Falso SAP: un Congreso negacionista de la pedofilia

Se denuncia la convocatoria de un “Congreso sobre Alienación Parental”. El Síndrome de Alienación Parental (SAP) sostiene que gran parte de las denuncias de abuso sexual de niños no son ciertas.

Sociedad13/11/2024

abuso-infantil2_1000_1100

En esta era “negacionista” de las injusticias, se crean ideas para justificar la impunidad de crímenes como el abuso sexual a las infancias. Natalia, madre protectora de Milagros y activista en Yo Sí Te Creo, comparte las vivencias de quienes además de soportar el enorme dolor de esta violencia sufrida por sus hijas o hijos, vuelven a ser victimizadas por el sistema judicial.

“Concomitantemente con el desarrollo de los feminismos y con la extensión de la lucha del feminismo sobre los cuerpos de las mujeres y las disidencias, vino el reclamo por las corporalidades, los afectos, las infancias. Desde ese momento original en donde el cuerpo de las mujeres y las disidencias se pone en discusión, se plantea lo que tiene que ver con este derecho del macho a “mi mujer, mi territorio, mis animales, mis infancias, mis objetos”. 

Como los feminismos hemos llevado la bandera en contra de la violencia sexual contra las infancias y las adolescencias, se organizó de manera reactiva en todo el mundo, y se viene dando una movida de pedófilos, de personas denunciadas, pero también de abogados, abogadas, jueces, trabajadores sociales, de psicólogos/as, que levantan esta falsa teoría originada en un pedófilo confeso, Richard Gardner. Es un psicólogo estadounidense del siglo XX que habla del síndrome de alienación parental, concepto que no tiene absolutamente ningún correlato en la teoría médica, ni psicoanalítica, ni psiquiátrica, ni psicológica, ni nada. 

Es un invento que solo juega en el poder judicial para señalar que las infancias mienten, que no son sujetos plenos de derecho, que no entienden lo que les pasa. Que mienten porque sus madres son alienadoras y las obligan a decir que han sido abusadas por esos padres y lograr así las revinculaciones. Esto fue exactamente lo que trataron de hacer en el caso de Milagros, por ejemplo, lo mismo que le hicieron a Yama Corin y a su hija Luna. 

El SAP es una especie de “teoría”, entre comillas, de la derecha super conservadora, que dice que las madres, las disidencias, a partir de la “ideología de género”, hacen mentir a las infancias para que culpen a estos padres porque los odiamos, porque las disidencias y las mujeres son personas odiantes. Esta “teoría” solo existe en el poder judicial. Si existiese como un síndrome, sería un síndrome que solo se usa, se nombra y opera en el poder judicial, y tiene como efecto lograr las revinculaciones. Ahora están organizando un congreso en la Facultad de Derecho, alrededor de Mizrahi, un abogado que defiende lo que es un escándalo, porque claramente es un encuentro negacionista de la pedofilia”.

La alienación parental no existe 

Gilda Morales, madre protectora criminalizada por denunciar el abuso sexual de su hijo, denuncia: “El Congreso que se organiza en la Facultad de Derecho, más precisamente en el Aula Magna, es un congreso internacional con 25 expositores, promovido por un ex juez de la Argentina de nombre Mauricio Mizrahi. 

Este señor ha publicado un libro sobre lo que él lleva como bandera que es la alienación parental, un síndrome, que no existe desde la ciencia, que ha sido rechazado por la Federación y por diversas Asociaciones de Psicología, por la Relatora Especial de Naciones Unidas sobre la violencia contra las mujeres y las niñas, sus causas y consecuencias, Reem Alsalem. "Yo quiero hablar de qué es lo que trata en sus charlas este ex-juez Mizrahi. Él posee un lenguaje, dicho en sus propias palabras, que es un lenguaje mágico. Habla de hechizos, de falsas memorias, de colonización de la cabeza, de lavado de cerebro. Esas son las palabras que utiliza en su libro y en todas las charlas que da, con una enorme impunidad, con una carencia absoluta de rigor científico, ni hablemos de estadísticas. Él dice que se basa en su experiencia, en lo que cree, en lo que ve. Hace un desarrollo intenso sobre lo que son los divorcios conflictivos, los resentimientos en las parejas, más precisamente en la madre, y a partir de eso, dice que toman a los niños y a las niñas como rehenes y van haciéndoles un mecanismo de hechizos. Los relatos son huérfanos de todo rigor científico.”

La violencia que reciben las Madres Protectoras y las/les sobrevivientes de abuso sexual en la niñez o adolescencia, requiere de espacios colectivos para lograr su superación y sanación. En distintas colectivas se acompañan, se abrazan, se ayudan a comprender las injusticias que sufren, a entenderlas en su dimensión de violencia patriarcal, y organizan actividades públicas como las que se preparan para el próximo 19 de noviembre, Día Internacional de Lucha contra el Abuso Sexual contra las niñeces, con acciones en distintos territorios. Ha sido un logro significativo de este colectivo que en el 37° Encuentro plurinacional y de las disidencias en Jujuy, se creó el primer taller de Madres Protectoras, donde participaron también sobrevivientes, y fueron más de 200 personas que pudieron compartir experiencias, escucharse y sentir que esas violencias tan crueles no son situaciones aisladas, sino parte de un sistema que las reproduce y las justifica, para domesticar y dominar.

