Opinión 02/08/2022

Demanda

No está en riesgo la carrera de Medicina de la Universidad Nacional de Salta; la creación de la Facultad propia tendrá que esperar un tiempo. Esa es la situación que, sin embargo, ha generado un clima de inquietud y especialmente de incertidumbre entre los estudiantes, con el correspondiente impacto social.

Hace siete años, con setenta alumnos, se inició formalmente el dictado en la UNSa y al cierre del actual año académico egresarán los primeros 14 médicos. Esta breve historia estuvo antecedida por una larga gestión para lograr su creación; fue una aspiración desde el momento mismo en que se comenzó a trabajar por una universidad para la Provincia y la perseverancia por contar con la carrera se vio fortalecida por la necesidad de un recurso humano tan demandado como escaso. De allí que los cursantes deben hacer prácticas en todo el territorio porque en cada ciudad, pueblo o paraje la ausencia de médicos se hace sentir.

En su primera etapa dependió de la Universidad Nacional de Tucumán y desde 2015 funcionó en la universidad local como una extensión aúlica, con su presupuesto, su plantel de docentes propios y con laboratorios para el desarrollo de prácticas e investigaciones. Ese logro expectante no tuvo, a partir de su dictado desde este año como carrera de la universidad local, un crecimiento que cubriera el interés de quienes aspiran a formar y formarse en el lugar que supuestamente los contendrá cuando alcancen sus objetivos.

Esa estrechez es lo que llevó al cuerpo docente a reclamar la propia facultad ya que sostienen que sus recursos, administrados por la Facultad de Ciencias de la Salud, no se orientan exclusivamente a los fines asignados. Es lo que se escuchó desde que en la pasada semana, el pedido quedó desestimado como parte del Orden del Día de la Asamblea Universitaria convocada para octubre próximo.

Los voceros de las quejas especialmente denunciaron la precariedad de su relación laboral ya que sus cargos no están concursados y no hay disponibilidad de recursos para normalizar esas situaciones y otras, como las de hacer crecer una planta administrativa que atienda exclusivamente las cuestiones vinculadas a esa carrera. En ese planteo tienen el acompañamiento de los alumnos, que temen enfrentar la frustración que la carrera se cierre.

Fue el rector Daniel Hoyos quien propuso al Consejo Superior de la UNSa que la creación de la Facultad de Medicina sea tratada en la Asamblea Universitaria que deliberará tras 20 años que no fuese convocada, pese a la trascendencia de su función como órgano superior de gobierno de la institución. Otras cuestiones, también de importancia radical como la reforma de los estatutos de la casa de estudios, desplazaron el pedido que ha generado la movilización del sector. 

Frente a ese resultado, el rector salió a dar seguridad que la continuidad de la carrera no está en riesgo y ratificó que hay sobradas razones para su funcionamiento. Reconoció que el análisis que se hace desde su conducción es del aporte que la universidad debe realizar a la mejora del sistema de salud en general. En tanto, se sostiene el perfil del profesional que egresará de sus aulas, con competencias clínicas y psicosociales basadas en la consideración de los determinantes que contemplan incluso estilos de vida, el componente ambiental y el accionar de los servicios de salud.

Si bien hay inquietud en distintos sectores, que comparten la incertidumbre sobre un emprendimiento que está en sus inicios, también se aprecia que resulta saludable el debate que se ha generado. Más allá de sus alternativas, hay plena coincidencia que Salta debe defender la carrera y asegurar la calidad de la formación de un recurso humano imprescindible.

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