Kicillof: “Los mejores días fueron con Cristina”

El gobernador habló en Berisso rodeado de sus aliados; dijo que el tribunal que juzga a la expresidenta “es una vergüenza”; le apuntó al Gobierno y dijo: “Este desastre no dura para siempre”.

Política17/10/2024

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Axel Kicillof enfrentaba una verdadera prueba de carácter y liderazgo político en el acto que encabezó en Berisso para conmemorar el Día de la Lealtad Peronista, pocas horas antes de que se definan las candidaturas para la conducción del PJ. Eligió un discurso en el que midió cada palabra, consciente de que su mentora y jefa histórica, Cristina Kirchner, lo seguía con atención, a la distancia: ella aspira a presidir el partido y el principal obstáculo que le queda para desactivar una interna es la falta de un apoyo explícito del gobernador bonaerense.

El discurso de Kicillof combinó dos señales claras. Se presentó como “el futuro” del peronismo y el referente en condiciones de enfrentar el modelo de Javier Milei. Pero también enfatizó en la necesidad de “unidad” y regaló palabras de reconocimiento para Cristina que parecen anticipar un acercamiento.

“Festejamos la convicción de que este desastre de Milei no dura para siempre”, sentenció apenas inició su discurso, que duraría una hora exacta.

Muy pronto, mandó el primer mensaje explícito hacia la interna: “En pocos días un tribunal de la vergüenza en Comodoro Py, con una causa inventada y trucha, va a querer hacerle creer a alguien que Cristina es culpable en la causa Vialidad. ¡Mentira! ¡Basta de persecución, basta de proscripciones!” Aludió así a la decisión que el 13 de noviembre tomará la Cámara de Casación, encargada de revisar la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua dictada a la expresidenta el año pasado.

Después de una larga descripción crítica sobre la situación económica en la era de Milei, señaló: “Que nadie busque palabritas, porque si algo quiere la derecha es vernos divididos. Nunca me van a ver buscando divisiones”.

No dijo explícitamente que apoye o no a Cristina para presidir el PJ ni disimuló las diferencia. Pero sugirió que no busca escalar el conflicto. “No dramaticemos. Como dice Cristina en su documento, acá no sobra nadie. Y en la discusión todos somos iguales. Como decía Néstor, con la verdad relativa de cada uno vamos a construir una síntesis superadora. No me interesa disputar ninguna interna, mi responsabilidad y mi mandato es el de conducir un gobierno que está dedicado a proteger a los bonaerenses de lo que está haciendo Milei. Quiero colaborar con la construcción de una alternativa superadora y que ponga a la Argentina en una etapa de desarrollo justo. La única pelea que me interesa es la pelea contra las políticas de Milei. Mi opinión sobre lo que se estuvo discutiendo es unidad, unidad y unidad. Los mejores días siempre fueron con Cristina”.

En todo momento se mostró como la cabeza de un proyecto político de raigambre bonaerense pero de aspiración nacional. “Mientras Milei divide, nosotros sumamos”, enfatizó, leyendo con disimulo de un ayuda memoria puesto sobre el atril. Y siguió: “Al futuro no lo vamos a escribir solo los dirigentes. Lo tiene que escribir el pueblo en la calle. Por eso hemos ido a acompañar cada manifestación. Tenemos que ser alternativa: este proyecto le va a poner el año que viene un freno a Milei en la urna”.

La tensión entre Kicillof y Cristina es consecuencia de un largo proceso de desgaste entre el gobernador y La Cámpora, la agrupación fundada por Máximo Kirchner. Kicillof y la expresidenta se reunieron el lunes en total hermetismo, sin anuncios ni señales explícitas de cómo continúa la relación.

Las listas para la conducción del PJ cierran el fin de semana y hasta el inicio del acto Kicillof no había retirado el apoyo al proyecto encabezado por el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, lanzado con anterioridad al anuncio de Cristina sobre su intención de participar del proceso. Quintela no participó del acto en Berisso porque, según explicó, se trata de una actividad del peronismo bonaerense. Mañana tiene previsto encontrarse con Cristina, de cara a las definiciones.

