Déficit Fiscal. El monstruo del ropero.

En Argentina, el déficit fiscal es malinterpretado como la causa principal de los problemas económicos, promoviendo ajustes extremos y estrategias de deuda cuestionables. Esta visión simplista ignora la complejidad real del panorama económico y la experiencia internacional. Es crucial buscar el equilibrio fiscal sin descuidar otros factores económicos fundamentales.

Opinión 25/07/2024 Luis Albeza

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Se ha convertido en discurso reiterativo tratar al Déficit Fiscal como el responsable de todos los males de la Argentina. A esta vaga hipótesis conceptual se suman eventualmente algunos economistas (y otros oportunistas) sin ofrecer datos concretos que respalden las presuntas consecuencias de esta falla macroeconómica y su atribución magistral a la fórmula del caos argentino. 

En forma simplifica, la rama de los “intelectuales deficitarios” pregona que Argentina, crónicamente tiene déficit fiscal y la inflación surge por la necesidad de financiar el mencionado déficit. Acto seguido ofrecen la solución clásica de un ajuste intenso que ponga fin al desequilibrio interno, luego se re-perfila, refinancia y/o reacomoda la deuda para volverla sostenible (sin pagar ni un dólar del capital adeudado y procurando algún saldito disponible en la operación), y las consecuencias siempre son soportadas en el mediano y largo plazo por los argentinos. Se agrega a la receta alguna escala de beneficios impositivos a las grandes inversiones, blanqueo de capitales, reducción de los impuestos a la riqueza, y se facilita desde el estado la fuga escandalosa y planificada de dólares al exterior. 

Ahora, de lo expresado, de ninguna manera, debe entenderse que el equilibrio fiscal no sea una meta importante para adecuar, sobre todo considerando que nuestro país desde el año 1900 a la fecha registró déficit en el 90 % de los ejercicios anualescomo ocurre en gran parte de los países del mundo. El asunto es ponderar los efectos, la magnitud de los desequilibrios y como se financian estos desequilibrios. 

Para considerar ejemplos del mundo, Estados Unidos en las últimas dos décadasregistró un déficit fiscal promedio de 6.5% del PBI, Brasil en el mismo periodoalcanzó un déficit promedio de 5.20%. Japón y Hong Kong tienen déficit públicocrónico (mayor al 6% del PBI), sin inflación. Argentina a nivel mundial se encuentra en el puesto 90° del ranking (Déficit - %PBI). Nos superan para citar ejemplos India, China, Australia, Japón, Reino Unido, Francia y estamos a la par de Estados Unidos o España. 

Una de las propuestas del presidente Milei en su campaña electoral fue dolarizar la economía. Aunque esto cada vez parece más lejano y absurdo, si ocurriera en la práctica, se debería disolver el Banco Central de Argentina y conceder la conducción de la política monetaria a la Reserva Federal de Estados Unidos. Estos fijarían la tasa de interés y la cantidad de dinero circulante en función de las necesidades de la economía estadounidense y sus acuerdos geopolíticos sin importar los intereses genuinos de la Argentina. 

La deuda actual de Argentina se posiciona en torno al 70 % del PBI. Actualmente, cerca del 65% de la misma es en moneda extranjera (dólares), y en el gobierno de Macri, la deuda en dólares llegó a superar el 70%.  Este si podría configurar uno de los verdaderos problemas crónicos de la Argentina.

Según el último informe del Banco Mundial sobre deuda externa de los “paisesen desarrollo” (Diciembre 2023), Argentina es el principal deudor del FMI con un 29% del total, seguido de Egipto con 14%. Esta situación llevó a los representantes del Banco Mundial a concluir que los países más pobres corren el riesgo de sufrir crisis de deuda en un contexto en el que aumentan los costos de los empréstitos. 

Los niveles de deuda sin precedentes y las altas tasas de interés han llevado a que muchos países hoy se encaminen hacia un escenario de crisis en el futuro. Esto se debe a que la mayor parte de los ingresos fiscales en pesos se destina a comprar dólares para honrar el servicio de la deuda externa, provocando más devaluación y recesión. 

La economía argentina depende en gran medida del exterior. Los insumos importados se pagan en dólares. A esto se agrega el tipo de cambio atrasado, la presión de los sectores exportadores por poner el dólar oficial en al menos 1500 pesos para liquidar y la inevitable brecha cambiaria con el paralelo, permiten estimaciones para fin de año superiores a los 2000 pesos para el dólar informal. 

La recesión es un problema real que pone al país al borde de la crisis económica al igual que la deuda externa insostenible. El incrementado de la deuda pública a un ritmo superior al del crecimiento económico, constituye una señal de alerta grave a la hora de analizar las perspectivas de los próximos años de cualquier país del mundo.  

El crecimiento de la Argentina está fuertemente condicionado por su exorbitante deuda externa en dólares, su economía sin diversificación, la falta de desarrollo industrial que nos vuelve subordinados de las importaciones y lo más grave de todo, la falta de consenso en la definición del verdadero problema del país. Mientras los argentinos no comprendamos que el déficit fiscal es malo pero no representa la causa de todos los males, siempre habrá lugar en este país para nuevos iluminados y profetas de pronunciadas patillas o desprolijas melenas. 

 

Luis Albeza. Julio del 2024

 

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