De vuelta a clases

Este año, empezamos las clases en casi todo el país afortunadamente sin problemas gremiales importantes. En algún lugar puede haberlo, pero en términos generales en un contexto muy complejo de Argentina con un nivel inflacionario realmente tremendo y con una pauta de acuerdos salariales muy cortitos, no más largos que trimestrales, podemos empezar las clases.
Eso es bueno, es bueno empezar las clases, sería mucho mejor tener una Argentina más estable que nos permita hacer una previsión a más largo plazo de un trimestre, pero es obvio que no se puede más.
Lo importante en este inicio de clases es ver de qué manera logramos dos cosas: Uno, fuerte inclusión en el sistema educativo. Cómo hacemos que los niveles de escolarización de la Argentina, que son altos se mantengan realmente con bajos niveles de deserción escolar. En ese sentido, han sido señales de alarma, luces amarillas, algunas iniciativas que hubo en algún lugar de la Argentina, particularmente en provincia de Buenos Aires que planteaba evitar la repitencia para bajar los niveles de deserción escolar. Un error grosero que por suerte primó el sentido común y no se avanzó en eso, porque lo que es importante para garantizar altos niveles de escolarización y bajo niveles de deserción escolar, sobre todo en los chicos más grandes, lo que nosotros necesitamos es que los adolescentes le encuentren un sentido a nuestro sistema educativo, hoy las nuevas generaciones lo que están planteando es la utilidad práctica, ¿Qué logro yo del sistema educativo en términos de desarrollo personal?, y ahí es donde todavía tenemos pendiente en la Argentina, de qué manera no solo hacemos más ameno todo el proceso, sino fundamentalmente cómo les damos herramientas.
Sabemos que hoy el mundo moderno te va a exigir más que nunca elementos de análisis numérico-verbal que te permita realmente capacidad de realizar razonamientos, capacidad de evaluar en abstracto, eso lo necesitamos porque todas las carreras con mayor potencia en términos de oferta de trabajo están paradas en esa línea.
Es importante que nosotros entendamos que nuestro sistema educativo tiene que formar a los chicos para el mundo que les va a tocar vivir, no para el que vivimos nosotros o el que vivieron nuestros padres. Hay una profunda reforma educativa que tenemos pendiente y es importante que tengamos en cuenta eso, pensando obviamente garantizando los derechos, a docentes, a todo el sistema - totalmente de acuerdo, eso no se discute -. Lo que hay que discutir es de qué manera la educación que le damos a los chicos es una herramienta que les permite desarrollarse en la vida. Todavía en veremos.