Paro general: una herramienta histórica del sindicalismo argentino

El tercer paro a Milei reaviva una práctica con más de un siglo de historia. Según la historiadora Colivadiño, los paros reflejan la evolución del movimiento obrero desde sus orígenes hasta la actualidad.

Argentina10/04/2025Agustina TolabaAgustina Tolaba

thumbnail_HOMENAJE-A-SA%C3%9AL-UBALDINI

En una jornada marcada por el paro general de la CGT contra el gobierno de Javier Milei, en su columna por Aries, la historiadora Laura Colivadiño, explicó que los paros, como forma de protesta, tienen sus raíces en los albores de la Revolución Industrial. “Surgen espontáneamente, sin una organización previa, como respuesta a las duras condiciones del trabajo industrial”, explica Colivadiño.

En el país, esta forma de lucha se consolida con la llegada de los inmigrantes europeos, muchos de ellos portadores de ideas anarquistas y socialistas que impulsaron las primeras huelgas organizadas.

“El movimiento obrero en Argentina nace en el cruce entre la sociedad inmigrante y un proceso industrial incipiente. A medida que el obrero industrial gana peso en la economía, la sindicalización se vuelve un fenómeno clave”, señaló la historiadora.

Durante el siglo XX, varios episodios marcaron la historia de la protesta obrera. Desde las huelgas reprimidas durante la llamada Semana Trágica de 1919 y la Patagonia Rebelde en los años 20, hasta la consolidación de un sindicalismo poderoso que fue clave para el surgimiento del peronismo en los años 40.

060425cgtmarchanag-1998656Paro general: el Gobierno acusó a la CGT de "atacar la República"

“La migración hacia Buenos Aires, la expansión de las fábricas en el conurbano y la organización gremial sentaron las bases del sindicalismo argentino. De allí en más, el movimiento obrero se convirtió en un actor político central”, afirmó Colivadiño.

Incluso en dictadura, el paro fue una herramienta de resistencia. En la década del 60, surgió en Córdoba un poderoso movimiento obrero que desafió al régimen militar. Más tarde, durante la última dictadura, un sector de la CGT mantuvo una actitud combativa frente al terrorismo de Estado.

Con el regreso de la democracia en 1983, el paro general se institucionalizó como forma de expresión gremial. El gobierno de Raúl Alfonsín, por ejemplo, enfrentó 13 paros generales, un récord que da cuenta de la tensión entre el poder político y los reclamos sociales.

“El paro general es una herramienta paradigmática del movimiento obrero argentino en democracia. Representa una forma colectiva de canalizar el descontento frente a políticas que afectan el salario, el empleo o los derechos laborales”, remarcó Colivadiño.

Más noticias
Destacadas

Recibí información en tu mail