Grabois volvió a hablar de Cristina y Máximo Kirchner: “Me disculpo con ellos”

El dirigente había dicho que le hace ruido la fortuna de la familia Kirchner. Vía redes sociales, brindó una extensa explicación al respecto

Política25/10/2021Paola VelardePaola Velarde

xfkgrabois

El dirigente social y líder de la agrupación CTEP, Juan Grabois, se refirió hoy al patrimonio de la familia Kirchner y aseguró: “Me hace ruido, a las bases no, pero a mí me hace ruido”. Luego de estas palabras, el dirigente social volvió a hablar de Cristina y Máximo Kirchner, pero esta vez utilizó las redes sociales para hacerlo. “Me disculpo con ellos”, soltó.

Primeramente, el referente piquetero sostuvo que el tipo de inversión que compone la fortuna de la vicepresidenta Cristina Kirchner, y de su hijo Máximo, corresponden a “los usos y costumbres de la burguesía argentina”.

Además, y en diálogo con el periodista Ernesto Tenembaum en radio Con Vos, afirmó que éstos “no son temas de la gente, sino del morbo, de buscar siempre la parte oscura, negativa”.

Luego de la gran polémica que generaron sus dichos, el dirigente utilizó sus perfiles oficiales de redes sociales para referirse a la situación y compartió un extenso descargo. 

EL COMUNICADO DE GRABOIS:

Ruido


Hoy quise dar mi opinión sobre tres puntos: deuda externa, control de precios y situación de los pueblos originarios. Sin embargo, nada de eso quedó reflejado en cinco principales portales. Sólo una cosa publicaron: la respuesta, torpe e imprudente, a la pregunta de un columnista. En tres casos, entrecomillando una frase que no dije. Como sea, mi respuesta se usó para dañar a Cristina y Máximo Kirchner. Me disculpo con ellos.
Cualquier desigualdad me hace ruido. Por eso milito. Me hacen ruido mis propios privilegios. Me hace ruido este sistema. Me hace mucho ruido la mala leche de la prensa que recorta, desdibuja, tergiversa cualquier declaración para hacer ruido y hacer daño. Me hacen mucho ruido estos fiscales de la moralidad pública a los que nunca les hace ruido su propia conducta ni la de sus empleadores o auspiciantes.

Hace dos meses no hago declaraciones públicas porque el sistema mediático (casi) siempre te caga. No te deja trasmitir lo que querés trasmitir y te hace decir lo que no querés decir. Hoy quise dar mi opinión sobre tres puntos: deuda externa, control de precios y situación de los pueblos originarios. Sin embargo, nada de eso quedó reflejado en los cinco principales portales opositores que reprodujeron un extracto de la entrevista de Radio con Vos. Sólo una cosa publicaron: la respuesta, torpe e imprudente, a la pregunta de un columnista. En tres casos, entrecomillando una frase que no dije. Como sea, mi respuesta se usó para dañar -otra vez sopa- a Cristina y Máximo Kirchner. Me disculpo con ellos y con todos los compañeros de nuestro campo político-social.
Cristina, Máximo.

Con ambos tengo mis diferencias tal vez porque nosotros creemos en una perspectiva poscapitalista y antiextractivista. Cristina siempre ha sido clara en su programa: un capitalismo en serio con una fuerte industria nacional y regulaciones estatales que convine crecimiento económico con inclusión social. No es mi perspectiva, pero es infinitamente mejor al neoliberalismo y perite mejores condiciones para avanzar en la construcción de un humanismo revolucionario dónde seamos humanamente diversos, pero socialmente iguales.
Más allá de todo eso, siempre defendí su integridad humana y lealtad política a la causa de nuestro pueblo y de la patria grande. De todo el espectro político que compone el Frente de Todos, sin duda es la política que ellos expresan la que menos ruido me hace, la que se identifica más con el ideario de mi generación y el Frente Patria Grande.

Durante los peores momentos de la persecución desatada contra Cristina, pusimos la cara por ella porque sabíamos que querían y todavía quieren llevársela puesta para domesticar el movimiento nacional, popular y latinoamericano. Lo mismo hicieron con Lula, Evo y Correa. Pero no solo por eso. Porque creo en su honestidad. Si no, no hubiera estado en Comodoro Py. Lejos de mí sumarme a la sinfonía de los que ocultan sus intenciones inconfesables promoviendo sistemáticamente agresiones en su contra con cualquier argumento que les venga bien. Que los modales, que la cartera, que esto o aquello. Lo que les molestó siempre fueron sus políticas y su inteligencia estratégica, pero es más fácil dar el debate saliendo por la tangente, buscando lo sucio, sin confrontar ideas sino agravios.

Me hacen ruido las desigualdades. Todas. También me hace ruido haber podido estudiar dos carreras en la universidad y que los hijos de mis compañeros no reciban una educación que les permita leer y escribir. Me hace ruido haber crecido en la abundancia mientras otros no tenían para comer. Me hace ruido tener un techo propio mientras otros que se esfuerzan más que yo no lo tienen. Me hace ruido tener un auto cuando otros tienen que viajar dos horas en tren, bondi o subte. Me hace ruido el oro ensangrentado que adorna más de una Iglesia. Me hace ruido este país, su sistema político, su dirigencia político, social y sindical entre la que me incluyo; pero sobre todo me hace ruido el poder ingobernable de las élites empresariales, judiciales, mediáticas y financieras que manejan el país entre bambalinas sin nunca poner la cara, sin que los vote nadie, que tratan de ablandar o comprar a cuanto dirigente despunta y la odian a ella porque con ella no pudieron.

A los que me escribieron. No crean que me van a endulzar la oreja. Yo sé muy bien como servir a sus propósitos cimenta carreras políticas y blindajes mediáticos. No, gracias. No pierdan el tiempo. No me inviten a sus copetines. Dialogo sí, amiguismo no. No me interesa. Prefiero un millón de veces la difamación de ustedes y sus empleados que traicionar a nuestro pueblo, a los dirigentes que nuestro pueblo ama y a las convicciones que sostenemos.

Cristina, al menos por ahora, hizo infinitamente más que nosotros por los laburantes, la juventud y los humildes liderando un proceso de ampliación de derechos que nunca debemos olvidar. Desde luego que no nos conformamos, criticamos lo que faltó, lo que estuvo mal y proyectamos una Argentina mucho mejor que la que ella dejó para el día que nos toque gobernar a nosotros, los hijos y nietos del 2001. Pero estamos en el aquí y el ahora, y yendo al aquí y el ahora, Máximo propulsó casi en soledad un impuesto a las grandes fortunas que permite, entre muchas otras cosas, que hoy 35 mil madres de los barrios populares puedan construir una nueva pieza en su vivienda para combatir el hacinamiento. Está empujando leyes como la de envases, cinturones hortícolas, acceso a la tierra, protección de personas en situación de calle ¿Cómo voy a querer dañarlos si cinchan por nuestra gente? Muy por lo contrario. Los reivindico. Mitad por lo que ellos son, mitad por los enemigos que tienen.

Más noticias
Destacadas

Recibí información en tu mail