
Las marchas en todo el país y el rechazo del Congreso a los vetos presidenciales expresan lo más elemental de la democracia: el pueblo y sus representantes le marcan límites al poder. No es un golpe, es participación ciudadana.
Recurrentemente, ha ocurrido en la historia universal y por lo tanto, también en nuestro país, que en períodos de crisis agudas que han llevado a la sociedad a una situación de descreimiento y frustración tal como ahora, aparecieran personajes mesiánicos que con discursos demagógicos, han pretendido y desgraciadamente en ocasiones han logrado, aprovecharse de ese justificado enojo de una comunidad, para ofrecer soluciones aparentemente simples y supuestamente fáciles de alcanzar, que puedan brindar una salida rápida a esa situación que llevara al desánimo colectivo.
Opinión31/05/2022 Jorge FolloniPara citar solo algunos casos extremos y de resultados catastróficos, en los cuales se diera un hecho como el que nos referimos, tendríamos que remontarnos al peor ejemplo, acaecido en 1933, cuando el pueblo alemán, se vio sumido en la más grande hiperinflación de la historia, a la par que a un ultraje a su nacionalismo, al estar sometido a afrontar con su sacrificio, el pago de las pesadísimas indemnizaciones económicas que le habían sido impuestas en el Tratado de Versalles, por los países que los habían derrotado en la primera guerra mundial, acaecida entre los años1914 y 1918.
De pronto, la indignación de ese pueblo, creyó encontrar la posibilidad de una justificada reparación, en el inflamado discurso de un ignoto cabo austríaco, que, exaltando su más bajos instintos, responsabilizó de todos sus males a los judíos y terminó en el holocausto, que costó seis millones de asesinatos.
Pero no es necesario retrotraernos tanto en el tiempo, ni acudir a ejemplos tan terribles.
Ahora, en años recientes, acaeció nada menos que en Estados Unidos, donde un personaje de extrema derecha como Donald Trump, ajeno al mundo de la política, a la cual denostaba, se aprovechó del enojo de una sociedad frustrada por la carencia de empleos suficientes y cargó todas las culpas en los inmigrantes, a quienes insultaba como ladrones y violadores, prometiendo ridículamente, construir un muro que impidiera su ingreso.
Lo que provocó con ese mensaje de odio, es que se desataran una gran cantidad de tristes episodios de discriminación y revanchismo contra los habitantes de origen latinoamericano o afroamericano.
Antes de esto, en Venezuela, multitudes enardecidas por la suba en las tarifas de los servicios públicos, que impusiera el presidente Carlos Andrés Pérez, electo en forma democrática, se sintieron subyugadas por el discurso subversivo de un militar golpista como Hugo Chávez que, con la continuidad de Nicolás Maduro, terminaron convirtiendo a un país poseedor de las mayores reservas hidrocarburíferas, en uno de los más pobres del mundo, asolado además, por la brutal persecución a opositores y gravísimas violaciones a los derechos humanos.
También en nuestro país, hemos tenido lamentablemente, varios ejemplos de esta naturaleza.
Ahora, sin ir más lejos, apareció un personaje farandulesco, con melena leonina y fingida cara de furia, pretendiendo capitalizar para sí, la entendible frustración derivada de la catástrofe económica y social a la que nos vemos sometidos, derivada del fracaso de la gestión anterior, cuyas consecuencias, lejos de ser solucionadas, fueron agravadas por un gobierno como el que padecemos, bicéfalo, sin rumbo y desorientado.
Una situación como la actual, de la más alta inflación de las últimas tres décadas, de un índice de pobreza cada vez mayor, que ya alcanza a casi el cincuenta por ciento de nuestra población y alto desempleo, no habrá de ser solucionada con propuestas irresponsables y carentes de sustento lógico alguno, como la de convertir a nuestro país en el único del mundo sin un banco central o dolarizar la economía, pretendiendo ignorar las dramáticas consecuencias que ello traería aparejado para los sectores más carenciados.
Se pretende que olvidemos el desastre al que nos condujo en el año 2001, la implosión en que terminó el experimento de la paridad cambiaria, de cuyos daños no logramos todavía reponernos.
No debemos permitir que nadie irresponsablemente, juegue con la desesperación de un país, que espera el milagro de una salvación.
Desconfiemos de aquellos que ofrecen soluciones fáciles y mágicas. En la vida nada valioso se consigue sin esfuerzo.
Nadie tiene el derecho de condenar globalmente, a todo aquel con el que no concuerda, como si esto fuera una realidad de réprobos y elegidos, poniéndose ellos arbitrariamente, entre los elegidos y levantando el dedo acusador contra todos los demás.
Debemos temer de quienes plantean un escenario apocalíptico, lejos de buscar soluciones en un esquema participativo y democrático, sin arbitrarias exclusiones.
La historia demuestra cabalmente, que los supuestos iluminados, terminan inexorablemente, sumiéndonos a todos en las sombras.
Las marchas en todo el país y el rechazo del Congreso a los vetos presidenciales expresan lo más elemental de la democracia: el pueblo y sus representantes le marcan límites al poder. No es un golpe, es participación ciudadana.
Congreso y gobernadores son dos partes del poder político que desvelan al Ejecutivo Nacional. Tras dos años con presupuesto prorrogado la administración libertaria ha entendido que puede ser un elemento ordenador de vínculos inconducentes, como los que ha venido manteniendo hasta ahora.
Se corrió el velo sobre el manejo de los recursos públicos durante 2026. Fueron expuestas las grandes líneas de lo que podría ser el primer presupuesto de un gobierno que va a ingresar en su tercer año de gestión.
Septiembre avanza y con él un escenario político que se va reconfigurando día a día. Lo que se palpa en las calles y en las urnas es que el oficialismo ya no tiene aquel blindaje con el que arrancó su gestión. El malestar es real y cada vez más visible: se expresa en el voto, en la desconfianza, en la distancia de sectores que hace poco estaban dispuestos a darle crédito.
Con la frase ‘lo peor ya pasó’, el Presidente repitió el libreto de sus antecesores. El discurso leído y sin apoyo de sus funcionarios dejó más dudas que certezas y derivó en cacerolazos.
Javier Milei llegó al poder gracias a un sentimiento: el hartazgo. El rechazo a la corrupción, a un poder judicial manipulado y a la impunidad de tantos años fue lo que unió a la sociedad detrás de su figura en un momento de inflexión en Argentina.
El entrenador de la Selección Argentina habló tras la caída en Guayaquil. Analizó la última fecha de las Eliminatorias y destacó el trabajo del rival. También se refirió a la ausencia de Messi.
La Universidad Nacional de Salta se moviliza hoy en la Marcha Federal para protestar contra el veto a las leyes de financiamiento universitario y emergencia pediátrica.
La fecha fue establecida en honor a José Manuel Estrada, reconocido intelectual, político y educador argentino que falleció el 17 de septiembre de 1894.
El candidato a senador acusó a la gestión Milei de priorizar la confrontación antes que resolver las necesidades de universidades, jubilados y provincias.
El periodista deportivo radicado en España analizó en Aries la adaptación del exRiver al Real Madrid. Sostuvo que un año más en el fútbol argentino le habría dado más rodaje antes del salto.