Hijos de fumadores: el daño del tabaco acelera el envejecimiento en la siguiente generación

Un estudio realizado en Noruega y Grecia advirtió que el daño del tabaco se transmite a la siguiente generación, acelerando el envejecimiento.

Ciencia & Tecnología01/10/2025

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El envejecimiento biológico podría acelerarse en personas cuyos padres fumaron durante la pubertad, según un estudio presentado en el Congreso de la Sociedad Europea Respiratoria, que se realizó en Ámsterdam, Países Bajos.

El trabajo fue liderado por el científico Juan Pablo López-Cervantes, en la Universidad de Bergen, en Noruega.

Analizó los efectos del tabaquismo en la adolescencia masculina. Reveló que el daño causado por el tabaco puede transmitirse a la siguiente generación, un resultado que plantea preocupaciones sobre el daño intergeneracional del consumo de tabaco.

El equipo de investigación utilizó relojes epigenéticos, una herramienta que mide la edad biológica a partir de modificaciones químicas en el ADN, para comparar la edad biológica y cronológica de los participantes.

Los resultados muestran que los hijos de padres que comenzaron a fumar a los 15 años o antes presentan una edad biológica entre nueve meses y un año mayor que su edad real.

Cuando se consideró si los propios participantes habían fumado, la diferencia aumentó a 14 o 15 meses. La organización europea destacó que el hallazgo refuerza la importancia de prevenir el tabaquismo en adolescentes.

López-Cervantes trabajó en colaboración de expertos como la doctora Stamatoula Tsikrika, presidenta del grupo de expertos en control del tabaco de la organización dedicada a la salud respiratoria y médica en el Hospital Sotiria de Atenas, Grecia.

Cuál es el impacto que estudiaron

El tabaquismo en la adolescencia representa un problema de salud pública, ya que puede provocar daños celulares que se transmiten a la descendencia.

El objetivo del estudio fue determinar si el inicio del consumo de tabaco en la pubertad paterna influye en el envejecimiento biológico de los hijos.

Los investigadores intentaron aportar evidencia sobre los efectos intergeneracionales del tabaco, al usar los relojes epigenéticos como herramienta de medición.

La investigación partió de la hipótesis de que fumar durante la pubertad podría alterar el material epigenético de las células espermáticas, lo que afectaría a la siguiente generación.

Cuál fue la metodología del estudio

El equipo reclutó a 892 participantes de entre 7 y 50 años, con una media de 28 años, todos integrantes del estudio RHINESSA.

Se recogieron muestras de sangre para analizar los cambios epigenéticos, es decir, modificaciones químicas en el ADN que no alteran la secuencia genética pero sí la expresión de los genes.

Los relojes epigenéticos permitieron calcular la edad biológica de cada persona y compararla con su edad cronológica.

Los participantes respondieron cuestionarios detallados sobre sus propios hábitos de tabaquismo y los de sus padres, incluyendo la edad de inicio.

El análisis reveló que los hijos de padres que comenzaron a fumar a los 15 años o antes presentaban una edad biológica entre nueve meses y un año mayor que su edad real.

Cuando los propios participantes también habían fumado, la diferencia aumentó a 14 o 15 meses.

En el caso de padres que iniciaron el tabaquismo en la adultez, el aumento en la edad biológica de los hijos fue mucho menor.

El estudio no detectó un patrón claro de envejecimiento acelerado en hijos de madres que fumaron antes del embarazo.

La Sociedad Europea Respiratoria destacó en un comunicado que esos resultados refuerzan la hipótesis de que el daño epigenético causado por el tabaco en la pubertad masculina puede transmitirse a la descendencia.

En tanto, el doctor López-Cervantes afirmó: “Esta investigación no explica completamente por qué fumar en la pubertad se asocia a un envejecimiento más rápido, pero creemos que puede alterar el material epigenético de las células espermáticas y que estos cambios se transmiten a la siguiente generación”.

Además, la doctora Tsikrika añadió que “todos sabemos que fumar causa enfermedades como asma, EPOC y cáncer, pero ahora empezamos a comprender que el daño puede persistir a través de generaciones”.

Qué se debería hacer tras los hallazgos

Los autores del estudio recomiendan fortalecer las políticas y esfuerzos dirigidos a prevenir el consumo de tabaco en adolescentes, especialmente en varones durante la pubertad.

Consideraron que evitar el consumo de tabaco y otros productos con nicotina en adolescentes podría beneficiar tanto a la generación actual como a las futuras.

Advirtieron también sobre el aumento del vapeo en jóvenes y la incertidumbre respecto a sus consecuencias a largo plazo. Por lo tanto, instan a proteger a niños y adolescentes del acceso y consumo de productos de nicotina en cualquier forma.

Con información de Infobae 
 
 

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