Urgencias

El proceso electoral que concluyó el pasado domingo incentivó la medida de fuerza, que tuvo momentos notorios de confrontación. El paro tiene importantes niveles de acatamiento y no se interrumpió cuando se llamó a un par de sindicatos a conciliación obligatoria, que fue aceptada por la dirigencia pero no por los docentes que militan en el sector marginal, que no les permite participar de reuniones paritarias.
No es una situación novedosa. Los trabajadores de la educación en todo el país son los que han venido sosteniendo la mayor cantidad de paros en los últimos cuarenta años, lo que ha impedido que -ya en este siglo- que se puedan cumplir con los días establecidos por los respectivos calendarios escolares para tener un período lectivo de 190 días de clase, como se acordó en el marco del Consejo Federal de Educación para recuperar tiempo perdido durante la pandemia.
En 2019, Salta tuvo el triste privilegio de ser la segunda provincia a nivel nacional con mayor cantidad de días perdidos en las aulas. Los especialistas han coincidido en estimar el promedio anual de esa pérdida en 7 días y son pocos los distritos que pueden mostrar de manera permanente un registro inferior. La conflictividad nula es poco frecuente aunque pudo verse durante algunos años en determinadas provincias.
Este año el período lectivo se inició normalmente, circunstancia celebrada notoriamente por el Gobierno Provincial, que la adjudicó al esfuerzo por acordar un ajuste salarial de aplicación gradual, que llevó que hasta abril los sueldos docentes superen la evolución de la inflación. Cumpliendo una disposición del convenio alcanzado en febrero, en la primera semana de este mes se convocó a todos los gremios a una reunión de paritarias para el miércoles 17 de mayo pero de esa invitación quedó marginado el sector que no es representado por ningún sindicato y es el que está de paro.
Sin embargo y reconociendo tal situación, la semana pasada hubo un diálogo extenso entre funcionarios y delegados con mandato para negociar los reclamos pero no se arribó a ningún acuerdo. En consecuencia, nuevamente en esta semana, niños y adolescentes en todo el territorio provincial no tienen clases.
No se discute la trascendencia de la actividad educativa para el desarrollo de los pueblos y mucho menos se desconoce el protagonismo de los docentes en ese proceso. Es así que el Observatorio de Argentinos por la Educación está promoviendo acciones para la definición de políticas a proponer para enfrentar la desigualdad social, y ponen a los maestros como ejes de la transformación del sistema educativo, priorizando el trabajo conjunto con las 24 jurisdicciones educativas, garantizando la prioridad en la inversión como un desafío presente y futuro del país. Y para ello, una de las consignas es mejorar las condiciones laborales.
Pero en Salta, parte de los docentes tienen urgencias. Tratan de alcanzar un salario inicial igual a la canasta familiar, estimada en más de 300 mil pesos; el 82% móvil para jubilados; el rechazo a la 5° hora; el establecimiento una cláusula gatillo que indexe los salarios de acuerdo a la inflación y el rechazo a descuentos y faltas injustificadas por los días de paro. Con ese pliego de reivindicaciones pretenden plantarse ante un gobernador recién reelecto, con un categórico apoyo ciudadano.
En tanto, centenares de niños y adolescentes aguardan que sus docentes vuelvan a clase para terminar con la pérdida de tiempo y, seguramente, de oportunidades en el futuro.
Salta, 16 de mayo de 2023