Vía Crucis en el Coliseo: Suspendieron la presencia del Papa Francisco por su estado de salud

El Vaticano publicó las meditaciones escritas del puño y letra del Sumo Pontífice que resonarán esta noche en el Coliseo de Roma.

El Mundo 29/03/2024

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El Papa Francisco presidió este viernes un servicio religioso de Viernes Santo en la Basílica de San Pedro y en agenda seguía una procesión nocturna en el Coliseo de Roma para conmemorar el día más sombrío del calendario cristiano, que marca la muerte de Jesús por crucifixión.

Sin embargo, atento al estado de salud del Papa Francisco, su presencia fue suspendida. El Pontífice, de 87 años, con problemas de movilidad y respiratorios, pero que esta semana parecía más en forma, llegó a San Pedro en silla de ruedas, junto a cardenales y obispos, para el oficio de la Pasión del Señor del Viernes Santo.

El Vaticano publicó las meditaciones escritas del puño y letra de Francisco y que resonarán esta noche en el anfiteatro romano, símbolo de las persecuciones de los cristianos en los primeros tiempos, y que como ya adelantó el Vaticano, son “un acto de meditación y de espiritualidad, con Jesús en el centro” y por tanto “la referencia a la actualidad será menos directa a la expresada en años pasados”.

En las catorce estaciones del vía crucis, el Papa establece un diálogo con Jesús con interrogantes, reflexiones y ruegos ante las experiencias de todos los días como cuando “vivimos dolores, decepciones, heridas, fracasos y cruces que también nosotros llevamos” pero a veces sólo “nos hundimos en el victimismo”.

Francisco asegura en sus reflexiones que la “infamia y el desprecio”, que sufrió Jesús, es algo que sucede hoy en día cuando “un teclado basta para insultar y publicar sentencias”.

También medita sobre “cuando volvemos a caer en nuestros errores y pecados cuando nos escandalizamos de los demás y luego nos damos cuenta de que no somos diferentes”.

En la octava estación cuando ‘Jesús se encuentra con las mujeres de Jerusalén’ para Francisco es la oportunidad de instar a “reconocer la grandeza de las mujeres, las que en Pascua te fueron fieles y no te abandonaron, las que aún hoy siguen siendo descartadas, sufriendo ultrajes y violencia”.

Y en este momento, el Papa también reflexiona sobre “si lloramos ante la locura de la guerra, ante los rostros de los niños que ya no saben sonreír, ante sus madres que los ven desnutridos y hambrientos sin tener siquiera más lágrimas que derramar”.

Y Francisco pide: “Tú, Jesús, has llorado por Jerusalén, has llorado por la dureza de nuestros corazones. Sacúdeme por dentro, dame la gracia de llorar rezando y de rezar llorando”.

Cuando Jesús es bajado de la cruz y entregado a María, el Papa observa que “vivimos en un tiempo despiadado y necesitamos compasión“ y pide a la Virgen: “Úngenos con mansedumbre; deshaz las resistencias del corazón y los nudos del alma”.

En su oración final, el Papa pide que este momento sirva para abrazar “a los hermanos y hermanas de tantas partes del mundo que sufren persecución a causa de tu nombre; a los que padecen la tragedia de la guerra y a los que, sacando fuerzas de ti, cargan con pesadas cruces”.

“Jesús, juez santo que me llamarás por mi nombre, líbrame de juicios temerarios, chismes y palabras violentas y ofensivas”, ruega también Francisco.

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