Fallo en Nueva York

Sobre el fallo debemos decir varias cosas. En primer lugar, que es el resultado de la venta que el presidente Menem hizo de YPF en la década del 90; que distintos grupos económicos compraron en porcentajes diferentes, de tal manera que el reclamo en Nueva York es por porcentajes que sumados ascienden al 26.63% del total y no al 100 % del capital accionario. No existe en la sentencia cifra que condene a la Argentina y menos aún de 16.000 millones de dólares, cifra que especulan los medios informativos que tiene un claro mensaje opositor al Estado y Gobierno Nacional.
Los fondos Buitres que adquirieron las acciones de los antiguos dueños nunca fueron beneficiados con una sentencia por esa suma que enarbolan los medios, más aún si hoy hubiera que pagar tomando como base esos meneados 16.000 millones los fondos Buitres tendrían derecho a solo 4.200 millones de dólares.
La sentencia -reitero- no condena a cifra alguna sino que ordena que las partes establezcan un monto en favor de los fondos Buitres. La sentencia como dije, es de primera instancia por lo que, al igual que en nuestro país y como casi en todo el mundo será revisada por vía de apelación, por una Cámara de Apelaciones y además se puede llegar a la Corte Suprema de EEUU, es decir que el fallo no está firme. Hay un largo camino para recorrer.
Es lamentable que algunos connacionales se alegren de la condena al país y hagan de esa condena un elemento de uso electoral en su beneficio como lo especulan Bullrich y Milei demostrando nuevamente qué poco aprecio se tiene por la nación y que enseñoreados se presentan como arietes en contra de los intereses de los argentinos, aunque se disfracen con posturas superadoras.
Hay una campaña ya no solo en contra de partidos en carrera para las elecciones presidenciales sino que trasvasaron el límite y se solazan y alían con los que condenan a nuestro país. Qué nos pasaría si ellos ganaran las elecciones: en este solo rubro, el de la energía, perderíamos YPF, Vaca Muerta y derechos sobre el Litio, para solo citar los más emblemáticos.
Defender nuestro país es la consigna diaria porque nuestra historia lamentablemente se encuentra plagada de gente que no lo quiere, que se encolumna con los entregadores de nuestro patrimonio. No nos sumemos a ellos.