Axel Kicillof y Martín Llaryora le pegaron a Javier Milei ante obispos y sindicalistas

“Desde las altas esferas se instala la cultura del descarte y por los bienes de consumo que se usan y desechan como a las personas. Una política económica despiadada", advirtió Kicillof.

09/08/2025

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“En este año de elecciones dejemos de pelear y pensemos en los problemas de nuestra gente que sufre”, predicó Ernesto Giobando, el obispo jesuita en la diócesis de Mar del Plata ante un auditorio repleto en el primer piso del Hotel sindical de Intersur.

Este gobernador eclesial en la ciudad balnearia y alrededores sostuvo este viernes 8, por la tarde, que “las personas con poder sin los pobres y los excluidos en el corazón van a realizar obras que no permanecen”, entonces aprovechó para reivindicar a los estudiantes secundarios del colegio Don Orione, llamado Instituto Pablo Tavelli, que llevaron un carro para los cartoneros que ellos mismos diseñaron, y ponderó la figura de Francisco para que los dirigentes y la militancia sindical y eclesial, la mayoría de las personas del auditorio, “vean como siempre hizo las cosas por nosotros y sobre todo los más pobres. Pensemos en su austeridad y en los más excluidos”, cerró el obispo nacido en la provincia de Santa Fe que hace 50 años, cuando tenía 15 años, conoció al entonces docente y sacerdote jesuita Bergoglio.

En primera fila escuchó esas palabras el gobernador de la provincia de Buenos Aires. Luego le tocaría a él exponer desde el mismo púlpito. Axel Kicillof inició su ponencia contando que venía de inaugurar una escuela, de la entrega de un camión para la logística en la separación de residuos y recordó el libro “El Maestro. El humanismo del Papa Francisco” que está distribuido en los colegios bonaerenses.
 
“Desde las altas esferas se instala la cultura del descarte y por los bienes de consumo que se usan y desechan como a las personas. Una política económica despiadada con las mayorías que ahora suma una batería de ideas, simbólicas y actitudes que se conoce como crueldad”, expuso Kicillof frente al cardenal primado y arzobispo de Santiago del Estero, Vicente Bokalic Iglic, pasando por el obispo de la Rioja y titular de la Pastoral, Dante Braida, a los obispos: Pedro Cannavó auxiliar porteño, Carlos “Cacho” Tissera de Quilmes, Matías Vecino auxiliar de Santa Fe, Juan Ignacio Liébana de Chascomús y José A. Diaz de Concepción provincia de Tucumán.
“Es difícil coincidir con alguien que golpea e insulta a los descartados. Porque nunca pasó que les echaran la culpa, los ignoraran y los dejen descartados”, afirmó Kicillof cuidándose de no citar al presidente Javier Milei pero que al público le quedó claro porque citó medidas contra los discapacitados y jubilados.

Una vez que Kicillof terminó su exposición se retiró de la Semana Social acompañado de su jefa de asesores, Cristina Álvarez Rodríguez; su ministro de Trabajo, Walter Correa junto a su directora Florencia Lizaraso; y su hombre para las religiones, el director de Culto, Juano Torreiro, quien le alcanzó en la entrada al Hotel Intersur un ejemplar del libro “El Maestro” donde el gobernador puso el prólogo.

Ausencia del mileismo

Es costumbre que en la Semana Social se inviten y participen los tres intendentes de la diócesis de Mar del Plata. El actual intendente de los marplatenses, Guillermo Montenegro, exjuez federal porteño y luego ministro de Mauricio Macri, pasado a las filas del mileismo viene descalificado al obispo Giobando por oponerse a los castigos que el municipio dispensa y publicita a los sin techos y cuidacoches, entonces Montenegro no se sumó a la cumbre eclesial-política, ni ninguna otra figura provincial de la Libertad Avanza (LLA).

