El reino del revés
Estamos en un momento complicado en la Argentina. Probablemente este gobierno sea recordado como el peor gobierno desde la vuelta de la democracia. Y uno de los problemas serios que estamos atravesando es cuando empezamos a naturalizar la crisis. Empezamos a tomar por normales cosas que no son normales.
No es normal vivir en un país productor de alimentos con desabastecimiento. No es normal vivir en un país netamente exportador de energía sin combustible, sin gasoil y con problemas serios vinculados a la necesidad de importar combustibles. No es normal vivir en un país que ha tenido su fuerza importante en el último siglo y medio por una enorme cantidad de migrantes que vinieron a poblar y a hacer crecer a la Argentina, que pretende aislarse del mundo.
Vivir en una crisis como esta complica porque empieza a modificarnos los parámetros de la normalidad. Pensar que vivir en un país con cuatro o cinco tipos de cambio diferentes es normal, es realmente una anormalidad.
Pensar que tenés un país en donde los presidentes, las autoridades, los políticos, los representantes pueden tener una agenda que no tenga nada que ver con la gente, empieza a ser mucho más peligroso que la propia crisis en sí. Que nos acostumbremos a vivir en la anormalidad es algo que nos hace mucho daño.
La semana pasada asistíamos, como espectadores, a cómo se ha desencadenado el proceso en el Reino Unido con la caída del Primer Ministro británico. La crisis empezó cuando ese Primer Ministro británico violó las normas de aislamiento del covid que él mismo había impuesto. ¿Qué paso? Pasaron muchas otras cosas, es cierto, ese gobierno terminó.
Lo normal, es que el que incumple la ley no puede seguir ejerciendo esa responsabilidad.
Nosotros empezamos a acostumbrarnos a la normalidad de cosas diferentes. Y ese es realmente un problema, porque nosotros vamos a salir adelante sí, y solo sí, entendemos que lo debemos hacer en el marco de la ley, con trabajo, con responsabilidad y, fundamentalmente, con mucho compromiso.
Ese es el compromiso que, durante estos tiempos de crisis, nos deben hacer pensar siempre, que no podemos acostumbrarnos y tomar como normal lo que no es normal, la anormalidad.
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