La marginación a la que el Gobierno Nacional sometió a la CGT y a otras expresiones sindicales relevantes cae en la generalidad de la escasa predisposición al diálogo que expresa la gestión de Javier Milei. Sin embargo, y atento a que el instrumento de una huelga tiene no solo impacto económico sino especialmente político, la puja no será menor pero exigirá una fuerte organización.

El menoscabo a su representatividad no es una interpretación caprichosa de la dirigencia cegetista; en el Ejecutivo nacional no hay un interlocutor que reciba las demandas del movimiento obrero organizado. Precisamente fue desplazado de sus funciones Horacio Pitrau, subsecretario de Trabajo, quien había habilitado canales de negociación con referentes gremiales. Con esos antecedentes, esta semana se sucederán una serie de acciones para asegurar la contundencia de la protesta nacional.

Cabe recordar que el paro convocado para dentro de dos semanas por la Confederación General del Trabajo es por 12 horas pero incluye una movilización que se espera sea imponente, no solo en la Ciudad de Buenos Aires, sino en la capitales y centros urbanos más importantes de todo el país. Para analizar todos los detalles de la organización de la protesta en el territorio nacional, este miércoles se efectuará un plenario de delegaciones regionales de la central obrera.

No es un esfuerzo excesivo sino que se debe preservar una acción unificada de un  sector que desde hace más de varias décadas viene fracturado y tiene más de una organización con plena vigencia, que asume la representatividad de diversos grupos de gremios. Lejos de sumar a un posicionamiento que obligue al diálogo que se reclama para tomar parte del diseño de la reforma laboral que está propuesta, la fragmentación amenaza con facilitar el aprovechamiento sectorial -cuando no personal- de dirigentes anquilosados en organizaciones gremiales.

El plenario nacional tendrá su réplica en la Provincia. La conducción cegetista que lidera el bancario Carlos Rodas también convocó a un plenario de regionales para el viernes 12, para trasladar al ámbito local las apreciaciones de todo el país respecto del conflicto que tanto el DNU 70 como el proyecto de ley ómnibus está generando. Precisamente, la convocatoria fue acompañada por un documento que ratifica el rechazo de la central obrera salteña a ambas iniciativas del gobierno de La Libertad Avanza.

Paralelamente hay conflictos de  carácter salarial, que cada sindicato debe resolver mientras trata de salvar su fuente de ingresos y su inserción en el esquema de poder institucional. Es una batalla que pone a prueba a la dirigencia, ya que las bases tienen su propia lucha cotidiana para salvar su presupuesto familiar en un contexto de crisis que se agrava cada día.

Salta, 09 de enero de 2024