Paula es sobreviviente de violencia sexual. En el caso de las / les sobrevivientes, el dolor está vinculado también a los compromisos de silencio que les han impuesto por años, y que generan afecciones síquicas y sociales. Romper el silencio es sanador, pero conlleva angustias que es muy complejo sostener. Por eso ha sido fundamental la posibilidad que han tenido de agruparse. Nos dice Paula: “Soy parte del colectivo Yo sí te creo. Soy sobreviviente de violencia sexual en mi niñez. En este contexto que estamos viviendo, donde todos los derechos están siendo avasallados y todas las conquistas que veníamos realizando están siendo amenazadas, encuentro de mucha gravedad que la Facultad de Derecho organice un congreso sobre el falso síndrome de alienación parental, un mecanismo que establecieron los violadores, los pedófilos, para encubrir y justificar la violencia sexual que ejercen sobre las niñeces. Es grave que sea la facultad que estamos defendiendo con tanto esfuerzo de estas mismas políticas, la que esté promoviendo algo que va en contra de los derechos y de la salud integral de nuestra población. Y esto viene acompañado de otras políticas. Por ejemplo Lemoine, la diputada fascista, presentó un proyecto que busca revictimizar a quienes hemos hecho denuncias por situaciones de violencia, sobre todo a quienes hemos denunciado situaciones de violencia sexual. Es preocupante, entristece, pero nos encuentra organizándonos y luchando, porque a la violencia sexual en la niñez le decimos nunca más.”

Karina Vergara es activista lesbofeminista y psicoterapeuta mexicana. Ella nos dice: “Hablar de síndrome de alienación parental es hablar de revictimización y del fracaso del sistema de la legalidad, de la psicología, de la psicoterapia y del trabajo social, cuando interrumpen el principio básico de creerle a las víctimas. Lo que hace esta idea es silenciar a las víctimas, proteger a los violentadores. El problema más grave es que se pierde de vista que las personas que han vivido esta violencia -tanto del violentador directo como de las instituciones del estado que revinculan a los pequeños, las pequeñas con quienes les violentan-, viven secuelas por el resto de su vida. Se ha denunciado violencia física, violencia sexual, violencia psicológica, y el estado decide que quienes denuncian están mintiendo, y se pone en manos del violentador a personas muy vulnerables para que le siga violentando. Algo que no se está tomando en cuenta es qué pasa cuando transcurren los años. Les voy a comentar algunos elementos que he reunido en mi investigación: intentos suicidas, automutilación, dificultad para relacionarse, desconfianza generalizada, conductas de riesgo, violentas, adicciones, bajo rendimiento escolar, disociación, hipervigilancia, trastornos por ansiedad, indefensión aprendida, sentimientos de culpa, inseguridad social, el progenitor abusador es visto como todopoderoso, la progenitora protectora es vista con lástima, enojo, desprecio porque no pudieron salvarles, trastorno por estrés postraumático, trauma complejo. Cada vez que un magistrado, un juez, alguien desde la psicoterapia, la psicología, el trabajo social, un policía, participan en la revinculación con un violentador, lo que están haciendo es ser cómplices de quien violenta, es ser revictimizantes. Nadie en su sano juicio pondría la manita de un bebé en el fuego para ver si se quema. Después pueden hacerse experimentos, puede valorarse qué tanto quema el fuego o no, pero nadie debería poner la manita de un bebé en el fuego. ¿Por qué ponemos la vida de niño o niña en manos de quien ya se ha expresado que le lastima? Es una violencia imperdonable, una complicidad imperdonable. Me parece que es momento histórico de proteger a quienes están en desprotección”.

Activistas de Yo Sí te Creo que luchan contra el abuso sexual hacia la infancia (ASI), sobrevivientes de abuso sexual en la infancia y adolescencia, madres protectoras, colectivas feministas, organizaciones defensoras de derechos de las niñeces, docentes y estudiantes de Derecho, organizaciones profesionales, se han dirigido a las autoridades de la Facultad de Derecho, para exigir que no se realice un congreso que legitima estas violencias, y fortalece el negacionismo de la pedofilia y de la impunidad. Ante la falta de respuesta convocan este jueves 14/11 a las 17.30 hs. a un pañuelazo y radio abierta en la Facultad, una acción de repudio al congreso sobre “Alienación Parental” y Violencia Familiar.

Por las sobrevivientes, por la que no pudieron seguir adelante, por las niñas, niñes, niños que crecen con esa amenaza, por las madres que sufren la estigmatización por defender a sus hijas, hijes, por la libertad de crecen libres y no aterrorizadas, se propone esta acción colectiva, que es un modo también de defender la educación pública, cuidando que la misma no sea el lugar donde se adoctrinen profesionales negacionistas y encubridores de la pedofilia y la violencia, sino que esté al servicio del buen vivir, de la dignidad, de la justicia verdadera.  

Página12

Más noticias
Destacadas

Recibí información en tu mail