El 4 de julio y la construcción del poder global de Estados Unidos

La historiadora María Laura Collivadino Navarro analizó en Aries el trasfondo geopolítico y cultural del proceso de independencia de Estados Unidos.

04/07/2025Ivana ChañiIvana Chañi

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La independencia de Estados Unidos, declarada el 4 de julio de 1776, no fue un hecho aislado ni fortuito. Así lo explicó la historiadora María Laura Collivadino Navarro en su columna en Aries, al recordar que este proceso fue resultado de profundas transformaciones globales en lo político, económico y cultural.

“Hay que entender que la independencia no es un hecho azaroso, sino producto de un mundo que se venía transformando, con la Revolución Industrial y un cambio geopolítico profundo”, señaló, al tiempo que destacó que la colonización británica en América del Norte difería notablemente de la expansión española en el resto del continente.

La historiadora contextualizó que, tras una guerra con Francia, Gran Bretaña decidió modificar su sistema tributario y aplicar nuevos impuestos a las trece colonias, que ya funcionaban con cierto grado de autonomía. “Ese cambio impositivo fue visto como un atropello y encendió el proceso que desemboca en el Congreso de 1776”, explicó.

Collivadino también vinculó este momento con las reformas borbónicas en América hispánica, impulsadas por España para recuperar el control económico y administrativo sobre sus colonias. “Ambos intentos de recontrolar terminaron en proyectos independentistas: en Estados Unidos primero, y décadas después en América del Sur”, comparó.

Finalmente, la historiadora remarcó que la independencia estadounidense dio paso a un moderno estado industrial que, tras su consolidación, emergió como potencia global. “No solo construyó poder geopolítico y económico, sino también una narrativa cultural que lo posicionó como salvador del mundo”, concluyó.

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