Desmemoria e Ingratitud V
El peronismo, desde su nacimiento, exigió del multicolor arco opositor decisiones que, en primera instancia, ante la imposibilidad de vencerlo en las urnas (1945 – 1976), recurrieron a la fuerza de las armas para burlar la decisión soberana del pueblo, que se expresó en 1946 con el 52,40% de los votos; la reelección de 1951 con 62,49%.
Las acciones subversivas por parte de la resistencia oligárquica tuvieron explicitación de superficie, de manera permanente, a partir de septiembre de 1951 con el objetivo no solo de derrocar a Perón sino también de asesinarlo. A partir de allí, algunas de las principales acciones en ese sentido fueron El 1º de mayo de 1953 cuando explotaron bombas en el Círculo Militar y otros lugares de la ciudad. El 26 de abril de 1955 una bomba de gran poder destructivo fue colocada en el edificio de la Confederación General Universitaria, brazo gremial universitario del peronismo en el gobierno. El 11 de junio de 1955 se debió prohibir la marcha de Corpus Christi por ocultar intenciones políticas destituyentes, El Jueves 16 de junio del mismo año ocurrió el bombardeo a la Plaza de Mayo donde descargaron sobre la ciudadanía una cantidad de bombas superior, en toneladas, a las arrojadas por los nazis a los vascos en Guernica. Causaron 350 muertos y más de 1000 heridos.
Roberto Baschetti nos cuenta que, en este tipo de actividades, y muchas otras, participaron algunos de los que, con el tiempo, fueron destacadas figuras en períodos de gobiernos de facto como: Alejandro Agustín Lanusse, que llegó a ser presidente entre 1971-73 y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. Julio Rodolfo Alsogaray, que durante la dictadura del General Onganía (1966 – 1970) fue Director de Gendarmería Nacional, Comandante en Jefe del Ejército llegando al grado de Teniente General, paradójicamente, tuvo dos hijos militantes en la Juventud Peronista y Montoneros. Luis Máximo Prémoli que fue pareja de la multimillonaria empresaria cementera Amalia Lacroze de Fortabat y Rodolfo Larcher: general que fue secretario de guerra del gobierno de Frondizi en 1960
Contaron con la apoyatura política- militar de los integrantes de la Unión Democrática, incluidos el Partido Comunista y el Partido Socialista, y los sectores nacionalistas católicos, integrados por falangistas, fascistas, franquistas, monárquicos y nazis, dirigidos por Mario Amadeo que, luego fue Ministro de Relaciones Exteriores durante el corto paso de Lonardi como presidente de facto y después embajador ante Naciones Unidas en el gobierno de Arturo Frondizi.
Conformaron los tristemente recordados comandos civiles integrados, entre muchos otros, por Vicente Centurión y su hermano Carlos Centurión, Patricio Cullen, Francisco Juan María “Pancho” Elizalde, Hernán Elizalde, Guillermo Elizalde, Gilberto Félix Elizalde, Mariano Grondona, y Santiago Estrada que, en 1967, fue nombrado Subsecretario de Seguridad Social con Onganía, el mismo cargo con Videla primero y después con Menen, luego embajador de Alfonsín en El Vaticano y terminó usufrutuando una banca en la legislatura porteña representando a Mauricio Macri
Cuando el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas dictó sentencia, por el bombardeo a la plaza, sancionó a muchos, entre los cuales se encontraba el Contralmirante Aníbal O. Olivierti; sus secretarios, Eduardo Emilio Masera futuro integrante de la Junta de Comandantes que tomó por asalto el poder el 24 de marzo de 1976, siendo más tarde juzgado y encontrado culpable de múltiples crímenes de lesa humanidad, y Horacio Mayorga que llegó a ser Contralmirante en los 70; no fueron condenados por el beneficio de la duda. También al Capitán de Fuerza Área Jorge Alberto Mones Ruiz; Osvaldo Cacciatore; Francisco S. Manrique y Miguel Ángel Zavala Ortiz que conserva el triste privilegio de ser el único civil que bombardeó Plaza de Mayo el 16 de junio de 1955; Eduardo Invierno; Teniente de Navío. Carlos Massera, hermano de Eduardo; Capitán de Fragata. Aviador, Néstor Noriega. Jefe de la Base Aeronaval Punta Indio. Su avión lanzó la primera bomba sobre la Plaza de Mayo; Teniente de Corbeta Eduardo Rivero Kelli, Un total de 132 aviadores y un civil, que utilizaron 37 máquinas para escaparse al Uruguay donde fueron recibidos por el que luego fue jefe del Primer Cuerpo de Ejército, Guillermo Suarez Mason. Todos ellos, fueron amnistiados por decreto de setiembre de 1955.
La Unión Cívica Radical, con la firma de su presidente Arturo Frondizi, declaró que la responsabilidad de los trágicos sucesos del 16 de junio de 1955 fue enteramente del gobierno, sin dejar de reiterar su solidaridad con “cuantos sufren cárcel, persecución o destierro por defender las libertades argentinas” es decir los golpistas.
Luego ocurrió el golpe de estado de setiembre de 1955. La Revolución fusiladora designó a Eduardo Lonardi, que duró tres meses en el gobierno. Un golpe palaciego impuso a los elementos más reaccionarios y anti peronistas, como Aramburu e Isac Rojas, que se dedicaron a dejar sin efecto todas las reivindicaciones obtenidas, tanto, que en menos de un mes dictaron más de 4200 decretos, casi 105 por día. Demasiado odio acumulado. Exorbitante resentimiento social, que dio lugar a una feroz caza de brujas, allanamientos, persecuciones, encarcelamientos, torturas. Para miles de dirigentes argentinos solo por su adhesión a un proyecto político.
A Perón se lo acusó de 121 delitos, se le inició un juicio por “traición a la Patria”, se le prohibió el uso de grado militar y uniforme. Lo acusaban de sembrar el odio en la familia argentina, incitación a la violencia y al crimen; ataques a la religión católica e incendio de iglesias; quema de la bandera argentina; fastuosidad en el vivir, incompatible con la austeridad militar. Pero también de tirano, déspota, cobarde, lesivo, irredimible, conculcador, depravado, degradador, pero también utilizaron términos como perverso, espíritu faccioso, humillador, fratricida, deshonrador, engañador, corrupto, siniestro, abominable, demagogo, latrocinador, padre de la mentira, indeseable, sombra siniestra, regente totalitario, verdugo y alborotador público.
Según definición de los golpistas, los peronistas en su conjunto, eran: venales, cohechadores, adulones, intrigantes, codiciosos del poder, demagogos y también masa ululantes que degradaban a la mayoría. El peronismo como identidad política o social fue acusado de ofrecer falsas promesas, verter declaraciones huecas, provocar rectificaciones temerarias, llevar a cabo apostasías sin precedentes, generar zozobras, angustias, lágrimas, pobreza, propiciar la delincuencia política, mostrar impúdicamente su incoercible depravación moral, hacer efectiva una perversidad insondable, aprovechar la explotación de la ignorancia por la deshonestidad. 18 años después, la realidad, demostró que sobraron adjetivos pero faltaron verbos y sustantivos.
Muchas gracias - Hasta la próxima
Miguel Ángel Cáseres
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