Defensa

Un intento de golpe de Estado en Bolivia unió a oponentes internos; también generó un posicionamiento coincidente entre distintas fuerzas políticas en la región. Todo concurrió a la defensa irrestricta de la democracia.

Opinión 27/06/2024

Editorial (1)

La tarde del miércoles se conmovió cuando se conoció de un levantamiento militar contra el presidente Luis Arce. El movimiento sedicioso había comenzado a manifestarse en la jornada anterior, cuando el comandante del Ejército, general Juan José Zúñiga, cuestionó aspectos de la situación institucional del país, que le valió ser separado de la conducción de la fuerza. El próximo paso fue movilizar algunas unidades del Ejército y tomar la plaza de Murillo de La Paz, frente al Palacio del Quemado, centro del poder político del país. 

Al gobierno de Bolivia le tomó unas tres horas sofocar la situación. El propio presidente Arce a las puertas de la sede del Gobierno, ordenó replegarse.al militar -quien cesó en su objetivo de tomar el poder- e impuso una nueva cúpula del Ejército, tras haber convocado al pueblo a movilizarse. La brevedad del incidente se adjudicó a la ausencia de un brazo civil en el levantamiento, que mostró a los sediciosos absolutamente aislados.

Luis Alberto Arce Catacora es un economista y catedrático universitario, conocido en Salta a la que visitó para disertar y afianzar la cercanía con el norte argentino. Su gestión se inició en noviembre de 2020, encabezando la fórmula del Movimiento al Socialismo, cuyo principal referente es Evo Morales, de cuyas presidencias fue un exitoso ministro de Economía, al punto que se le adjudica la paternidad del milagro boliviano hasta 2019. 

Otro es el panorama actual. Precisamente el levantamiento militar puso un paréntesis en una sucesión de protestas que llevan adelante los   trabajadores informales, que se expresa en bloqueos de rutas. La economía está decayendo, aunque el gobierno reivindica su gestión en base a un crecimiento del 3% del PBI  en 2023 y una inflación de apenas un poco más del 2% en ese período. Pero la situación política es complicada por la confrontación entre Morales y Arce, dada la pretensión de ambos líderes de ganar la presidencia de la Nación en 2025. En estas horas, la puja se diluyó ante el temor de la interrupción del proceso democrático.

Ese riesgo enervó a gran parte de los jefes de estado de América Latina, además de la Casa Blanca y el presidente del Gobierno español. Todos salieron a expresar de inmediato su repudio al accionar del comandante general del Ejército de Bolivia. En ese posicionamiento no pesaron las diferencias de pensamiento político ya que los mandatarios se manifestaron en defensa del orden constitucional. Luis Arce recibió el apoyo entre otros de sus pares de Uruguay, Colombia, Brasil, Panamá, Perú y Chile,en términos similares pese a la distancia ideológica que los separa. Desde España y México también enviaron su repudio referentes del oficialismo y de la oposición, en tanto la Casa Blanca instó a la calma y moderación, luego que se denunciara el golpe de Estado.

El gobierno argentino demoró en su pronunciamiento y lo hizo seis horas después que se había controlado la situación. Fue a través de un breve comunicado de la Cancillería en el que se planteó una “defensa irrestricta de la democracia en la región” y se condenó “todo intento de quebrantarla”. Previamente, lo había hecho la ministra de Relaciones Exteriores, quien se encuentra en Paraguay participando de una reunión de la OEA y distintos sectores políticos, como Unión por la Patria, el PRO, el radicalismo y el Frente de Izquierda.

Lo acontecido pone en evidencia que la decisión de vivir en democracia, que la Argentina tomó hace 40 años atrás, es asumida por las naciones de la región. Las crisis se resuelven por vías diferentes a los violentos golpes de Estado y los cambios se disponen a través de las urnas.

Salta, 27 de junio de 2024

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