Condenaron a un hombre que ejerció violencia de género durante 40 años

Héctor Armando Flores fue condenado a la pena de diez años de prisión efectiva por haber golpeado y amenazado de muerte a su esposa durante cuarenta años. Es un caso donde la violencia de género se puede observar en todos sus aspectos. Todavía al imputado le falta enfrentar otro juicio por abuso sexual pero su víctima, ya encontró algo de tranquilidad en medio del infierno.

Judiciales05/06/2019Sebastián CardozoSebastián Cardozo

Josefina, Aguirre e hijas del matrimonio
Josefina Pintos, Dra. Patricia Aguirre y las hijas del matrimonio.

La historia de Josefina Pintos pudo haber terminado en femicidio. Vivió cuarenta años junto a un hombre que la encerraba en su propia casa, la golpeaba y violaba cuando se le daba la gana, le aplicaba picanas en sus genitales y la hacía dormir con una pala y bolsa de consorcio porque la amenazaba de muerte con un arma cada noche.

La víctima se casó dos veces, primer Flores dejó por otra mujer, se cansó, volvió a buscarla y bajo amenazas logro que se casaran nuevamente. Por largos años soportó de todo pero finalmente, la mujer vio la luz en medio del calvario, huyó y tomó valor para denunciarlo.

Imputado
“En mi interior yo ya lo perdone pero eso no quiere decir que no tenga que cumplir con una condena de algo que hizo mal. Espero que este bien pero cometió errores y delitos, lamentablemente lo tienen que pagar y no lo quiere asumir. En mi interior lo perdone y por eso me siento tranquila, no lo odio, directamente no me importa”, expresó Josefina.

Por último, la víctima manifestó que trató de darle durante 40 años, su vida y no lo valoró. “Si pretendo vivir mis últimos años tranquila, debo asumir que ya pasó y no puedo mirar para atrás, quiero vivir para adelante y hacer cosas que antes no podía hacer”, concluyó.



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En total, son seis los condenados: el líder y su pareja como jefes de la asociación ilícita, tres hijos de ella y uno de los yernos. El clan comenzó a operar en 2011 con transportes de 100 a 200 kilos de drogas que iban a Santiago del Estero y Córdoba, entre otras provincias. Para blanquear las ganancias, realizaron distintas inversiones, como la adquisición de inmuebles, vehículos y otros bienes.

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