Apenas 11 millones

Opinion 20 de septiembre de 2023 Por Miguel Antonio Medina
Los ausentes en las P.A.S.O
columnas (19)

Ha pasado un mes desde las P.A.S.O. En un mes y medio habrá elecciones. Sabremos si será la última del año o si todavía habrá una más, si se dieran las condiciones para una segunda vuelta electoral.

Desde entonces hasta ahora, muchos se dijo sobre los candidatos que ocuparon los tres primeros lugares de las preferencias de los electores.  Ha faltado más análisis de quienes no fueron a votar ese día de agosto, esos que pueden ser determinantes en el turno de octubre y en un eventual ballotage.

 No hay certeza sobre los motivos por los cuales 11 millones de electores, habilitados para votar, de mayores o menores ingresos, en toda clase de barrios, no concurrieron a su lugar de votación. Se presume que por lo menos, hubo tres motivos: 1) el desencanto con la democracia,  por ahora, no sobre la legitimidad de esa forma de gobierno;  2) el desdoblamiento de las elecciones, que terminó por cansar a los electores; 3) los electorados son imprevisibles.

El primero de esos motivos, el desencanto, es por los resultados de la acción política en el país. Aquella vieja frase un discurso de Raúl Alfonsín, cuando dijo que con la democracia se come, se cura y se educa, ya puso la vara muy alta entonces. Por distintas razones ahora está más alta todavía.

 El fracaso de las políticas económicas ensayadas -así fue exactamente- nos muestra cada día una inflación que luce imparable y a la que parece alimentarse con cada nueva medida de corto plazo y dudoso efecto. En cualquier lugar,  la inflación agrega más pobreza cada mes y por ahora cada semana. Ya no basta con tener un ingreso estable para no ser pobre.

 La delincuencia, violenta y fuera de control,  invade las calles y los lugares públicos. Invade los negocios y las casas,  de día y de noche. En 40 años, nunca hubo una política de seguridad nacional para prevenir el delito mucho menos, planes para dar respuestas eficaces frente al delito ya cometido.

 El segundo motivo, el desdoblamiento de elecciones, fue el producto de una percepción generalizada de los oficialismos provinciales. Algo les decía, ya a fines de 2022, que no había buenos presagios para que el actual gobierno nacional retuviera el poder, sin importar la oferta electoral que ofreciera. Por eso prefirieron refugiarse en sus territorios para tratar de conservarlos, preservándose así para lo que puede venir.

 La frase “los electorados son imprevisibles”, es del lúcido escritor y periodista italiano Loris Zanatta. La dice en relación a Italia, su propio país, y al nuestro, en el que vivió dos años para obtener un doctorado.

En estas tierras fue tan imprevisible que eligió en general oficialismos locales y en las P.A.S.O. prefirió al Primer Libertario. En octubre, salvo la indescifrable provincia de Buenos Aires, solo habrá boletas presidenciales en papel como oferta electoral.

 Frente a un panorama como el que  les describo,  lo que sigue son más preguntas que respuestas cómo. ¿Cómo hacer para que en octubre más electores vayan a votar? ¿Tendrán influencia los aparatos? o ¿serán decisivos los liderazgos y las consignas? ¿Ayudan más los programas políticos de la TV que las redes sociales? ¿Rating o visualizaciones?

La elección presidencial suele despertar más interés que cualquier otra. Puede esperarse que eso se repita también en octubre.

Lo de imprevisible incluye el intuir por quién votarán los que no fueron antes.  ¿Elegirán a que salió primero, al segundo o al tercero? ¿Elegirán pensando más en quien intuyen que saldrá segundo y competirán la segunda vuelta?

Cuando elijan  ¿tendrán más valor las consignas a futuro que la presunta mejora de lo que se viene haciendo hasta ahora? ¿Influirán en ellas las campañas sucias?

 Si no votaron antes, ¿creen que si votan ahora lo harán para terminar con el adversario, que se presenta como el enemigo, o el otro? ¿O se inclinarán por propuestas positivas tipo, el salto para adelante, o semejantes?

 Las elecciones se ganan si un candidato tiene más votos que los otros. Eso es casi una cifra. Decir que los votos se ganan de a uno es más emocional, y sugiere que sea conectado con el elector.

A los jefes de campaña, les quedan las grandes tares pendiente para lograr más asistencias, que se traduzcan en más votos para el espacio; y en el medio de los que no fueron, conseguir que los votos de los que perdieron las P.A.S.O. sigan en el mismo espacio; que no migren a otros.

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