Ambiente urbano

La semana pasada se escucharon en una sesión del CONSEJO DELIBERANTE las opiniones de taxistas y remiseros que habían sido convocados para exponer su situación laboral, con total libertad, sobre el transporte que brindan y sus problemática, muchos señalaron la falta de controles, y el deseo de que este vuelva a ser asumido por EL MUNICIPIO. La AUTORIDAD METROPOLITANA DE TRANSPORTE, no se hizo presente a pesar de estar invitada.
Cualquier peatón o conductor que circule por la ciudad puede percibir la impunidad con que muchos colectiveros, también taxistas y remiseros violan las normas de tránsito. No hay que generalizar obviamente, pero son demasiados los colectiveros que avasallan y prepotean con su tamaño, no respetan los semáforos, prefieren taponar una esquina en vez de esperar si la calle está saturada, dejando el paso a los que vienen por la otra calle. Circulan a las aceleradas y las frenadas, no respetan la velocidad máxima en calles ni avenidas. Te bocinean apenas da el amarillo en el semáforo para que aceleres. Y si te tienen que sobrepasar lo hacen aunque apenas queden a escasos centímetros
Pongo el caso de un amigo que se recuperaba de un ACV y cruzando la calle Santiago de Estero, fue atropellado por un colectivo que venía a toda velocidad por avenida Sarmiento y al tomar Santiago del Estero, supongo que especulando que mi amigo correría, lo atropelló. Martín murió al día siguiente.
El otro día en la esquina de Sarmiento y Belgrano también cruzaba un señor con evidente dificultad para caminar, una señora solidaria lo ayudó a cruzar haciendo evidentes señas a los conductores para que se detuvieran. Todos los automovilistas pararon, salvo el colectivo que pasó casi rozándolos.
Son solo muestras de situaciones que vivimos a diario y lleva a preguntarse ¿Quién los controla? ¿ Cómo está organizado el sistema de transporte público?
¿Si a las empresas les pagan por kilómetro recorrido no habría que rever esa medida?
Para ser justos me pongo en el lugar de un chofer que tiene que manejar por las calles de la ciudad que están rotas por todos lados, que enfrenta también el malhumor social y los piquetes. Entrevistando a un chofer me contó que su turno esta semana es desde las tres menos cuarto de la tarde hasta media hora pasadas las 24 horas ¡¡¡¡¡Más de 10 horas manejando!!!!! En la detonada ciudad de Salta.
Como decía al comienzo es fácil detectar los problemas y sinuoso el camino de la solución.
Son muchos intereses en juego incluyendo la política y los negocios privados o semipúblicos, mientras tanto siguen nuestras vidas en riesgo