
Se mantiene un clima de incertidumbre y la celebración que tiene a Salta como un centro de renovación espiritual en esta jornada, fue una oportunidad para que se señalen caminos por los que puede transitar la sociedad para salir fortalecida.
Las guerras se saben cuando comienzan pero nunca se sabe como continúan ni menos cuando terminan.
Opinión01/06/2022 Guillermo MartinelliLo que ocurre durante sus preparativos o prolegómenos muchas veces es insospechado. Si se lee como terminó la segunda guerra mundial, con un ataque fulminante de las tropas soviéticas a Berlín y la rendición de los alemanes ante los generales soviéticos, no se hubiese imaginado que unos años antes Hitler y Stalin habían firmado un pacto de no agresión. Fueron el mismo Hitler quien ordenó la invasión militar a la URSS y el mismo Stalin que junto a Churchill y Roosevelt protagonizaron el acuerdo de Yalta antes de terminar la guerra, que en acuerdo lograron triunfar como aliados.
Hoy con la guerra Rusia – Ucrania, se supo cómo y cuándo empezó, por la invasión rusa por un acuerdo de defensa con las nuevas Repúblicas de Donetsk y Lugansk, que a su vez le proporciona a Rusia detener la pretensión ucraniana de ingresar a la OTAN. Esto ya dijimos en dos columnas anteriores.
No pocos politólogos en el mundo dijeron que EEUU está en una crisis terminal como imperio y superpotencia. Es cierto que algunas señales indicaban esa posibilidad. Sin embargo la actuación que ese país despliega en este escenario mundial da pautas que utiliza la guerra sin arriesgar ni un soldado, en beneficio de un escenario occidental, más precisamente de la OTAN, que lidera con un asentimiento colaborativo sin resquemores por toda Europa, con insospechadas adhesiones a ese programa, como son Finlandia y Suecia, que abandonan una neutralidad de décadas el primero y más que bicentenario el segundo, para sumarse a esta alianza que capitanea EEUU y que significa la asistencia militar solidaria entre todos sus miembros si alguna potencia los ataca.
Con estas casi seguras sumatorias el Mar Báltico de relevancia estratégica para Rusia deja de serle amigable, ya que su costa oeste pertenece también a países ya no amigos como son Estonia, Lituania y Letonia, ex integrantes de la URSS.
Pero fundamentalmente debe leerse que la República Popular China de Economía de Mercado, está severamente preocupada por las consecuencias comerciales que está avizorando en este fortalecido “new deal” del presidente Joe Biden.
En esta situación actual, con la idea de ampliar la OTAN ya no solo con países del Atlántico Norte sino con los del sur como Australia y con grandes progresos en ese sentido es que el avance fue categórico para que China sepa de esta nueva ruta. Defenderá Taiwán, la isla díscola de China, si es atacada. Ese compromiso público de Biden cayó como balde de agua fría en las preocupadas oficinas de relaciones exteriores del gigante asiático que justamente creía poder avanzar en recuperar la vieja provincia china escindida por Chang Kai-Shek desde el año 1949.
Esta guerra en Ucrania ha deparado no sólo el dolor de toda guerra sino también un escenario enriquecido con la política agresiva pero suspicaz de Biden que se vio de pronto como un líder de occidente, dispuesto a recuperar el poder de los otrora poderosos países occidentales.
Queda todavía mucha tela para cortar.
Se mantiene un clima de incertidumbre y la celebración que tiene a Salta como un centro de renovación espiritual en esta jornada, fue una oportunidad para que se señalen caminos por los que puede transitar la sociedad para salir fortalecida.
La sabiduría popular asegura que no hay mal que por bien no venga. Luego de una derrota electoral que, en otras circunstancias, hubiese sido solo un dato indicativo del humor social, se abrió un proceso de transición hacia un modelo de vinculación más fructífero entre los gobiernos nacional y provinciales.
Finalmente, el presidente Javier Milei vetó la ley de financiamiento universitario. Se avanza ahora hacia la aplicación de la consigna de la comunidad de cada casa de estudios: «Si hay veto, hay marcha».
Esta columna iba a empezar con una semblanza sobre el tiempo del Milagro salteño. Con la imagen de los peregrinos que desde hace días surcan cerros y quebradas y emocionan, porque siguen adelante con el combustible de la fe: esa intuición poética de un pueblo que ni en los momentos más aciagos deja de creer.
La crisis del Instituto Provincial de la Salud no da señales de mejoramiento. Los médicos, que son uno de los principales prestadores, se mantienen en estado de alerta luego de una advertencia de corte de servicios.
Un nuevo análisis sostiene que el presidente Javier Milei profundizó el ajuste tras la derrota electoral. Su mensaje, lejos de estar dirigido al pueblo argentino, tuvo un único destinatario: el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Miles de fieles de distintos puntos de Salta y provincias vecinas caminan hacia la Catedral Basílica. Entre las peregrinaciones más grandes se cuentan las de los Valles Calchaquíes, Santa Victoria Oeste y San Antonio de los Cobres.
El entrenador de la Selección Argentina habló tras la caída en Guayaquil. Analizó la última fecha de las Eliminatorias y destacó el trabajo del rival. También se refirió a la ausencia de Messi.
El Triduo del Milagro en Salta se celebra del 13 al 15 de septiembre con miles de peregrinos, misas, procesiones y la tradicional renovación del Pacto de Fidelidad.
El Gobierno, a través del Decreto 614/2025, estableció nuevas reglas para feriados trasladables facultando a Jefatura de Gabinete a definir traslados.
La tradición, que demanda tres días de trabajo, combina fe, técnica artesanal y colaboración comunitaria.