El tenso cruce entre Francos y el Gordo Dan reabre conflictos en el corazón del Gobierno

La tropa digital de Milei acumula decepciones, pero hace esfuerzos por volver a las bases; la reacción del jefe de Gabinete frente al ataque de los tuiteros contra Juez y el rol de Santiago Caputo.

Política05/09/2025

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El cruce que se dio durante la noche de ayer y la madrugada de hoy entre Daniel Parisini, alias Gordo Dan, y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, fue un efecto no buscado pero grave de un problema que desde hace meses anida en La Libertad Avanza (LLA): el enojo y el desánimo de las tropas militantes digitales con algunos actores del propio espacio político.

Desde el fatídico cierre de listas en la provincia de Buenos Aires en adelante, a los principales cabecillas tuiteros (esos que día a día marcan el pulso de las redes libertarias) les cuesta poner el cuerpo a todas las causas del Gobierno como los soldados que siempre fueron.

Ilustrativo de este estado de ánimo fue un tuit que esta semana publicó Parisini en X, dirigido a sus bases: “Podrán gustarte más o menos las listas, podrá gustarte más alguna que otra medida o algún que otro personaje menor dentro del gobierno, pero JAMÁS hay que soltarle la mano al Presidente que destruyó la inflación en la Argentina (...) Yo acá me mantengo FIRME HASTA EL FINAL y apoyo a mi Presidente”. Los referentes tuiteros acumulan descontentos, pero siguen militando por la “causa mayor” que para ellos encarna Javier Milei.

Con ese batifondo, que desde hace tiempo los exhibe más apagados y con falta de protagonismo, los principales líderes de opinión en las redes -con el Gordo Dan a la cabeza- vienen haciendo algunos intentos para volver a las bases, retomar el espíritu combativo y seguir “pegando piñas”. Tienen que encontrar causas políticamente incorrectas para agitar la conversación digital y elegir a enemigos de turno para movilizar a sus cientos de miles de seguidores. Desde hace varias semanas, el senador Luis Juez viene siendo blanco de tuits muy violentos de parte de los tuiteros mileístas.

Los libertarios se ensañaron con él porque votó a favor de la ley de emergencia en Discapacidad y de la ley que actualiza jubilaciones, ambos proyectos luego vetados por Milei. Juez votó en sentido contrario al oficialismo en esas iniciativas, pero no dejó de ser un aliado de LLA. Cerró un acuerdo electoral con los violetas en Córdoba (incluso después de aquellas votaciones en la Cámara alta). Y adicionalmente, tiene un vínculo de amistad personal con el Presidente. Es uno de los pocos senadores que fue invitado más de una vez a cenar a la quinta de Olivos.

La escalada contra Juez cruzó un límite ayer cuando el Senado rechazó el veto presidencial y ratificó la ley de emergencia en discapacidad (con el voto de 63 senadores, incluido el del senador cordobés). Parisini, principal líder de opinión de la militancia mileísta, se refirió a Milagros, la hija del legislador cordobés que tiene parálisis cerebral, y escribió en X: “Luis Juez le acabó adentro a una mujer que no era su esposa y tuvo una hija. No se hizo cargo de la nena hasta que la justicia lo obligó. Y ahora la usa para hacer política poniéndole palos en la rueda al plan para sacar de la miseria a los argentinos del presidente Milei”. El mensaje, además de grosero, es incorrecto: Milagros no es hija extramatrimonial de Juez.

En ese momento, Guillermo Francos optó por interceder. En comunicación telefónica con el canal TN, el jefe de Gabinete salió a despegarse de Parsini y calificó como “inaceptables” sus dichos. Francos sostuvo que la declaración le pareció “absolutamente fuera de lugar” y defendió al senador. “Creo que no puede aceptarse de ninguna manera la grosería ni la forma en la que se expresa ni el fondo de la cuestión. Juez ya había anticipado en su votación anterior cuál era su posición”, dijo.

Un colaborador del Gobierno señaló: “Guillermo salió a decir eso por cómo es y por el lugar que ocupa. Ante la fragilidad que tiene el oficialismo en el Congreso no podemos pelearnos con todos y él tiene el rol de contener ese frente político”. El jefe de Gabinete -que esta semana se reunió con el Presidente en Olivos- siempre debió administrar los insultos que Milei le dedicó a los legisladores. El propio jefe de Estado destacó públicamente su trabajo y el contrapeso que siempre hace con los “talibanes” del gabinete nacional. Es probable que esta vez Francos no haya tolerado sumar un frente político innecesario con un senador aliado por una embestida violenta del líder de los tuiteros. Por eso, salió al aire en TN para sentar posición.

