Prófugo por abuso sexual de su hijastra es encontrado en terapia intensiva por coronavirus

Se trata de un hombre de 40 años, acusado de abusar de su hijastra de tres años y, días antes de fugarse, de otra niña de 11.

Argentina 25/10/2020

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Darío Emanuel Aguirre el 14 de junio de 2019 se sentó por última vez ante el Tribunal Oral Penal N° 1 de Corrientes, donde era juzgado por abusar sexualmente de su hijastra de tres años. En las audiencias que siguieron, ni Aguirre, que estaba en libertad, ni su abogado se presentaron, por lo cual la Justicia correntina lo declaró en rebeldía y dispuso un pedido de captura nacional e internacional sobre su cabeza.

En los últimos días, después de pasar más de un año prófugo, y en medio de la pandemia de coronavirus, la Justicia dio con él de un modo insólito: Aguirre, de 40 años, acusado del delito de “abuso sexual gravemente ultrajante y doblemente calificado”, fue encontrado en la unidad de cuidados intensivos del Hospital de Campaña “Escuela Hogar” de la ciudad de Corrientes, donde se encuentra internado con su nombre y su DNI en estado crítico y bajo protocolo de COVID-19, ya que presentó síntomas compatibles con la enfermedad que produce el virus.

Luego de que el tribunal confirmara su identidad, la jueza de Instrucción Cynthia Godoy Prats, a cargo del caso, ordenó el pasado viernes su inmediata detención, por lo cual Aguirre -que trabajaba cómo conductor de ambulancia del sistema de emergencias y fue empleado del Ministerio de Salud Pública de Corrientes entre principios de 2012 y mediados de 2019, de acuerdo a sus registros previsionales- seguirá internado con custodia policial hasta su eventual recuperación.

La causa contra él comenzó cinco años antes de su huida, en julio de 2014, cuando su ex pareja Erika -con quien por entonces llevaba menos de un año de matrimonio y tenía una hija en común de ocho meses- decidió denunciarlo ante la División de Delitos contra la Integridad Sexual. En ese momento, la mujer contó que poco tiempo de ser padres Aguirre había empezado a maltratarla física y psicológicamente, y que, tras varios episodios de golpes y especialmente luego de un día en que quiso quemarle la mano con una hornalla delante de sus hijas, ella había decidido separarse definitivamente e irse de la casa.

Erika se mudó entonces con sus dos hijas a la casa de sus padres y fue ahí donde empezó a notar que M., su hija mayor, que es hija biológica de una pareja anterior pero había adoptado el apellido de su padrastro, tenía comportamientos y actitudes extrañas. M. finalmente le contó entonces a su abuela y a su mamá que “Darío”, a quien ella solo había llamado “papá” las primeras semanas de convivencia, le había hecho “mucho daño” y la había obligado a hacer cosas que ella no quería.

En 2017 la causa, a la que tuvo acceso Infobae, se elevó a juicio y, cinco años más tarde de la denuncia, a mediados de 2019, en la última audiencia a la que Aguirre asistió del proceso oral en su contra, se presentó ante las partes el informe de Cámara Gesell. En esa declaración, M., que hoy tiene 10 años, había contado con detalles los abusos a los que su padrastro la sometió en varias oportunidades entre enero y junio de 2014.

A principios de 2019, algunas semanas antes de que comenzara el juicio en su contra, Aguirre fue denunciado por abuso por segunda vez. La denuncia la presentó la mujer con la que formó pareja tras separarse de Erika, que acusó a Aguirre de abusar de su hermana, es decir, su propia cuñada, de tan solo 11 años, en la localidad de Empedrado, al noroeste de la provincia de Corrientes.

En esa oportunidad, la Justicia le dictó un procesamiento con prisión preventiva y pasó efectivamente 15 días detenido. Sin embargo, su defensa solicitó una eximición de prisión y, a pesar de que Aguirre tenía ya otra causa por abuso elevada a juicio (en la que también había sido eximido de prisión), el tribunal de la ciudad de Saladas le concedió la libertad porque consideró que no había riesgo procesal. Según pudo saber este medio, antes y después de esa nueva causa, el abogado querellante de Erika y su hija, Gustavo Briend, solicitó que se revocara la eximición de prisión en su causa, pero tampoco le fue concedida en esa oportunidad, ya que el tribunal tampoco consideró que hubiese un riesgo de entorpecimiento de la causa o un peligro fuga, que fue lo que finalmente ocurrió.

De esa forma, con una causa por abuso elevada a juicio y otra denuncia reciente por un hecho similar, Aguirre pasó todo ese tiempo en libertad y seguía siendo, hasta su fuga en junio de 2019, empleado del Ministerio de Salud provincial.

Fuente: Infobae

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