
A días del cierre de la campaña electoral, se van sumando razones para que los ciudadanos definan su voto. No son consignas publicitarias; son exhortaciones con fuertes fundamentos, al punto que algunas suenan a extorsiones.
Una vez más un sector autoritario de la sociedad, tal vez estimulado por la presentación mediática de un homicidio lamentable, solicita que el Congreso modifique la edad de imputabilidad. Lo que piden es que por ley se de a los adolescentes que cometen un acto tipificado como delito, el mismo tratamiento que a los mayores.
Opinión18/11/2022 Sonia EscuderoAlgunos por convicción y otros por ignorancia están solicitando criminalizar a adolescentes y, como sabemos que el sistema penal es selectivo, sería una medida lanzada con brutalidad contra jóvenes de sectores vulnerables.
Quiero dejar sentada mi posición absolutamente contraria a esta petición. En primer lugar porque las estadísticas revelan que son escasísimos los hechos de homicidio en que el protagonista es un menor de 16 años. Los especialistas coinciden en que bajar la edad de imputabilidad es una idea demagógica y regresiva en tanto menos del 0,5% del total de homicidios es cometido por un menor. Esto significa que en más de 200 casos de víctimas de homicidio, solamente una podría haber sido causada por un menor.
Lo que sí debemos revisar son los abordajes que permiten trabajar con los jóvenes involucrados en hechos delictivos, pero siempre por fuera del sistema penal. Los jóvenes sin dudas necesitan menos respuestas penales y más respuestas inclusivas y restaurativas.
La imputabilidad es la capacidad para ser penalmente responsable, es el presupuesto de la culpabilidad. Nadie puede ser sometido a proceso penal y, por lo tanto nadie puede ser declarado culpable y condenado si la ley no lo considera imputable.
Para la ley penal argentina no son punibles quienes no hayan podido, en el momento del hecho delictivo comprender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones. Tampoco es punible el menor que no haya cumplido 16 años, ni el que no haya cumplido 18 respecto de delitos de acción privada.
Esto no significa que no exista intervención alguna en caso de menores en conflicto con la ley penal. La cuestión está regulada por un decreto-ley de la dictadura (1980), firmado por Videla, que debe ser adecuado a la normativa constitucional incorporada a través de los Tratados de Derechos Humanos. Pero de ningún modo la solución puede ser bajar la edad de imputabilidad, que importaría tratar a adolescentes como si fueran mayores. El actual sistema permite la internación de niños, niñas y adolescentes en institutos de menores, sin un control adecuado, sin un proceso que garantice su derecho de defensa, muchas veces sin plazo y al solo arbitrio del juez. Eso es lo que debe ser revisado. Si bien las provincias vienen trabajando para mejorar ese abordaje, el Congreso está en deuda con una ley especial.
Uno de los filósofos más importantes del siglo XX, Michel Foucault, nos recordaba que desde 1820 se ha probado que la prisión, lejos de transformar a los criminales en gente honrada, no sirve más que para fabricar nuevos criminales o para hundirlos todavía más en la criminalidad[1]. ¿Por qué entonces esa obsesión por encarcelar a los jóvenes? ¿Acaso los queremos internar en escuelas de delito? ¿Acaso ellos son culpables del fracaso de los adultos en proveer seguridad?
Como dije, la selectividad del sistema penal haría que la baja de edad de imputabilidad fuera una respuesta de la más alta violencia frente a jóvenes vulnerables, que aun no han completado su madurez física y mental. Como sociedad debemos interpelarnos sobre nuestra responsabilidad en la situación de pobreza, de extrema vulnerabilidad, de falta de educación de nuestra niñez y adolescencia. Los menores no deben ser el chivo expiatorio para desviar la mirada sobre las causas por las cuales hay jóvenes que entran en conflicto con la ley penal.