Como primera reacción, Parisini -sin recibir una instrucción- borró el tuit agresivo contra Juez y bajó la espuma. No se retractó de sus dichos, pero evitó cruzar otra vez al jefe de Gabinete. “Ahí va con más respeto: Luis Juez utiliza la situación personal de su hija para hacer política barata y justificar la QUIEBRA del estado argentino con el consiguiente EMPOBRECIMIENTO de generaciones de argentinos. Y además le acabó adentro a una persona que no era su esposa”, tuiteó, irónico, a las 22.30.

Ocho minutos después, agregó: “Del señor Guillermo Francos no voy a decir nada porque antepongo la Sagrada Causa Argentina ante todo. Lo perdono”.

En la Casa Rosada hubo intentos por poner paños fríos a la inesperada interna entre Parisini y Francos. El Gordo Dan es, sin dudas, un alfil del asesor presidencial Santiago Caputo. El affaire tuitero-mediático naturalmente podría traspolarse sin escalas a una nueva disputa entre dos vértices del nuevo “triángulo de poder”. Ese que decretó Milei, cuando ascendió virtualmente al jefe de Gabinete y diseñó una nueva mesa chica integrada por el ministro coordinador, Caputo y su hermana, Karina.

“Nadie cree que Santiago haya mandado expresamente al Gordo a cruzar a Francos. Sí es cierto que él frecuentemente lidera y controla al frente tuitero. Pero evidentemente tiene que darle cauce a las expectativas que tienen los pibes y no siempre resulta fácil conducirlos”, analizó un importante colaborador de Balcarce 50 que habló con los protagonistas. Y agregó: “Nada de lo que pasó estaba en los planes, no hubo algo orquestado desde alguno de los vértices del triángulo de hierro. No hubo una definición de elegir a Francos como enemigo”.

Es que hoy, a Santiago Caputo no le suma chocar de frente con el jefe de Gabinete: en su feroz disputa con “Lule” y Martin Menem, Francos (protegido por Milei) aparece como una “zona neutral” que fomenta el equilibrio entre ambas facciones.

Pero, si bien no hubo una orden expresa de Caputo de embestir contra Francos, el estratega de Milei tampoco frenó la situación. “Nadie le cura los tuits al Gordo, es un ciudadano que escribe lo que quiere y está bien que así sea”, señalaron cerca del comando digital.

Otra vez a la carga

De hecho, algo ocurrió en las horas siguientes y entrada a la madrugada. Veinte minutos después de la medianoche, Parisini volvió a encenderse y tuiteó otro mensaje hostil hacia el ministro. “Francos por ahí no entiende de la vehemencia y de la frontalidad históricas para decir la verdad que caracterizan a LLA porque cuando nosotros estábamos haciendo campaña con todo el aparato kirchnerista en contra y bajo persecución y amenazas constantes de ir presos por enfrentar al sistema podrido de frente, él formaba parte del gobierno de Alberto Fernández”, escribió. Y fijó el tuit, como dándole relevancia al mensaje. Un golpe bajo que recuerda la participación de Francos en la administración del Frente de Todos (era el representante del Gobierno en el BID) y que omite que fue el propio Milei -que conocía a Francos desde hacía años por su paso por Corporación América- fue el que lo convocó y lo hizo venir de Washington para que lo acompañara en su proyecto político.

¿Sintió Parisini el dedo acusador de su núcleo duro de seguidores por haber retrocedido con el tuit de Juez? En el manual de los tuiteros libertarios, recular nunca es una opción. ¿Se molestó porque supo que fue el propio Francos el que quiso hablar en TN para defender la posición del senador cordobés?

Fue una noche larga para la tropa tuitera. Entrada la madrugada llegó la hora de la declaración de principios. A las 1.47, Dan publicó el “Decálogo de la Acción Mileísta”, un flyer de diez puntos que entre otras dogmas reza que “nunca hay que negociar las ideas para rascar un voto” y que “cuando el adversario es fuerte, la única forma de derrotarlo es con una fuerza mayor”.

Por si fuera poco, Santiago Caputo dio la cara, se sumó a la discusión digital y sumó más ruido. Reactivó una vieja cuenta: su único usuario oficial donde solo tenía publicada una cita a George Bernard Shaw en un mensaje posteado en junio de 2022. Allí posteó, pasadas las 2, “Las Diez Verdades Incómodas de la era Mileísta”, un decálogo distinto al del Gordo Dan pero que estuvo lejos de presentarse como una desautorización o un “reto” al líder tuitero. Las máximas caputistas combinaron mensajes como “el diálogo es un medio y no un fin en sí mismo” y “la política debe discutir ideas, no perseguir al adversario”.

No queda en claro quién fue el principal responsable del nuevo ruido interno en La Libertad Avanza. Lo que llama la atención es la facilidad que tiene el oficialismo para hacer proliferar los problemas domésticos y generar nuevas heridas autoinflingidas. Todo en las semanas muy difíciles para el Gobierno y a pocas horas de un test electoral.

La Nación

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