Javier Milei: la construcción solitaria del poder

Opinion 10 de mayo de 2023 Por Miguel Antonio Medina
No hace mucho tiempo que Javier Milei actúa en la política argentina. Todavía se sabe poco de él, pero más que cuando empezó.
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Entre lo que se sabe, está confirmado que nació el 22 de octubre de 1970; que es Licenciado en Economía, por la Universidad de Belgrano, y que tiene un Posgrado en Teoría Económica; que es docente y que ha publicado varios libros sobre temas de Economía, especialmente en los últimos años.

                También se sabe que su partido se llama “La Libertad Avanza”; que es soltero; que tiene una sola hermana; que sólo se conoce a tres de los integrantes de su entorno: Ramiro Marra, que es legislador porteño, Victoria Villarruel, que es su compaña de banca en el Congreso, y Carlos Kikuchi, que es su armador en la Provincia de Buenos Aires;

                Últimamente, se supo que la mayor parte de sus ingresos provienen de sus charlas y conferencias, por las que cobra por adelantado entre tres y diez mil dólares; y que está dispuesto a ir donde lo inviten, pero que todos los gastos de los actos que se organicen, incluidos los pasajes y estadías, corren por cuenta de los organizadores. Pareciera que se desentiende de todo eso.

                Tan es así, que a poco más de un mes del plazo previsto para presentar las candidaturas para las elecciones primarias nacionales, previsto para fines de junio, sólo ha conseguido hacer pie en unas pocas provincias: La Pampa, San Juan, Tierra del Fuego, Tucumán, Chaco, Mendoza y Córdoba. Parece ser que lo intentó en otras, pero al advertir lo dificultoso y costoso de esa construcción en lugares y con dirigentes que no conoce, está decidido a construir su propia candidatura a Presidente de la Nación con lo que tiene incluso descartando lo que no tiene.

                Entonces, la suya es una construcción solitaria del poder. A diferencia de lo que normalmente hacen los dirigentes que emergen de una profunda crisis, que los explica mejor que ellos mismos, Milei está convencido que sólo con su imagen le alcanzó para llegar a ser una alternativa a las dos coaliciones existentes en el país: la que dice que gobierna y la que dice que se opone. Entiende que como la crisis se agudizará, su proyecto personal también lo hará. Insiste en que su objetivo es llegar a la segunda vuelta. Cree que si eso pasa, será el próximo Presidente de los argentinos.

                Si de imagen se trata, Milei ha construido la suya mostrándose siempre sólo, en las entrevistas que concede, cuando es invitado a los programas y en sus actos con público. En los estudios de la tevé, su acting  es un traje oscuro recto, una camisa blanca y una corbata al tono. Eso se completa con una carpeta o un libro, que lleva en sus manos en todo momento. En sus actos, viste una campera de cuero oscura y una camisa clara.

                Él hace su trabajo. Los otros, sus adversarios políticos, o quienes operan en los medios y redes para ellos, hacen el resto hablando de él, generalmente mal: que es un desequilibrado; que vive con ocho perros y está enamorado de su hermana; que es un grosero error inflarlo en los medios, entre otras frases cariñosas.

                Las agujas del reloj no se detienen. Cada vez falta menos para mostrar las cartas. Quienes creen que podrán con Milei no consiguen definir una referencia común de sus espacios, lo que no los favorece, pero no se privan de usarlo para sus propósitos, sea dándole un lugar específico en el discurso político, o bien insinuando una posible alianza con él, cuando sea oportuno.

                Mientras tanto, Milei logró construir un discurso breve y sencillo, al que siempre vuelve: dolarizar la economía, hacer desaparecer el Banco Central, terminar con la casta, permitir que la población acceda a las armas para defenderse de los delincuentes; y más recientemente, eliminar la obligatoriedad en el sistema educativo y hacer lo necesario para que las universidades públicas dejen de ser centros de adoctrinamiento.

                Como el suyo es un discurso visceral, está siempre expuesto a decir frontalmente lo que piensa, estilo que puede ser bueno para entrar, si se sabe salir. A veces no lo consigue y se desorienta, como cuando habla del trasplante de órganos y su relación con el libre mercado.

                Quienes lo siguen, saben que es diputado nacional desde diciembre de 2021. No es seguro que sepan que ha faltado al 48% de las votaciones. Sí es seguro que cada mes, sigue sorteando su dieta. Hace rato que ha dejado de ser el hombre que está solo y espera. Ahora sigue y espera.

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