
Mientras los argentinos votaban entre promesas y frustraciones, los grandes fondos ya habían ganado la elección. En diez días hicieron un negocio que ningún gobierno podría garantizar sin complicidad política.


A treinta y nueve años del desembarco de tropas argentinas en Malvinas, el país todavía se estremece recordando la aventura bélica que costó vidas y bienes y alejó la posibilidad de una recuperación del archipiélago escindido del territorio nacional.
Opinión02/04/2021
Solo queda en pie la obligación de rendir homenaje a quienes murieron o sobrevivieron con dificultades a esa patriada a la que los protagonistas se entregaron con convicción.
La causa de Malvinas es una herida abierta en la historia nacional desde que en 1833 Gran Bretaña obtuvo el control sobre las islas y las declaró colonias del Reino Unido. Luego de su independencia en 1816, Argentina alegó y afirmó que las Islas Malvinas eran parte de su territorio y que estaba en el derecho de reclamarlas como suyas, por lo que la ocupación británica fue considerada y demandada como un acto de usurpación.
El 2 de abril de 1982, Argentina intentó recuperar el territorio cuya soberanía está aún sin definirse. Naciones Unidas ha mandado y reiterado la orden de que las naciones contendientes se sienten a resolver la disputa por medios diferentes a la guerra, pero el conflicto de fines del siglo pasado alejó esa posibilidad.
Son coincidentes los análisis que señalan que la llamada Guerra del Atlántico Sur fue iniciada por el dictador argentino Leopoldo Galtieri en un intento por dar popularidad a un gobierno que no era otra cosa que una dictadura y se había quedado sin sostén alguno, en medio de una crisis política, económica y social. El conflicto bélico duró un poco más de sesenta días y terminó con una rendición incondicional de las fuerzas armadas argentinas.
Las consecuencias del desatinado intento de recuperación de las tierras por vías ajenas a la negociación fueron muchas, especialmente la lógica ruptura de las relaciones diplomáticas entre Gran Bretaña y Argentina hasta 1989 en que se suscribió la Declaración Conjunta de Madrid, como corolario de un proceso de reconstrucción de las relaciones bilaterales entre ambas naciones. Si bien sus disposiciones constituyeron un gran avance en el restablecimiento de vínculos, se acordó una fórmula de soberanía que establece que nada de lo acuerden o realicen las partes bajo ella implica un cambio en las respectivas posiciones acerca de la soberanía o jurisdicción territorial y marítima sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.
Es así que en 1994, la República Argentina incluyó en la Constitución Nacional una Disposición Transitoria –la Primera- que ratifica la legítima e imprescriptible soberanía sobre ellos, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino, señala tal disposición y así se actúa.
Lo irreparable fue la pérdida de 650 soldados argentinos, en su mayoría jóvenes de entre 18 y 19 años mientras que 1.200 resultaron heridos. Muchos otros excombatientes que terminaron con problemas psicológicos debido a que debieron enfrentar una guerra para la cual no estaban preparados.
Para ellos es el honor y la gloria, porque nada se puso a la par de esa entrega, aun cuando la recuperación de la democracia sigue costando un doloroso esfuerzo.
Salta, 02 de abril de 2021

Mientras los argentinos votaban entre promesas y frustraciones, los grandes fondos ya habían ganado la elección. En diez días hicieron un negocio que ningún gobierno podría garantizar sin complicidad política.

Tras las elecciones de medio tiempo, importa atender el medio tiempo que resta. Por delante hay dos años de mandato para los Ejecutivos nacional y provincial y pensarlos en términos de una renovación reducirá la apreciación de una gestión obligada a resolver severos problemas por los que atraviesa el país.

Dos millones de argentinos no fueron a votar.

La democracia argentina ha dado otro paso hacia su fortalecimiento. Más allá de los resultados de las pasadas elecciones, se hizo lugar a una forma de participación ciudadana que, en cada comicio, tiene la oportunidad de evaluar la tarea política que se despliega desde la administración del Estado a la práctica del control del manejo de los asuntos públicos, que es tarea de los legisladores. Y a través del voto, califica.

La Argentina atraviesa una etapa de pérdida de soberanía y dignidad nacional, pero hay que confiar en que la convivencia democrática siga garantizando el derecho a pensar distinto.

No se elegía Presidente, no se elegía Gobernador, pero la legitimidad de cada uno de ellos estaba en juego.

El Tribunal de Disciplina de la AFA falló de manera oficial a favor de Deportivo Madryn, dándole por ganado el partido de ida del Reducido de la Primera Nacional ante Gimnasia y Esgrima de Jujuy con un resultado de 3-0.

El próximo fin de semana XL ya es oficial en el calendario nacional. Será en noviembre e incluirá cuatro días de descanso, gracias a la combinación de un feriado y un día no laborable con fines turísticos.

Las tasas de interés de los plazos fijos iniciaron la semana con bajas generalizadas (entre 1 y 12 puntos porcentuales) luego de la victoria del oficialismo en las elecciones.

Hoy, la billetera virtual que ofrece el mayor rendimiento en Argentina es Naranja X, con una Tasa Nominal Anual del 39 por ciento en su cuenta remunerada.

El Presidente y el exmandatario hablaron por teléfono durante diez minutos y coincidieron en la necesidad de consolidar acuerdos parlamentarios.