
Con la decisión de Juan Carlos Romero de no participar en las próximas elecciones y su salida del Senado, se marca el fin de una de las dinastías políticas más prolongadas e influyentes de la historia reciente de Salta. Desde los inicios de Roberto Romero en los medios hasta la desafección total del electorado, se cierra un ciclo de 42 años de poder y estrategia.