para aprobar proyectos de resolución, que define como un "golpe de Estado" la salida de Morales. 

Los jefes de Cambiemos, el senador Luis Naidenoff y Mario Negri, habían consensuado un texto con un fuerte repudio a la intervención de las fuerzas militares y policiales en los mandatos presidenciales, pero también un rechazo al fraude electoral denunciado por la oposición en las elecciones del 20 de octubre, ratificadas en una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA). 

Los jefes de Cambiemos intentaron hasta último momento conciliar un texto que excluyera la frase golpe de Estado y repudiara el fraude electoral. No pudieron. 

La redacción tuvo mucha mano de los radicales, que hasta pidieron aplicar la cláusula democrática de la OEA que el organismo se negó a considerar en su sesión del martes, con el embajador argentino presente. 

Pero no hubo caso. En Diputados, la sesión se demoró una hora y necesitó un cuarto intermedio para negociar un acuerdo que no fue posible y Negri imploró hasta último minuto. "¡Este es un acto antidemocrático después de invocarla durante 10 horas!", se fastidió tras la derrota, en una votación a mano alzada, para no dejar expuestos. 

En su discurso ratificó su rechazo a la aparición de los militares sugiriendo la dimisión, como había hecho el domingo por la noche en las redes, pero no descartó que pueda haberse tratado de una maniobra del presidente saliente. "Me llama la atención que casi no nombró a las fuerzas armadas y sí a la policía", dijo en su discurso de cierre. Dedicó varios minutos a condenar las supuestas maniobras de fraude de Morales. 

Naidenoff lo imitó en el Senado y su correligionario Ángel Rozas pidió dialogar minutos antes de votar y el peronista Carlos Caserio lo consideró inútil. "Para nosotros la declaración tiene que decir golpe de Estado. No nos vamos a poner de acuerdo", se negó y casi se cae la sesión porque los radicales querían abstenerse y con su ausencia y la de muchos otros senadores peligraba el quórum. 

Fue necesario que dos senadores (Silvia Elías de Pérez y Silvia Giacoppo) que iban a abstenerse, votaran en contra para no frustrar la votación. Los del PRO se opusieron sin presiones y confirmaron la dura interna que mantuvieron estos días con la UCR, que el domingo había calificado de golpe de Estado la salida de Morales pero no pudo hacerlo en el Congreso.

En diputados hubo un proyecto de Carla Carrizo y Teresita Villavicencio, aliadas de Lousteau, cuestiona el golpe de Estado en Bolivia y las "prácticas electorales" fraudulentas.

El debate lo abrió Felipe Solá, posible canciller de Alberto Fernández ,con duras críticas a Faurie.  "Evo Morales renunció en medio de presiones políticas claras y evidentes. Tuvo que esconderse porque su vida corría peligro. Intentó convocar a nuevas elecciones pero los sectores golpistas ya habían decidido sacarlo de la presidencia". 

"No desconocemos los problemas derivados de las irregularidades electorales, pero eso no resulta explicación ni justificación para un Golpe de Estado. Los errores políticos se pagan en las urnas, no en los estrados de la OEA". 

"Las urnas y los pueblos son los que deciden en una Democracia. Desgraciadamente estos graves acontecimientos se dan en el marco de un sistemático debilitamiento y destrucción de los mecanismos de integración regional, cuya vigencia hoy nos hubiera permitido una acción de mediación para preservar la estabilidad democrática en Bolivia. Este es un pésimo precedente para nuestra región". 

"No queremos un continente en el que asumen presidentes sin quórum. Queremos estar en la primera línea de defensa del Estado de Derecho. Es un mensaje para nuestros ciudadanos y para las generaciones futuras. El gobierno argentino y la Cancillería deben expedirse claramente y decir con todas las letras lo que tantos otros en el continente ya han dicho. En cuestiones de Democracia no puede haber medias tintas ni existe margen para no condenar los golpes de Estado".

El radical Facundo Suárez Lastra le contestó.  "Me resisto a la discusión semiótica. Si quieren llamarlo 'golpe', llamémoslo 'golpe'. Pero llamemos las cosas por su nombre: los errores prácticos en el comicio se llaman 'fraude' y es un robo a la soberanía del pueblo".

El macrista Daniel Lipovetzky ratificó que no piensa como muchos de sus pares. "Cuando uno escucha que el jefe de las Fuerzas Armadas de un país hermano sugiere o exige la renuncia a un presidente, está claro que estamos hablando de un golpe de Estado", sentenció.

"Macri y Faurie están incurriendo como mínimo en el delito de incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos al avalar el golpe cívico-militar en Bolivia. Incumplen el mandato de las leyes que aprobaron el Protocolo de Ushuaia, la Carta de la OEA y la de la ONU en lo referido al compromiso democrático. Y pueden haber incurrido en otros delitos si se comprueba que esto se debe a la aceptación de las imposiciones de una potencia extranjera. De persistir en esa actitud los denunciaremos penalmente", amenazó el kirchnerista Guillermo Carmona, que estuvo con Evo Morales antes de la elección.

Hubo muchos radicales que repudiaron un golpe de Estado en Bolivia sin matices, como Fabio Quetglas, Brenda Austin y Miguel Nanni, mientras que Carrizo cuestionó al kirchnerismo por no se haya condenado nunca las denuncias de derechos humanos en Venezuela. Sobre calle Rivadavia se manifestaban representantes de la comunidad boliviana local y el puntano Andrés Vallone se acercó a saludarlos.   

Leopoldo Moreau logró hacer vibrar las bancas con su recuerdo del levantamiento carapintada de 1987. "No fue Alfonín el que hizo el acuerdo, sino el que lo coordinó. El pacto que impidió el golpe se cerró entre la UCR y el PJ con Antonio Cafiero". Y un rato antes Fernando Iglesias recordó las salidas anticipadas de los gobiernos no peronistas. Los acusó de golpistas.

En el Senado se notó más la grieta UCR y PRO. "Siempre son repudiables los golpes de estado pero también lo son los fraudes realizados contra la voluntad popular, los haya realizado el que sea, así haya hecho antes un buen Gobierno", relativizó la macrista Rodríguez Machado.

"No se puede entender la situación de Bolivia sin el componente racial; los blancos y mestizos le cobraron la factura a los indígenas y a los pueblos originarios: esta es una revancha racial", aportó Fernando "Pino" Solanas, el único en exhibir en su banca la bandera de wiphala, el símbolo de integración indígena.

En Diputados la expusieron casi todos los kirchneristas, con la leyenda "No al golpe". Cristina Kirchner no fue a la Cámara alta, porque recién retorna el domingo desde Cuba, donde fue a visitar a su hija Florencia. 

(LPO)

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