Promesas

La crisis económica y social concentra la atención ciudadana en cuestiones que impactan su cotidianeidad. La inflación y la inseguridad, entre otros problemas, excluyen la preocupación de la dirigencia por sostener su patrimonio electoral desde el oficialismo o desde la oposición. De allí que se aprovechan todas las oportunidades para mostrar que se van dando soluciones a los problemas más urgentes.

En diciembre pasado, el proyecto de ley de prórroga de la emergencia sociosanitaria de los departamentos del Norte encendió alarmas sobre su efectividad. En el debate se advirtió que no había un informe que diera razones a la necesidad de esa medida y todo indicaba que la vigente hasta entonces no había servido, al cabo de dos años, para solucionar los problemas que la generaron. De allí que la habilitación del dispositivo ubicado en el hospital Santa Victoria fue una señal potente que se está trabajando aunque –como reconociera Gustavo Sáenz- todo lo que se hace es poco; nada es suficiente ante la profundidad del atraso y marginalidad de la zona y de su población.

El servicio habilitado, según la información oficial, permitirá mejorar el estado nutricional de personas sin una patología de base. Beneficiará a una población de 17 mil habitantes aproximadamente, de la cual el 80 por ciento son comunidades originarias. Allí operarán unos 30 trabajadores para cubrir una necesidad que se expresa en patéticas imágenes de abandono y que fuera descripta por el intendente de Santa Victoria Este.

El wichi Rogelio Nerón pidió a la encumbrada delegación de funcionarios nacionales y provinciales que participaron del acto que se queden más tiempo para escuchar a los caciques porque “los indígenas la pasan mal en toda la Provincia”.  Aseguró que las comunidades tienen vida por las ayudas sociales y el suyo es el municipio más pobre del país porque nunca hubo plan de trabajo que resuelva sus problemas. “Empecé sin agua y sigo sin agua”, aseguró, anticipando las dificultades que habrá para la recuperación nutricional que se pretende.

Logró importantes compromisos. El ministro de Desarrollo Social de la Nación, Juan Zavaleta, prometió que su cartera dejaba un equipo de trabajo en el lugar y el Jefe de Gabinete dijo que la Nación llegaba para quedarse, coordinando esfuerzos, sumando el propio poniéndose a la par del Gobernador para ayudarlo en las tareas más difíciles. El mandatario salteño ratificó lo suyo: estar en el terreno al que visitó más veces que lo que hizo cualquier otro en un poco más de doce años.

Cada uno llevó el agua hacia su molino. Disolviendo totalmente los rumores de alejamiento de una función para la que fue propuesto por la vicepresidenta Cristina Fernández, Manzur trajo los saludos presidenciales a Salta mostrando que su vínculo con el titular del Ejecutivo y su inserción en su equipo de trabajo son "excelentes”. 

El gobernador Sáenz tuvo la oportunidad de reivindicar su condición de gestor, hizo un repaso de obras obtenidas golpeando puertas y exhortó a terminar los dirigentes de escritorio. Aseguró que “la conciencia será la que persiga al gobernante que no hizo lo que debía hacer”.

El ciudadano debe controlar que estos discursos reflejen la realidad y que las obras no sean cáscaras vacías.

Salta, 25 de enero de 2021