Cifelli dio una parcial marcha atrás con el cierre del Fondo Nacional de las Artes

El secretario de Cultura de la Nación dio explicaciones sobre el capítulo Cultura del proyecto de Ley Ómnibus enviado al Congreso, el cual deroga organismos históricos como el Fondo Nacional de las Artes y el Instituto del Teatro.

Política 11/01/2024

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El productor teatral aclaró que no desaparecerán, lo que se interpreta como una marcha atrás parcial sobre lo referido en el texto original: funcionarán –reducidos a programas– bajo la órbita de su cartera. “Cada uno conservará su fin, la promoción y el desarrollo de las actividades artísticas”, dijo y dejó planteadas más dudas que certezas sobre el futuro del programa cultural del país.

Su mensaje era muy esperado, sobre todo por el rechazo que desató en todo el arco ideológico el anuncio del cierre del FNA, subrayado este miércoles por cacerolazos culturales en todo el país y frente a Casa Rosada. Su presentación ante el plenario de comisiones estaba prevista para las 11 de la mañana, ratificado tanto por sus voceros como por los del Ministerio de Capital Humano, cartera a la que pertenece Cultura. Pero sorpresivamente sus palabras se adelantaron para las 10 de la mañana al agrupar las presentaciones de los tres secretarios que pasaron por el plenario en seguidilla, el de Educación, Carlos Torrendel, y el de Niñez y Familia, Pablo de la Torre.

En un discurso de apenas seis minutos, que leyó no sin algo de nervios, Cifelli repitió el slogan del gobierno de Javier Milei: “No hay plata no es un lema, lamentablemente es la realidad”. Dijo que el área cultural debe “revisar una estructura, que no solo no funciona, sino que es deficitaria” y que el plan cultural elaborado demuestra, a su criterio, “los verdaderos valores con los que se trabajó cada uno de los puntos: libertad, transparencia, eficiencia y progreso”.

El proyecto de Ley Ómnibus presentado a fines de diciembre incluye la derogación del Fondo Nacional de las Artes y del Instituto del Teatro. En cambio, mantiene el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) con modificaciones en su composición y financiamiento (también recortando su autarquía), propone cambios en la administración de las Bibliotecas Populares, reduce drásticamente el ámbito de participación del Instituto Nacional de la Música (INAMU) y libera el precio de venta de los libros hasta hoy unificado. Este último punto es otro de los más resistidos en las últimas semanas desde todos los sectores, en un arco que va desde los libreros a las editoriales.

Cifelli dijo que al asumir el pasado mes se encontraron “con entes descentralizados enormes, con más puestos de trabajo que funciones concretas”. “Nos encontramos con organismos que tienen asignados los mismos objetivos, tareas y funciones. Nos encontramos con gasto público, no con inversión. En el contexto de crisis que estamos atravesando vamos a reducir el aparato estatal, vamos a centralizar tareas y funciones y modificar la estructura para reasignar programas que van a depender de forma directa del presupuesto nacional y de la administración central”, insistió.

Durante su exposición apenas hizo mención al futuro del Fondo, el Instituto del Teatro y el INCAA. Sobre los dos primeros, anunció que serán “programas activos bajo la órbita de la secretaría de Cultura. Cada uno conservará su fin, la promoción y el desarrollo de las actividades artísticas”

En tanto, sobre el INCAA, planteó que requiere “modificaciones urgentes” e hizo hincapié en su financiamiento. “El presupuesto debe destinarse de forma mayoritaria a subsidios. Esto serán de hasta un 50% del proyecto, la otra parte deberá ser sustentada por el aspirante”, adelantó y subrayó que el Fondo de Fomento del organismo deberá destinar al menos el 50% de su presupuesto a la producción y exhibición de películas nacionales.

A su vez, precisó que los proyectos fílmicos que no se concreten o no se rindan “deberán devolver el dinero del subsidio teniendo en cuenta el sistema de cotización UVA que corresponda” y que el rendimiento de los gastos de los subsidios deberá “ser detallado y con un continuo seguimiento”.

Cifelli expresó que la nueva administración del gobierno apunta a “centralizar la gestión cultural donde tiene que estar: el organismo cultural del estado, la secretaría de Cultura”.

No hubo en el discurso de Cifelli explicaciones sobre los cambios que se prevén en el Instituto de la Música, tampoco sobre el futuro de las bibliotecas populares ni mención alguna a la industria editorial. El secretario, quien se ha mostrado poco presencialmente desde que asumió el pasado 10 de diciembre –aunque postea sus visitas y saludos a las dependencias que dirige– ha quedado envuelto en varias polémicas, entre ellas la designación y des-designación del presidente del Fondo Nacional de las Artes, debió además enfrentar las preguntas de los diputados.

Legisladores de todos los bloqueos plantearon sus reparos a las modificaciones en Cultura. La radical Danya Tavela le recordó al ministro que algunos de los organismos que buscan tanto derogar como modificar se financian con “recursos de carácter externo, no del Tesoro Nacional”. También desde la UCR, la jujeña Nataloia Sarapura preguntó por la ausencia de financiamiento de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica en el proyecto, que depende del Incaa y cerraría sus puertas–, e instó a Cifelli a que diga “cuáles son esos malos manejos de fondos para eliminar el Instituto del Teatro y el Fondo nacional de las Artes”.

A la hora de responder, Cifelli volvió a leer sus argumentos. Los diputados le reprocharon esto, pero él ignoró la crítica y solo aclaró que se debía a que había “anotado” lo que iba a decir. Insistió en que la propuesta de la secretaría no es “desfinanciar y cerrar”, sino “optimizar y transparentar el manejo de los fondos que provienen de diversas fuentes, para destinarlos correctamente y cumplir con la finalidad original y verdadera”. Prometió debatir con más detalles una vez que el Gobierno envíe el proyecto de Presupuesto 2024 al Congreso, donde se van a especificar cuántas partidas recibirá la secretaría de Cultura.

En relación al impacto económico de las reducciones en Cultura, hubo nuevamente respuestas sin precisiones. Dijo que la secretaría tiene “plena capacidad como organismo público específico para administrar los medios económicos de fomento de las actividades culturales”.

Hacia el final, deslizó los motivos por los cuales se podría haber avanzado con los cambios en el Fondo Nacional de las Artes y el pase a la órbita de la secretaria. “Hoy tenemos coexistencia de múltiples estructuras administrativas con idénticos propósitos como lo son el Fondo Nacional de las Artes y la secretaría de Cultura”, subrayó de manera escueta.

En una segunda tanda de preguntas, el ex ministro de Cultura porteño hoy diputado Hernán Lombardi sostuvo que es necesario poner un tope a los gastos burocráticos en los organismos culturales y dejó algunas sugerencias para Cifelli, entre ellas, que la Nación impulse un proyecto de ley de mecenazgo - la UCR ya ha trabajado de manera exhaustiva en uno - para “agregar y no sustituir la inversión en cultura”. En ese sentido, ponderó la administración del Instituto Nacional del Teatro, uno de los organismos que se busca ahora pasar a la órbita de la secretaria, por tener un tope de gastos. Por otra parte, propuso tomar recursos de otras áreas del Estado, como la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, la cual propuso disolver.

Una vez más, Cifelli ahorró palabras a la hora de responder. Dijo que los diputados tienen la “oportunidad” de girar fondos a Cultura a través del proyecto de presupuesto y que prometía que los iban a “cuidar” en su cartera. Pero el diputado de Unión por la Patria Germán Martínez le recordó al secretario que el Gobierno prorrogó el presupuesto 2023 y no tiene previsto enviar una ampliación del mismo.

Clarín

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