
La política perdió el alma que la sostenía: la militancia. En su lugar quedaron los oportunistas de turno, el pragmatismo vacío y una sociedad atrapada en la lógica del asistencialismo.
Ayer en la Feria del Libro, alguien se tomó la licencia poética de comparar la lluvia con lágrimas. Es la respuesta de la impotencia que desborda al corazón pero que no debe paralizar, por que hay que sacudirse y seguir.
Opinión10/10/2024 Antonio MaroccoAyer en la presentación de la Feria del Libro flotaba una sensación agridulce en el aire. Mientras recorría las muestras y los stands, se me acercaron varios estudiantes a conversar. Como si mis canas revelaran algo de paciencia y templanza, casi que me increparon con preguntas llenas de ansiedad.
Estaban contentos por la inauguración de una feria que convoca a lo mejor de nuestra cultura, pero igual había bronca, impotencia y desazón. Horas antes, una minoría parlamentaria había consolidado el veto del presidente al financiamiento universitario.
— ¿Y ahora qué?— me preguntaban los chicos. Y ahora hay que seguir —les respondí como si fuera una obviedad. —Pero antes, es importante, sepan que a la injusticia y a la tristeza siempre se la puede vencer, y que dependerá de la voluntad, la inteligencia y la organización para que eso ocurra más temprano que tarde.
La Argentina es un país cuyas tensiones sociales, políticas y económicas recurrentemente cristalizan, hasta el límite de la convivencia democrática, la disputa de intereses entre las mayorías trabajadoras y las minorías de la economía concentrada.
Desde luego que en la mayoría de las democracias liberales de occidente se dan peleas políticas bajo una dinámica similar, pero en Argentina este conflicto presenta un cariz especial. Nuestro país ha sido ineficaz a la hora de desarrollar una sociedad lo suficientemente fuerte y equilibrada como para sostener y garantizar la armonía entre los distintos grupos sociales.
Arturo Jauretche hablaba en sus ensayos, y con ironía, del ciudadano medio pelo. Juan Carlos Portantiero, más desde la academia, lo definía en el empate argentino: “Un empate entre fuerzas, alternativamente capaces de vetar los proyectos de las otras, pero sin recursos suficientes para imponer, de manera perdurable, los propios”.
Esto es así por lo menos desde 1955. Cada vez que asume un nuevo Gobierno cae en la tentación de destruir todo lo que hizo el anterior e intentar refundar las bases de la organización nacional. Sin grandes acuerdos de Estado, las políticas públicas de los diferentes signos políticos quedan siempre a merced de las oscilantes y permeables conformaciones parlamentarias. Así se explica el cambio de parecer de aquellos que un día marchan en defensa de la universidad pública y al otro día permiten su desfinanciamiento…
No obstante y afortunadamente, a la historia nacional también la hicieron excepcionales estadistas y por ello, a pesar de estas marchas y contramarchas, con desenlaces de lo más variados, Argentina logró constituirse en el país de América Latina donde mayor despliegue y desarrollo ha tenido la clase media.
El fenómeno de la clase media criolla fue posible gracias a la educación pública, que encuentra sus impulsos en la organización nacional pensada por Sarmiento a la cabeza de los liberales. Después la Reforma Universitaria con Yrigoyen, más tarde la gratuidad con Perón. De ahí salieron nuestros premios Nobel, y sobre todo los ingenieros, abogados y los médicos que hicieron de la Argentina la vanguardia social, científica e industrial de Sudamérica.
Ayer en la Feria del Libro, alguien se tomó la licencia poética de comparar la lluvia con lágrimas. Es la respuesta de la impotencia que desborda al corazón pero que no debe paralizar, por que hay que sacudirse y seguir.
Esas lágrimas que hoy producen las universidades cerradas van a convertirse, y lo digo con la certeza de la experiencia, en las lágrimas del abrazo de graduación que cada estudiante argentino compartirá con sus padres, sus compañeros y sus amigos.
Estoy seguro que no vamos a renunciar a esa historia ni a ese futuro. Ninguna minoría circunstancial como la que se consolidó ayer en el Congreso, por más poderosa y obediente, podrá frustrar los sueños de generaciones enteras de argentinos que quieren un país mejor y para todos.
La política perdió el alma que la sostenía: la militancia. En su lugar quedaron los oportunistas de turno, el pragmatismo vacío y una sociedad atrapada en la lógica del asistencialismo.
De nada servirán ya las operaciones, las encuestas ni las lapiceras. Es el turno de la sociedad real. Estamos a días de unas elecciones cruciales para el futuro del país. El domingo nos encontraremos sin intermediarios con el reflejo directo de la voluntad popular frente al intenso momento de crisis que se vive a nivel nacional. Los salteños, que siempre damos más de lo que recibimos, tenemos la oportunidad de hacernos escuchar y respetar.
La Argentina perdió en dos años más de medio millón de camas hoteleras y la ocupación turística se derrumbó un 23%. El turismo interno retrocede, el Norte sufre más que nadie y el país parece desconectarse de su propia movilidad.
Nuevos datos se están conociendo para construir la decisión que se debe adoptar el domingo, cuando se proceda a la renovación parcial del Congreso. Una importante cartera de proyectos que deberán tratar las Cámaras ha sido presentada en el marco del tratamiento del proyecto de Presupuesto 2026 y debiera conocerse cuál es la posición que sostienen quienes aspiran a ocupar las bancas en juego.
El diputado nacional Emiliano Estrada se ampara en sus fueros para no declarar ante la justicia federal, en una causa donde dos de sus ex empleados ya fueron condenados.
Aunque el hecho excluyente de estas jornadas es la elección del próximo domingo, las cuestiones que inmediatamente ocuparán la atención pública ya se han anticipado. Una de ellas es la reforma laboral, que encuentra a la estructura sindical fragmentada y con sus bases desmovilizadas.
En su paso por Salta, el Secretario General de SUTERH, Víctor Santa María, cuestionó la reforma laboral que impulsa el Gobierno Nacional y advirtió que podría implicar la eliminación de derechos clave como los convenios colectivos y las paritarias.
A partir de un caso iniciado en Taco Pozo por el otorgamiento irregular de pensiones por discapacidad, en el cual interviene desde 2023, el fiscal general Carlos Amad inició actuaciones en Salta al advertir maniobras similares en la localidad de Joaquín V. González.
La analista internacional Carolina Romano Buryaile sostuvo que la falta de apoyo financiero de Estados Unidos y la incertidumbre sobre la renovación del swap con China evidencian una "gestión diplomática fallida" por parte del Gobierno.
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