Postergación electoral y especulación política
Que la novedad de la postergación de las elecciones provinciales del 4 de julio por el coronavirus, es “la noticia” para el arco político local y nacional, es una obviedad. Que la sociedad espera gestos de grandeza genuinos, también.
Si hasta acá, la especulación política pudo más, esperamos que la prórroga no esté plagada de ella, porque el momento sanitario lo exige. Exige cordura, equilibrio y no más globos de ensayo, como aquellos a los que venimos sometidos ciudadanas y ciudadanos, con la excusa de la “gestión de la pandemia”.
Como se sabe, al anuncio del gobernador Gustavo Sáenz en su cuenta de Twitter, le siguieron las repercusiones de propios y ajenos. Desde la obviedad, decimos que todo el oficialismo -que hasta ahora se había mantenido callado-, salió a aplaudir la decisión. Y gran parte de la oposición, a adjudicarse el mérito de haberlo pedido públicamente desde hace tiempo.
Pues bien, si el gobernador Gustavo Sáenz, pospuso los comicios convocados para el 4 de julio debido a la complicada situación sanitaria que atraviesa la provincia por el coronavirus, ¿por qué no sopesó antes los datos que, según especialistas, indican que hubo un incremento del 800% de los casos de covid-19, desde marzo a mayo?
Ahora bien, los partidos y frentes políticos también piden que se los invite a definir la nueva fecha y que sea consensuada entre todas las partes, pero lo cierto es que la responsabilidad recaerá sobre el COE y el Tribunal Electoral, pero como se ha demostrado hasta ahora, no con la velocidad que la pandemia impone, pero sí con la que los intereses electorales y el oficialismo le impriman.
Es que Sáenz ya adelantó que decidirá la nueva fecha con el Comité Operativo de Emergencia (COE) y las autoridades de la Justicia electoral y aunque sostiene que la única campaña que debe movilizar a los salteños “es la campaña por la vacunación contra la Covid-19” y que “no hay lugar para la política en estos momentos”, lo demostrado en los últimos meses, permite dudar de la afirmación.
¿Será esa una forma de subestimar a la ciudadanía? ¿Será que el Gobernador y su equipo subestiman la memoria de la breve gestión que lleva adelante hace 17 meses, en la que la política ha estado inmiscuida en cada paso que se ha dado?
Si el Gobierno insiste en que Salta tiene sistemas de votaciones diferentes con Nación y que la provincia tiene solo un turno electoral y Nación dos, también puede ser por falta de voluntad y otra vez, especulación política. Sabido es que el gobernador Sáenz no quiere quedar pegado con ningún espacio nacional, porque ya es visto desde afuera como massista, macrista y oficialista. Y que elección de 12 senadores y 30 diputados provinciales; 343 concejales, el intendente del intervenido municipio de Aguaray y los 60 convencionales constituyentes, que se dedicarán a la reforma parcial de la Constitución provincial, será un plebiscito de su gestión.
Mientras tanto, pasará por el Congreso la postergación de las PASO nacionales. Pocos días atrás, la Cámara de Diputados aprobó y giró al Senado un proyecto consensuado entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio para postergar por un mes las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y las elecciones legislativas, debido a la segunda ola de contagios de coronavirus.
La iniciativa fue del Frente de Todos y tuvo aval de la oposición y establece que las PASO se llevarán a cabo el 12 de septiembre y las elecciones generales el 14 de noviembre. Originalmente, las Primarias estaban previstas para el 8 de agosto y las generales para el 24 de octubre, por lo que el retraso sería de cinco semanas en el primer caso y de tres en el segundo. Y si hoy, en los corrillos políticos se comenta que Salta podría pasar las elecciones también para agosto, pues bien, el gobierno salteño, no está analizando la misma ola de contagios que el Congreso. Tenemos realidades paralelas.
El oficialismo dijo que “pudimos analizar y proponer un proyecto sin encuestas en la mano, priorizando cuestiones que no tienen que ver netamente con lo electoral”, lo cual debe ser tomado con pinzas, porque el gobierno nacional también se juega su propia evaluación popular, ya que en esas fechas se votará para renovar la mitad de la Cámara de Diputados (127 de 257 bancas) y un tercio del Senado (24 de 72).
Entonces, ¿cuánto condiciona las ambiciones de la clase política, la situación generada por la pandemia?
Como ciudadana, hubiese preferido que la urgencia oficialista de la necesidad de reformar parcialmente la Constitución de la Provincia, hubiese sido por el reconocimiento político de todas las mejoras de fondo que hay que hacer a la Carta Magna. Porque la convocatoria debería contemplar a las minorías postergadas e incluir miradas que exige el tiempo actual: la perspectiva de género, las comunidades originarias y el cuidado del ambiente, entre otras y no justificar ese llamado con “el compromiso de cumplir con una promesa de campaña”. Le aseguro que hoy, casi nadie se acuerda de la campaña de 2019. La pandemia tiene esa virtud de generar la sensación de que pasaron siglos desde la normalidad a la que estábamos habituados. Hoy, la realidad exige compromisos reales y no clichés de campaña.
Y tanto es así, que nos atrevemos a decir que si se avanzara en una de las opciones dadas a conocer por Aries por el secretario del Tribunal Electoral, cuando habló sobre la hipótesis de cambio de fecha y que podría ser, declarar nulos todos los actos realizados hasta ahora en el marco del cronograma electoral, desde ya, estaremos escuchando el repudio del arco político por la jugada política.
Al final de su mensaje en redes sociales, el gobernador insistió en que tomará la decisión “pensando en la salud de los salteños y la vida de la gente”, y consideró necesario “actuar sin egoísmos, mezquindades ni especulaciones”.
Ojalé prime la cordura a la hora de definir la fecha, porque la política sí es necesaria y debería ser tentadora para la mayoría de la ciudadanía. En un contexto de crisis, debería significar la salida del caos, generar compromiso del electorado y credibilidad en la dirigencia. Hoy, no pasa. Somos parte del globo de ensayo y estamos expectantes, porque por ahora, la situación epidemiológica existente mantiene a nueve departamentos de los 23 en áreas de alto riesgo.
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