La depresión en los adultos mayores: el sufrimiento que se disfraza de dolor físico

Fatiga, insomnio y quejas corporales sin causa médica pueden esconder cuadros depresivos en personas mayores, advirtió la psicóloga Fernanda Domínguez.

Salud29/05/2025Agustina TolabaAgustina Tolaba

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La vejez no solo trae consigo experiencia y sabiduría, sino también desafíos emocionales que muchas veces pasan desapercibidos o son confundidos con “cosas de la edad”. Así lo explicó la psicóloga Fernanda Domínguez en su columna por Aries, donde advirtió que entre un 10 y un 20% de las personas mayores de 60 años pueden padecer síntomas de depresión, muchas veces sin saberlo.

“El problema es que en la tercera edad, la depresión no siempre se manifiesta como tristeza explícita”, señaló Domínguez. “Se da a través de la somatización, con dolores físicos crónicos, fatiga o pérdida del apetito, síntomas que fácilmente atribuimos al envejecimiento”.

Uno de los factores clave, explicó, es la pérdida de roles sociales. La jubilación, la muerte de seres queridos o el aislamiento generan una sensación de inutilidad, vacío y soledad que puede desencadenar cuadros depresivos. Además, la especialista resaltó que muchos adultos mayores crecieron en un contexto cultural donde pedir ayuda psicológica estaba mal visto. “Existe un estigma generacional: piensan ‘ya estoy viejo, ¿para qué voy a ir al psicólogo?’”, dijo.

policía de salta (1)El 80% de las llamadas al 911 en Salta son por conflictividad social

Entre las señales de alerta, Domínguez mencionó el cansancio extremo, la pérdida de interés por actividades que antes disfrutaban, trastornos del sueño y quejas físicas sin explicación médica. “Ver a un abuelo levantarse a las 4 de la mañana o dormir todo el día no debe considerarse normal, puede ser una señal de alarma”, afirmó.

La especialista recomendó estar atentos y acompañar desde el entorno familiar: “Hay que consultar a un profesional de la salud mental, y además reactivar sus proyectos, sus hobbies, armar una rutina con actividades fijas y espacios para compartir. Hay caminatas grupales, talleres de memoria, clases de arte. El bienestar emocional también se trabaja, a cualquier edad”.

Fernanda Domínguez cerró con una reflexión clara: “No naturalicemos la tristeza o el dolor en los mayores. No es parte de la vejez, es una señal de que necesitan ayuda. Y nunca es tarde para buscarla”.

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