Opinión Guillermo Martinelli 27/05/2021

El peor momento de la pandemia

Cuando el Presidente de la Nación hablo la última vez por cadena nacional no ahorro dramatismo al marcar que atravesamos el peor momento desde que se instaló la pandemia por el covid19. Y fue ajustado a la penosa realidad que nos atraviesa en todo el país ya que los indicadores de contagiados, camas de terapia intensiva, uso de respiradores y fallecidos así lo testimonian.

Pero si hay un dato que acompaña el concepto presidencial es el acompañamiento general, sin fisuras, de todo el arco gubernativo del país.

Solo los comentarios de Patricia Bullrich  y de uno que otro periodista, mal intencionado, de canales televisivos son la ovejas negras en el ambiente nacional. El pueblo, en una inmensa mayoría, ha privilegiado la verdad dolorosa y sufriente que transitamos, que el discurso negacionista  que en otro momento se difundía mas con un sentido político que con criterio sanitarista.

Hoy llevamos algunos días de confinamiento en nueve departamentos de esta provincia y se advierte un comportamiento de responsabilidad que acompaña la búsqueda de la sanación. No se me escapa que algunos creen, todavía, pese a las aclaraciones, que  la falta de vacunas se debe a algo propio del gobierno y no al retaceo o incumplimiento por partes de los laboratorios con la entrega de las millones de dosis compradas y pagadas por el gobierno nacional.

No es sostenible ningún argumento, con seriedad y fundado, que pudiera adjudicársele desidia gubernamental en la búsqueda de vacunas.

Vuelvo a ratificar lo que dije en columnas anteriores: la preocupación de los estados nacionales en el orbe es el mismo que aquí, encontrar rápidamente el mejor elemento inmunizador que es aplicar vacunas. Pero cualquier escucha o lector de noticias sabe perfectamente que sigue siendo el bien más escaso y que hay un privilegio muy marcado, de satisfacer las demandas de los países centrales y de los generadores de vacunas donde se encuentran asentados los laboratorios líderes en esta rama. Asimismo es elocuente que esta pandemia sólo será derrotada, en estos altos grados de fatalidad, con el comportamiento de la sociedad en su conjunto y de la aplicación de ese medicamento que tendrá que repetirse temporalmente a los largo de muchos años.

         Sigamos en el camino de la superación acompañando la sensatez frente a  lo maligno con conductas armoniosas en contra de lo caótico.

         Es oportuno dejar sentado que en este clima sanitario no se pueden realizar las elecciones provinciales del 4 de julio como tampoco campañas proselitistas durante todo el mes de julio salvo que se quiera asumir un riesgo innecesario y contradictorio con el esfuerzo de evitar contagios y fallecimientos. 

    

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