No es un tema menor y lo demuestra la directa intervención del gobernador Gustavo Sanz, que por nota pidió al presidente Alberto Fernández que se mantenga la vigencia de ese régimen más allá de mayo, que es cuando caduca tras quince años de vigencia. El diputado por Orán, Baltazar Lara Gros, intenta convencer a sus pares de la Provincia que gestionen una sesión extraordinaria del cuerpo para acordar un pronunciamiento político que llame la atención sobre los perjuicios que tendría sobre economías regionales, si no se logra la prórroga.

Durante no menos de un año,  la agroindustria desarrolló una prolija tarea para que el Congreso debata la prórroga o, mejor aún, un nuevo marco legal que le de previsibilidad a una actividad que desde 2006 alcanzó un importante desarrollo, pese a que no se aplicó acabadamente la Ley 26093, que regula el “Régimen de Promoción para la Producción de Biocombustibles en el Territorio de la Nación Argentina”.

Bajo su amparo y con el aporte de la Ley 26334, sancionada en  enero de 2008, el sector de biocombustibles experimentó un notable crecimiento, posicionando a la Argentina como uno de los principales productores de biocombustibles en el mundo, a la vez que permitió diversificar la matriz energética mediante el uso de combustibles limpios. Es cierto que esa diversificación es aún muy limitada pero ya está haciendo un importante aporte al ambiente, a la creación de fuentes de trabajo y al abastecimiento de combustibles. Vale recordar que las actividades alcanzadas por la ley en cuestión son la producción, mezcla, comercialización, distribución, consumo y uso sustentables de biocombustibles. Dispone que todos los gasoils y diesel oils y naftas que se comercialicen dentro de territorio nacional –que son de origen fósil- deben tener un componente de biocombustibles del 10% en las mezclas con los gasoils y 12% en las mezclas con las naftas; en este último caso se usa etanol, que proviene del maíz y la caña de azúcar.

Para alcanzar los objetivos de la Ley 26.093, se implementó un régimen de promoción de la actividad mediante incentivos fiscales de naturaleza federal, orientados en principio a pequeños y medianos proyectos que tengan por objeto el desarrollo de la industria local con fines de abastecimiento al mercado doméstico, buscando además desarrollar las pequeñas y medianas empresas, incentivar la inclusión de productores agropecuarios y el desarrollo de las economías regionales. El impacto fue significativo y los biocombustibles se exportan.

La prórroga fue aprobada por unanimidad el 30 de octubre en el Senado, pero con posterioridad surgieron reparos en el Gobierno por lo que el tema no fue incluido en extraordinarias. Con esta demora sin explicaciones, cayó un acuerdo entre el oficialismo y parte de la oposición, que reclamó que se atiendan a las opiniones de todos, “pero sin ceder a la presión de nadie“. 

Hay incertidumbre, desconfianza y temor de que se afecten los logros alcanzados como resultado de las inversiones realizadas. El Norte empobrecido no tolera que se pierda la experiencia y competitividad adquirida durante todos estos años.

Salta, 27 de enero de 2021