Opinión30/10/2025

Achicar el Gabinete no es un gesto: es una señal política

La provincia de Salta abrió un debate que, tarde o temprano, todas las administraciones provinciales deberán dar: cuánto cuesta el Estado y qué tan eficiente es en la gestión.

El gobernador Gustavo Sáenz analiza reducir la cantidad de ministerios y secretarías, en sintonía con un proceso nacional de recorte del gasto público que atraviesa a todos los niveles del Estado argentino.

Inversión o gasto

Argentina entró en una etapa donde la sociedad ya no tolera la ineficiencia ni la superposición burocrática.

No se trata sólo de "achicar por achicar", sino de diferenciar inversión de gasto.

Todo lo que genera obra, educación, seguridad o condiciones para la producción es inversión.

Todo lo que se convierte en estructura redundante o en privilegio, es gasto.

Y el gasto se paga —lo paga la gente— con impuestos, con inflación y con pérdida de servicios.

Un Estado que gestione

La provincia tiene responsabilidades concretas: garantizar educación, salud, seguridad, obra pública y desarrollo productivo.

Para eso necesita equipos eficientes, pero no necesariamente un Estado sobredimensionado.
Hoy se calcula que, descontando los sectores esenciales, unos 7.000 empleados administrativos sostienen la gestión diaria del gobierno central.

La pregunta que sobrevuela no apunta a señalar culpables, sino a revisar un sistema que durante años acumuló personal sin una tarea específica, fruto de decisiones políticas de distintas etapas y de distintos gobiernos.
Esa estructura, más que responder a una estrategia de gestión, se fue convirtiendo en una inercia del Estado: una maquinaria que muchas veces se mueve más por su propio peso que por objetivos claros.

Los cambios en el Gabinete de Sáenz desde que es gobernador

La oportunidad de Sáenz

Con seis años de gestión, Gustavo Sáenz enfrenta un punto de inflexión político.
La Argentina vive un momento de fatiga social con la política, donde los gestos pesan tanto como las decisiones.
Después de haber atravesado numerosas elecciones, el gobernador tiene la experiencia para entender el hartazgo ciudadano y la inteligencia política para leer los tiempos: este es el momento de mostrarse cerca de la gente, lejos de los privilegios.

En cualquier municipio, todos saben quién trabaja para quién, qué hace y dónde.

Esa percepción ciudadana —de empleados que cobran sin producir, de militantes que sobreviven del Estado- erosiona la legitimidad política de todos, sin distinción de partidos.

Y Sáenz tiene una sensibilidad especial para advertirlo: sabe que si su futuro político depende de sostener aduladores o estructuras vacías, el costo será el fracaso.

En cambio, si elige apoyarse en la gestión, en los resultados y en la cercanía real con la gente, puede iniciar una nueva etapa de liderazgo provincial.

Pero no sólo eso.

Este tipo de decisiones, esta mirada y esta capacidad de aceptar los desafíos de la época, trascienden el marco provincial.
Un gobernador que logra ordenar su Estado, administrar con eficiencia y demostrar capacidad de gestión, puede proyectar su figura a nivel nacional.

Sáenz tiene condiciones políticas, experiencia de gestión y una mirada de producción y desarrollo que podrían convertirlo en referente de una Argentina que aún tiene mucho por discutir.

Sáenz evalúa reducir los ministerios y reestructurar el gabinete

Más que un recorte, una reconstrucción

Achicar el gabinete o no, no puede quedar sólo en esa idea.

Reducir ministerios debe ser mucho más que un número o un gesto de austeridad.

Debe ser una señal política y una construcción institucional: una forma de decirle a la sociedad que el Estado está dispuesto a cambiar, a revisar su forma de funcionar y a enfocarse en lo esencial.

En definitiva, achicar el gabinete debería ser apenas un término simbólico de un proceso más profundo: reconstruir la gestión provincial desde la eficiencia, la honestidad y el sentido común.

Y en esa reconstrucción, puede estar también la puerta de entrada a una proyección nacional sólida, basada en la gestión, no en los discursos

Te puede interesar

Cooperación

Se va a revisar la normativa que regula el funcionamiento de la Cooperadoras Escolares. Es la primera respuesta a una situación que cada año se repite al momento de habilitar la matrícula para cada año lectivo.

Caputo, la estrella de los americanos y el escudo de Milei

Mientras los argentinos votaban entre promesas y frustraciones, los grandes fondos ya habían ganado la elección. En diez días hicieron un negocio que ningún gobierno podría garantizar sin complicidad política.

Propósitos

Tras las elecciones de medio tiempo, importa atender el medio tiempo que resta. Por delante hay dos años de mandato para los Ejecutivos nacional y provincial y pensarlos en términos de una renovación reducirá la apreciación de una gestión obligada a resolver severos problemas por los que atraviesa el país.

La lógica del cambio

Dos millones de argentinos no fueron a votar.

Aprobación

La democracia argentina ha dado otro paso hacia su fortalecimiento. Más allá de los resultados de las pasadas elecciones, se hizo lugar a una forma de participación ciudadana que, en cada comicio, tiene la oportunidad de evaluar la tarea política que se despliega desde la administración del Estado a la práctica del control del manejo de los asuntos públicos, que es tarea de los legisladores. Y a través del voto, califica.

Ganaron una elección; nada cambió

La Argentina atraviesa una etapa de pérdida de soberanía y dignidad nacional, pero hay que confiar en que la convivencia democrática siga garantizando el derecho a pensar distinto.