Pese a que murió en el call center, sus compañeros tuvieron que seguir trabajando

La operadora de 57 años sufrió un infarto y murió en su escritorio. La empresa consideró que el servicio que brinda es esencial y obligó a los empleados a continuar con sus tareas.

El Mundo20/06/2023

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Imagen ilustrativa

Una operadora española del call center Konecta llamada Inma, de 57 años, falleció el martes al mediodía (hora Madrid) por un infarto en medio de su jornada laboral. El Samur, un servicio de emergencias de Madrid, llegó con seis vehículos veinte minutos después de su muerte, y su cadáver permaneció en su cubículo, custodiado por policías, mientras que los trabajadores seguían con su trabajo.

Según el diario El País, fuentes de la Confederación General del Trabajo de España (CGT) afirmaron que algunos compañeros ni se habían percatado de la situación, y uno que se acercó a las autoridades del call center para preguntar si podía retirarse recibió la orden de continuar bajo el pretexto de que su trabajo es “un servicio esencial”. Según esta versión, todos debieron seguir con su labor junto al cuerpo de Inma hasta que una hora y media después llegó la responsable de prevención de riesgos laborales de Konecta, quien dio la orden de evacuación.

 Murió en medio de su jornada laboral en un call center y los compañeros tuvieron que seguir trabajando
La mujer fallecida llevaba más de 15 años trabajando en la empresa y no se conocen las causas por las que tuvo el infarto. De todos modos, las revisiones médicas a cargo del call center presuponen riesgos físicos para la columna, el oído o la garganta.

La indiferencia de la empresa

Miguel Ángel Salinas, otro delegado de la prevención de riesgos laborales del sindicato, fue quien denunció la escena a la prensa: “Me encontré el cadáver ya cubierto. Jamás en mi vida había visto un cuerpo de esa manera”, declaró. Al momento que él había entrado a la sala del call center ya habían pasado dos horas y cuarenta minutos desde la muerte de Inma.

El caso conmovió a los ciudadanos y a los medios locales por la presunta insensibilidad de la empresa a la hora de obligar a sus empleados a persistir con las tareas como si nada hubiese ocurrido, pero cuatro trabajadores de esa sala afirmaron que ese relato “es mentira”. 

Sin embargo, según la CGT, los testimonios de los compañeros varían y hubo quienes recibieron la orden de continuar atendiendo llamadas, otros marcharon por su cuenta y otros siguieron “por inercia”.

Qué dijo el call center

Una portavoz del call center negó que se hayan aplicado medidas tan drásticas: “Nadie se quedará obligado a trabajar junto al cadáver”, sostuvo. Y añadió que Konecta se encuentra dedicada a acompañar a los familiares de Inma, “que están sufriendo por el ruido mediático”. “Nos ocupamos mucho de las personas que trabajan para nosotros. Se los cuida y se los valora”, afirmó la portavoz.

Goyi Pérez, delegada del sindicato Comisiones Obreras de Madrid (CCOO) en el grupo Konecta, quien se acercó a la oficina al día siguiente del hecho, también desmintió ese relato. “Las compañeras de Inma lloraban y hacían corrillos. Era una mujer querida. Llevaban muchos años trabajando juntas”, describió, y agregó que los compañeros habían puesto un altar con fotos, flores y un mensaje que decía “hasta siempre, Inma” en su cubículo.

De todos modos, las fuentes sindicales hacen hincapié en que los empleados del call center reciben un “trato inhumano”, según relata El País, y que, por ejemplo, tienen 23 segundos regulados por convenio para rellenar las fichas de los clientes, ya que ese es el tiempo exacto en que tarda la línea en marcar el siguiente número de forma automática. Otros sindicatos, como la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores de España (UGT), asimismo denuncian que hay una ausencia de un protocolo que regule este tipo de sucesos.

Con información Bae negocios 

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