Navidad

En Salta hubo una convocatoria a unirse en la fe con compromiso y esperanza.

Son mensajes que se esperan cada 25 de diciembre, jornada que renueva la expectativa por un mundo mejor y la confianza en que la persona humana aportará todo lo suyo para empezar una renovación que marca la Navidad. Aunque la población en Salta y el país suele vivir esta fecha de manera festiva, nadie cierra los ojos ante un cúmulo de dificultades que todo el planeta muestra y que, necesariamente, impactan en este territorio.

El mensaje del Papa Francisco, al momento de impartir la bendición, fue doloroso. La lista de pedidos urgentes fue extensa, empezando por su ruego de que callen las armas en Ucrania y el Medio Oriente. Su rogatoria puntualizó también situaciones que deben resolverse en África y América. 

Repasar su mensaje es tomar la dimensión de problemas que exceden la cotidianeidad que angustia por una economía que no termina de acomodarse y por la resistencia a aceptar disensos que la democracia permite y hasta exige en algunas circunstancias. Las preocupaciones del Pontífice llevan la atención a lo que ocurre en la comunidad en la que cada uno está inserto, donde hay pobreza, hay hambre, hay desocupación y malos servicios. No hay mayores oportunidades y cada vez más niños y jóvenes parecen amenazados por límites que bajan su techo de crecimiento.

Por fuera de los límites de una Argentina con sus propios problemas, la guerra llevó a que el Pontífice exhortó a que se "tenga la audacia de abrir negociaciones para una paz justa" y que en Gaza "cese el fuego, que se liberen los rehenes y se ayude a la población extenuada por el hambre y la guerra". Citó a Líbano, Siria y Libia que necesitan también 

del diálogo y de la paz y se volcó a rogar por los pueblos africanos, doblegados por sus conflictos internos que construyen una tragedia humanitaria.

No estuvo ausente la demanda por soluciones eficaces con la verdad y la justicia, para promover la armonía social, en particular en Haití, Venezuela, Colombia y Nicaragua, donde son innumerables las familias desintegradas por la arbitrariedad de tiranos. 

La reflexión de Francisco sucedió a la apertura de la Puerta Santa con la que inició el Jubileo, que se celebra cada 25 años, que espera sea la ocasión para perdonar las deudas, especialmente aquellas que gravan sobre los países más pobres. 

Desde la Iglesia salteña se pidió por la inclusión social.Teniendo en cuenta que precisamente la Iglesia es un cuerpo que se integra por todos los que profesan una fe, se llamó a que nadie pretenda salir solo. Es el momento, dijo Oscar Ossola, portavoz del Arzobispado, de estar al lado de quienes atraviesan dificultades en momentos adversos y de austeridad para que no queden a la deriva.

La de este miércoles puede ser una buena oportunidad para reflexionar sobre el destino común que marca la pertenencia a una Nación y una Provincia, que tiene dificultades que deben resolverse con prisa y sin pausa. El contexto internacional puede servir para marcar los caminos a transitar.

Salta, 25 de diciembre de 2024