Disciplinamientos

Varios discursos cayeron en las largas horas que ocupó el debate del primer proyecto de presupuesto del gobierno de La Libertad Avanza, cuyo tratamiento prospera en el Congreso. Uno es esencial y tiene que ver con el federalismo. La bandera que enarbolan los mandatarios provinciales definitivamente fue arriada como también ocurrió con el mensaje anticasta de los libertarios. El oficialismo utilizó muchos recursos para sostener las propuestas con las que se asegura un equilibrio fiscal que, desde su imposición, es a costa del financiamiento de sectores importantes o de extrema sensibilidad social.

Pese a muchas maniobras, contradicciones y hasta claudicaciones no fue posible la derogación de las leyes de financiamiento universitario, y de emergencia de la discapacidad y pediátrica. También se evitó la eliminación de zonas frías, concepto que habilita subsidiar servicios esenciales en zonas muy desfavorables.

Llegar a ese punto obligó a concesiones recíprocas, por acuerdos o por convicciones innegociables. Y dejaron marcas que seguramente serán registros para la toma de decisiones futuras.

Vale destacar la posición de la representación salteña en la Cámara de Diputados, que se integra con cuatro legisladores de La Libertad Avanza y tres saencistas. Los oficialistas consolidaron su fidelidad al mandato partidario y en su voto no hubo cuestionamientos a la afectación de la educación pública y de la salud, para citar aristas polémicas del reparto de recursos. Los restantes deberán explicar haber votado en contra de sus propias fundamentaciones, aunque las razones no sean propias.

En todo el debate parlamentario planeó el señalamiento crítico a la interferencia que significó el proceso negociador que el gobierno de Javier Milei desplegó desde el triunfo electoral del 26 de octubre. Desde la apertura del debate fue uno de los aspectos que se subrayó, aún reconociendo la necesidad de los gobernadores de allegar fondos para la administración de las provincias. En los cuestionamientos tomó fuerza la figura de los ATN, que es la billetera peronista con la que cualquiera sea la administración nacional arregla cuentas con el interior. 

En lo que va de este mes, se han distribuído más de 60 mil millones de pesos, especialmente a provincias que tienen un alineamiento circunstancial con el gobierno central. Es el caso de Tucumán, que con 20 mil millones aparece como la más favorecida; en orden decreciente se ubican Misiones, Chaco, Catamarca y Entre Rios. Con un aporte de ATN de 6 mil millones de pesos aparece Salta, que -además-  aseguró la continuidad de programas de desarrollo social a través de convenios firmados por estas horas con Nación. Según la información oficial, se acordó un desembolso de más de 2 mil millones para la compra de módulos alimentarios.

Los voceros del gobernador Gustavo Sáenz aplaudieron que se apruebe una ley que es ordenadora y limita la discrecionalidad en el manejo de fondos públicos. Sin embargo, coincidieron en el cuestionamiento por las escasas asignaciones al desarrollo de la infraestructura y marcaron la disidencia sobre la política social libertaria, que se expresa en la escasa inversión prevista para esas áreas. El voto no reflejó ese discurso, porque con excepción de Bernardo Biella, tanto Pablo Outes como Yolanda Venga acompañaron plenamente el proyecto mileísta.

El unitarismo fiscal premia y disciplina a la vez, es la crítica que se escuchó en la intensa discusión que el proyecto de Presupuesto 2026 generó en la Cámara baja nacional. El voto salteño así lo confirma.

Salta, 18 de diciembre de 2025