Zaffaroni plantea una reflexión muy interesante y cierta al recordar que los niños pasan más horas frente al televisor que frente al docente, y que lo que se consume en América Latina son series policiales transnacionales que imponen roles de los miembros de las agencias penales, que nada tienen que ver con los requerimientos locales. Esas series, en general, glorifican, en palabras del profesor, “al violento, al astuto y al que aniquila al malo”. Esa forma de solución del conflicto mediante la supresión del malo es el modelo que se hace introyectar en planos psíquicos muy profundos. La introyección es el proceso inconsciente por el cual la persona incorpora actitudes, ideas y creencias de un individuo o un grupo con el que se identifica. Esos modelos de solución violenta de conflictos, de eliminación del otro, son receptados por niños, niñas y adolescentes en etapas muy tempranas de su vida psíquica[2].
Es decir, los alimentamos con entretenimiento violento y después, cuando cometen algún hecho delictivo, proponemos su encierro. ¿Y cuándo y cómo los educamos? ¿Es ese el futuro que construimos como argentinos? ¿No nos debemos un debate serio y profundo sobre temas tan importantes?
Criminalizar a los jóvenes y responsabilizarlos por la inseguridad es la más injusta e inmoral de las decisiones.
[1] Michel Foucault: Microfísica del poder. Madrid, 1992, Las Ediciones de La Piqueta.
[2] Eugenio Raúl Zaffaroni: En Busca de las Penas Perdidas. Deslegitimación y Dogmática Jurídico-Penal. 2003, Ediar, Buenos Aires, pág. 132.
A días del cierre de la campaña electoral, se van sumando razones para que los ciudadanos definan su voto. No son consignas publicitarias; son exhortaciones con fuertes fundamentos, al punto que algunas suenan a extorsiones.
A esta semana la empecé en el corazón de Sudamérica, en el norte salteño, más precisamente en Orán. Ese lugar que desde Buenos Aires se ve tan lejos y que para Salta representa uno de los motores productivos para el desarrollo del Norte Grande. Fui invitado por los convencionales municipales para participar de una sesión especial en la que se empezó a debatir la nueva carta orgánica de la ciudad cabecera del departamento.
La mayor parte de las expectativas generadas por la reunión bilateral de los presidentes Javier Milei y Donald Trump no se cubrieron y los mercados de inmediato reaccionaron negativamente. En tanto, logró dictamen el proyecto de ley para declarar la emergencia de las pymes en la Argentina.
Un encuentro improvisado en Washington terminó mostrando la sumisión de Milei ante Trump. Ni acuerdos, ni inversiones: solo obediencia y vergüenza nacional.
El gobierno provincial espera contar, al cierre de este mes, con herramientas para concurrir en asistencia de las mipymes provinciales, envueltas en una severa crisis. En la Legislatura se trata el proyecto de ley que contempla la creación del Fondo de Garantías de Salta.
Comenzó a transitarse la recta final de una campaña electoral que los analistas calificaron como rara. Esta elección de medio tiempo va a plebiscitar la política económica del Gobierno nacional y ello puso en el escenario a otros protagonistas, que no tienen dos semanas para atender sino dos años para resolver los problemas pendientes de su administración.
Lo llevaron desde la casa de su madre a una dependencia de la Policía Federal en Viedma. El Gobierno avaló la orden de traslado que dispuso la Corte Suprema.
El Poder Judicial de Salta abrirá el próximo lunes 13 de octubre, a las 9 de la mañana, el proceso de subasta electrónica de cuatro camionetas (tres Toyota Hilux y una Chevrolet S10) pertenecientes al Poder Ejecutivo.
El periódico estadounidense The Wall Street Journal publicó un fuerte editorial titulado "Argentina: país correcto, rescate equivocado", donde cuestiona el salvataje financiero del Tesoro norteamericano.
El presidente del Autoclub Salta, Pablo Sardi, confirmó en Aries que la categoría nacional correrá el 22 y 23 de noviembre en el autódromo salteño. El evento contará con apoyo del Gobierno provincial y se espera la presencia de hasta 30 mil personas.
El presidente de la comisión, Nicolás Mayoraz, de La Libertad Avanza, confirmó que este miércoles a las 17 comenzará el debate sobre el pedido judicial de desafuero contra el legislador salteño.