Algoritmos que moldean el lenguaje: qué es el "algospeak" y cómo cambia la forma de expresarse

Las redes sociales están modificando la forma de comunicarse de la mano de sofisticados algoritmos que premian y castigan con mayor o menor difusión según una infinidad de parámetros.

Sociedad12/08/2025

algospeak

Durante unos pocos días a finales del 2024 en el Museum of Pop Culture de Seattle, Estados Unidos, hubo un cartel que llamó la atención de los visitantes: en la parte de la exposición sobre la icónica banda Nirvana se contaba que el líder del grupo, Kurt Cobain, “un-alived himself at 27” —un eufemismo en inglés que significa que se suicidó a los 27 años—. Pero, ¿por qué ese rodeo y no usar directamente la palabra suicidio?

Adam Aleksic da una respuesta a esto en su libro Algospeak: How Social Media Is Transforming the Future of Language. Según él, los algoritmos están cambiando la forma en la que nos expresamos, marcando diferencias inéditas sobre la evolución del lenguaje. Es en este punto en el que hay que buscar por qué en un museo se expuso la palabra un-alived en lugar de, llanamente, la palabra suicido.

Santiago Kalinowski, director del Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas de la Academia Argentina de Letras, explica qué significa el algospeak y qué hay detrás de este concepto que mezcla las redes sociales, la censura y la búsqueda de viralidad con la evolución del lenguaje y la forma en la que la sociedad se expresa.

Hablados por el algoritmo

Según Kalinowski, el algospeak plantea que existen filtros algorítmicos que hacen que un video o un contenido se difunda, o no, entre aquellos perfiles que no son seguidores. Así, por ejemplo, si se usa la palabra suicidio el video se ghostea (se difunde menos), sin embargo, con desvivirse el video funciona y llega a millones de personas.

Esto es algo que el propio Aleksic cuenta en primera persona y tras haber hecho experimentos en su cuenta de Tik Tok @etymologynerd, donde tiene cerca de un millón de seguidores.

“A él le sucede es que una vez haciendo un video sobre el origen de la palabra inglesa pencil, tuvo que hacer referencia al latín penis, que es de donde viene el la palabra pene. Y eso hizo que el algoritmo le hiciera un ghosting. Entonces, en lugar de tener un millón de visitas obtuvo 100 mil. Esto hizo que el tipo empezara a tener una experiencia tratando de rodear esa especie de censura que hay”, cuenta el especialista. 

Lo mismo que pasó con este caso y la palabra pene, sucede con otros temas más comunes: “(Aleksic) empezó a ver esa especie de danza que se da entre los creadores de contenido y los algoritmos que bajan cosas porque se consideran temas sensibles. Entonces empiezan a aparecer estrategias, como el emoji del ninja para decir negro sin que el algorimo se entere. O la bandera de Palestina es una forma de decir Palestina, pero que cuando el algoritmo lo detectó pasó a ser el emoji de la sandía ya que comparten los colores”.

La cinta de caminar de los eufemismos

Para explicar este mecanismo de la evolución del lenguaje, dijo Kalinowski, el libro toma un concepto de Steven Pinker, el de euphemism treadmill, la cinta de caminar de los eufemismos.

“La palabra idiota, aparecía antes como un tecnicismo para una persona con una discapacidad mental. De ahí pasó a mogólico. Cada vez que esas palabras se cargaban de una connotación negativa, la gente que quería escaparse de esa connotación peyorativa inventaba una nueva palabra o una nueva expresión para despegarse, hasta que volvía la connotación negativa”, ejemplificó el especialista.

“Pinker dice que ahí hay un treadmill. Y que el problema en el fondo es el estigma que hay. Con nuevas expresiones lo único que haces es comprar una ventana de tiempo donde podes decir la misma palabra sin que se te acuse de ser despectivo”, remarcó el referente de la Academia Argentina de Letras, quien en sus redes sociales también hace videos explicando el orígen de las distintas palabras del español.

Mientras miro las nuevas olas

— En este caso en particular, ¿son los algoritmos los que van corriendo esa barrera?

Los algoritmos van haciendo este nuevo treadmill. Entonces, la palabra no va, la bandera no va, cuando detecte la sandía, habrá que pasar a otro. Al mismo tiempo, los hablantes somos sensibles a todo lo que nos rodea. Siempre que aparece una nueva tecnología y tiene impacto en la lengua, existe un momento inicial de descubrimiento en el que parece que viene la gran bisagra lingüística. Entonces él cita algunas expresiones que se encuentran ahí y que luego pasan al habla. Como el de un-alive. Vio que una palabra cuya única explicación era la censura de los algoritmos pasa a un contexto offline. Él dice que hay un traslado, entonces se debe considerar los algoritmos que regulan la publicación de contenidos como una nueva fuerza del cambio lingüístico.

 
— ¿Esto es algo novedoso o es lo que pasa siempre? ¿Es distinto el algospeak a una palabra que se populariza en un streaming?

En un par de momentos de la lectura del libro yo puse una nota diciendo que esto es el “rompe Pepe!” de las cámaras ocultas de Tinelli. En esa época estaba todo el país diciendo eso. Tenés que ser prudente. Aparece una nueva tecnología, un nuevo canal de difusión. Si estamos en contacto con esa difusión, vamos a terminar empapados de eso. Hoy nadie dice rompe Pepe! ¿Qué diferencia hay entre esta influencia de YouTube que la que tenía la tele en los 90 o en los comienzos de la radio?

— ¿Entonces hay algo novedoso en esta definición?

El hecho de que llegó a un museo la palabra unalive es novedoso. Vos tenés distintas motivaciones para el cambio lingüístico. Como la palabra oxímoron. Hoy es un sinónimo de contradicción. A la gente le gusta decir así porque contradicción es muy común. Pero originalmente es un recurso retórico que lo que hacía era llegar a un nuevo sentido uniendo opuestos, como el fuego helado de su mirada, un tercer sentido. Si vas al diccionario de la RAE, no dice contradicción. La motivación detrás de esa innovación está en querer sonar más culto. Ahora tenemos otra que apareció. Esto se incorpora a una serie de cosas que siempre fueron pasando.

— La diferencia es que esta rueda en la que evoluciona el lenguaje está cada vez más acelerada.

Esta rueda tiene rasgos distintos. No es lo mismo la motivación del que dice oxímoron que el que dice que alguien se desvivió. Es una novedad que no habíamos visto. Pero es lo que los hablantes siempre habíamos hecho.

— Pero sí que las palabras mueren más rápido que antes. Te desconectás unas semanas de las redes sociales y aparecen palabras nuevas que no sabés qué significan.

Ahí hay un tema cronolectal. Que es que tenemos diferentes maneras de hablar de acuerdo a la edad. Un fenómeno muy común de la niñez hasta la adolescencia es que creamos maneras de expresarnos que contrastan con lo que nos viene de las figuras del mundo adulto. En ese momento de la vida, donde uno está buscando una identidad, la identificación cronolectal sirve al objetivo de crear un código compartido que contrasta con otros grupos. Siempre los jóvenes de esas edades manejan una manera de hablar diferente a la del mundo adulto. Por eso siempre se dice que los jóvenes hablan mal. Eso siempre tuvo una versión en el tiempo. 

Página12

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