Buscan el celular de Morena: cómo opera el mercado negro de teléfonos robados

Los investigadores que intentan esclarecer el crimen están tras la pista que los hermanos Madariaga habrían intentado vender en cuevas de Pompeya u Once. Desarmaderos, “bolseros” y repuestos manchados con sangre.

Policiales10/08/2023

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Los detenidos son por el asesinato de Morena Domínguez, Darío y Miguel Madariaga, fueron citados hoy jueves a las 8:30 en la UFI N°7 para ser indagados por el hecho. Por lo pronto, los representa un defensor oficial. Las pruebas en su contra que los vincularían a la muerte se mantienen en reserva de cara al interrogatorio.

Mientras tanto, la fiscal Silvia Bussano, titular del expediente, espera un análisis a la moto marca Corven incautada ayer en la casa de M.A, el menor de 14 años que fue aprehendido, con su participación luego descartada. Se deberá determinar de manera forense si esa moto fue la usada en el hecho que le costó la vida a niña.

Por otro lado, se busca intensamente el celular que le robaron. Uno de los hermanos Madariaga fue detenido en Pompeya, el otro en la zona cercana al crimen. Pero el teléfono de Morena no fue encontrado, no lo tenían con ellos al momento de ser arrestados. El padre de Morena, Hugo, indicó que el teléfono “solo se activa por wifi”, afirma una fuente judicial, lo que da a entender que no tendría un plan de datos, o un chip de compañía telefónica y que por ende no podría ser rastreado por activaciones en impactos de antenas de celdas. En sus redes sociales, la menor se mostraba con un aparato en selfies, con una carcasa gris con manchas negras. 

Una de las hipótesis del caso indica que, precisamente, los Madariaga intentaron venderlo en el circuito de cuevas de Pompeya u Once. En los últimos años, proliferó un circuito donde un teléfono robado puede pagarse menos del 10% de su valor nominal para ser desguazado en locales legales, virtuales desarmaderos de celulares.

Luego, se vende por partes: las pantallas y las baterías de los smartphones son un bien preciado, opciones más baratas para bolsillos cansados que, con frecuencia, están manchados con sangre.

Los desarmaderos de teléfonos entraron en auge a mediados de la pandemia del coronavirus.

El Laboratorio Área 51 en Villa Lugano, un simple local a la calle que se anunciaba como un servicio técnico de teléfonos, se convirtió en un símbolo de esta problemática.

La Dirección de Delitos Informáticos de la Superintendencia de Tecnología Informática y la Agencia Gubernamental de Control lo allanó en marzo de 2021. Le encontraron 43 teléfonos reportados como robados o adulterados, 138 partes como módulos o carcasas, y16 baterías. Su dueño terminó detenido. También encontraron una mesa de trabajo, con un microscopio electrónico con una interfaz para monitor valuado en más de 200 mil pesos de ese entonces, además de herramientas de precisión como soldadoras y pistolas de calor.

Esa mesa de trabajo, para la Policía y la Justicia, era el núcleo de un desarmadero de teléfonos robados. No fue el único que se encontró: la Dirección de Delitos Informáticos encontró otros seis en Capital Federal en el primer trimestre de 2021, en barrios como Constitución, Lugano, Soldati, Once, Balvanera, el Bajo Flores. La División Delitos Tecnológicos de la PFA con la Dirección General de Lucha contra el Cibercrimen había encontrado otros tres en el mismo período.

Los desarmaderos mezclan hampa y negocio lícito. A simple vista, son un service legal, con propietarios que incluso suelen estar registrados en los rubros de telefonía y reparación de la AFIP, muestran hasta habilitaciones legales en sus puestos donde además se suelen vender accesorios, pero los repuestos que venden de marcas originales suelen ser robados.

En el mismo local donde se repara se desguazan los teléfonos. Es como el circuito de los desarmaderos de autos, pero más sencillo todavía.

Así, un cliente llega para arreglar, por ejemplo, la pantalla o batería de un teléfono Android o un iPhone. El comerciante le ofrece al cliente dos vías: el repuesto genérico o el original. Pero el original viene de un celular robado recientemente, algo que el cliente, por lo general, no sabe.

Infobae

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