Orán: Comienza el juicio contra los hermanos Castedo por la muerte de Liliana Ledesma

Desde este miércoles se llevará adelante el juicio por el asesinado de la productora rural, Liliana del Valle Ledesma, ocurrido en septiembre de 2006 en Salvador Mazza. Se espera que la sentencia se dicte el próximo viernes 10 de mayo.

Judiciales 07/05/2019

castedo

Desde las 8:30 comenzará la audiencia en la sala del Tribunal de Juicio de Orán para juzgar a los hermanos Raúl Amadeo “Ula” Castedo y Delfín Reynaldo Castedo, acusados de homicidio calificado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas y encubrimiento.

Los hermanos Castedo se encuentran detenidos en el Complejo Penitenciario Federal III (NOA) de General Güemes, a disposición conjunta del Juzgado Federal de Orán y de la Justicia provincial.

El 25 de febrero de este año, los dos fueron trasladados con gran custodia a la Ciudad de Orán para una audiencia de imputación.

Raúl Castedo, alias Ula, fue detenido en 2009 por la policía boliviana, por sus vínculos con el narcotráfico, y fue extraditado recién en abril de 2016.

Por su parte, Delfín Castedo fue detenido en julio de 2016 en la localidad bonaerense de Ituzaingó, tras pasar una década prófugo.

Ahora ambos estarán sentados en el banquillo de los acusados frente a los jueces de la sala I del Tribunal de Juicio de Orán, Edgardo Laurenci, Raúl Fernando López y María Laura Toledo Zamora.

La condena

Como se recordará, en este caso la ex Cámara en lo Criminal de San Ramón de la Nueva Orán condenó en 2010 a prisión perpetua a María Gabriela Aparicio, Aníbal Tárraga, Lino Ademar Moreno y Casimiro Torres; mientras que le impuso diez años de prisión a Patricia Guerra y cuatro años de prisión efectiva a Juan Moreno.

El 21 de septiembre de 2006, Liliana Ledesma fue asesinada en el puente de Salvador Mazza de siete puñaladas. Su cuerpo quedó marcado por la mafia.

Crónica de un asesinato anunciado

En el rostro presentaba tajos que cortaban sus labios, en clara señal de haber sido silenciada. Su error fue denunciar los movimientos mafiosos que se realizaban en la zona y las vinculaciones con la política y el gobierno de la provincia.

La mujer dijo que el diputado, por ese entonces, Ernesto José Aparicio había mandado a matar de diez balazos a su marido, quien trabajaba para él como narco. También contó que el legislador había comprado terrenos fronterizos en Salvador Mazza (supuestamente para traficar cocaína) y que los había cercado, con lo cual obligaba a muchos vecinos a tener que dar un rodeo por Bolivia para llegar a sus casas. Estaba amenazada pero aun así nunca se calló y dio cuenta de lo que sucedía.



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