Martín Llaryora defendió al Hospital Garrahan

La otra figura de peso político fue el gobernador de Córdoba. Martín Llaryora llegó iniciado su panel que compartió con el presidente de los obispos, Marcelo Colombo, y la actual vicegobernadora de la provincia de Santa Fe y presidenta del PRO santafesino, partido nacional de Mauricio Macri, Gisela Scaglia.

“Gobernar es generar trabajo”, dijo el cordobés y quiso explicar que el nuevo armado electoral, llamado Provincias Unidas, “no somos el medio, queremos una economía con la gente adentro. No puede ser que sea noticia nacional elevar las jubilaciones” y agregó una declaración potente que apuntó a la Libertad Avanza: “no podemos estar discutiendo el Hospital Garrahan. ¿Cuánto es del presupuesto nacional? Entienden que se tuvo que hacer sesiones con diputados y senadores para defenderlo".

Líder religioso

El titular de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Marcelo Colombo, por su parte apuntó contra el marketing político: “anuló la interacción, los ideales” y hablando a la intra-iglesia pidió “conocer la cultura de las nuevas generaciones. Es un desafío conocer las culturas juveniles. Escuchar de verdad a los jóvenes. No quedarnos asustados”.

Desde las periferias

Los conversatorios, el estilo fue colocar en el escenario sillones con una mesa ratona en el medio, fueron coordinados por la periodista Silvina Oranges. En el segundo participaron una ex ministra porteña hoy en una fundación, María Migliore, el laico de mayor relevancia en Cáritas nacionales y miembro de los Hogares de Cristo, Pablo Vidal, y el secretario general del sindicato de los trabajadores de la economía popular, Alejandro “Peluca” Gramajo.

“En la periferia se nos queman todos los papeles que salen de los funcionarios o las universidades. Desde allí nadie puede decir que sabe de educación, trabajo o adicciones”, aseveró Vidal quien añadió que para Cáritas y los Hogares de Cristo “fue por Francisco que aprendimos a recibir la vida como viene, como nos marca la parábola del buen samaritano. Ver al caído y conmoverse. Nosotros creemos que el pibe en consumo, tirado en un pasillo de la villa o la calle, que es un problema en la familia, en el barrio, para la policía, la justicia, es Dios encarnado. Es la solución. Porque esa persona recuperada después salva a otros”.

Al fondo del auditorio escuchaban los sacerdotes porteños como Carlos Accaputo, de Pastoral Social, Fabián Baéz, y más cerca de las luces del escenario a ex funcionarios como Diego Bossio, o el líder sindical de los gastronómico, Luis Barrionuevo, que eran observados por militantes sindicales de UOCRA, SMATA, Viajantes, Comercio, como laicos del Movimiento Laudato Si, o miembros de pastorales sociales de Córdoba, del conurbano bonaerense, de la Federación de los Círculos Católicos de Obreros y de la Pastoral Afro.

Por su lado, Gramajo señaló distintos aspectos que nadie había dicho. Desde la preponderancia de las finanzas y la inteligencia artificial por encima de lo productivo, “una humanidad de excluidos, somos 2 mil millones de trabajadores en la informalidad, y ellos viviendo en Marte como quiere Elon Musk”, lo estratégico que es debatir “la distribución poblacional de la Argentina, salir de los conurbanos de las grandes ciudades”, y el dirigente social fue el único de los expositores que se refirió “al avance del crimen organizado y el narcotráfico”.

50 años de la Semana Social

El Papa Francisco reveló una vez en un reportaje que hubo un argentino que estuvo cerca de ser elegido Papa. Este es el cardenal Eduardo Pironio quien tuvo el mérito de impulsar hace 50 años atrás la llamada “Semana Social”, que desde entonces se realiza cada año, donde era obispo, en la diócesis de Mar del Plata.

Este es un ciclo muy particular de la Semana Social, la primera sin la presencia física de Jorge Mario Bergoglio y por el aniversario 50, que tuvo la particularidad que pocos días antes incorporó al gobernador Kicillof que no figuraba en el programa oficial organizado por la Pastoral Social Nacional.

Con información de C5N 

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