Kicillof salió al escenario a las 17.23, acompañado por la vicegobernadora, Verónica Magario, y el intendente de Berisso, Fabián Cagliardi. “Es un día peronista. Este encuentro deja claro que no nos van a robar la alegría”, dijo al arrancar su discurso.

Exhibió el apoyo de dirigentes e intendentes que impulsan su armado político en Buenos Aires, alejado de La Cámpora, como Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mario Secco (Ensenada), presentes en Berisso. Otros que confirmaron asistencia son Julio Alak, de La Plata, Fabián Cagliardi, de Berisso, Juan José Mussi, de Berazategui y Andrés Watson, de Florencio Varela. Y desembarcó una delegación fuerte de la CGT, foco de resistencia a la entronización de Cristina como jefa formal del Partido Justicialista.

El gobernador fue el orador central del acto en la avenida Montevideo y Nueva York, el lugar que el peronismo considera “el Kilómetro 0 del movimiento”, por la gran cantidad de obreros que partieron desde allí hacia Plaza de Mayo en 1945 para exigir la liberación de Juan Domingo Perón.

En una particular explicación de aquel momento histórico, Kicillof dijo: “Un día como hoy recuperamos la democracia. Estaba el entonces coronel Perón preso, encerrado, apartado, primero en la isla Martín García, luego lo trajeron a un hospital. Había que dar vuelta esa situación de proscripción, de persecución, y miles de compañeros dieron vuelta la historia e hicieron surgir en la Argentina un nuevo país”.

Desde el público coreaban “Axel presidente” y consignas como “la patria no se vende” o “patria sí, colonia no”. Kicillof siguió: “Cuando Milei avanza se le dice: ‘Basta’. Eso es así porque en la Argentina pasó, pasará y volverá al Gobierno el peronismo”. En esa línea, dijo que “sin justicia social, la única libertad que avanza es la de los ricos”.

Defendió la universidad pública y la gratuidad, en medio del conflicto de los estudiantes con el gobierno nacional. “Me imagino a un garca como le duele que nuestros pibes y pibas tengan iguales derechos”.

El eje de mostrarse como la contracara a Milei articuló el discurso. Se refirió a un tuit de Milei en el que este jueves alardeó de haber recortado 82% las transferencias a las provincias, lo que definió como un ajuste a “la casta”. Respondió Kicillof: “¡Cuánta mentira, cuánta ignorancia! Subleva que alguien le pueda creer que eso es ajustar a la casta. A nuestra provincia lo que le recortaron fue el fondo para el transporte, que hacía más barato el boleto. Le recortaron el fondo de incentivo docente, que iba directo al bolsillo de los maestros. Recortaron el fondo de seguridad, que se usaba para comprar patrulleros. Entonces hay que definir de nuevo casta: ¡Basta de mentir, la casta no es el pueblo!”.

A su juicio, “cada vez que gobierna la derecha, hay ganadores y son los de la timba financiera”. Denunció, entonces, “un negociado de Milei fijando la devaluación en un 2% y la tasa en 4%. Es un esquema ponzi de afano y choreo al pueblo argentino”. Recordó que en la Provincia, el peronismo derrotó tres veces a Milei en las elecciones del año pasado (PASO, generales y ballottage).

“El peronismo, con sus aliados, con los sindicatos y los movimientos sociales, en nuestra provincia tiene y representa un proyecto, tiene un programa de trabajo: más industria y más trabajo, más escuelas, más agua y saneamiento, más centros de salud y universidades”, dijo, en tono proselitista.

Presencias

El escenario para el discurso contó con único atril y dos gradas para los dirigentes que respaldan al gobernador. “Lealtad al pueblo” y “La Patria no se vende” eran las leyendas sobre telas celestes que figuraban en el escenario. Las completó una figura que bosquejaba a Perón con su clásico saludo agitando las dos manos.

Dos locutores iniciaron el acto nombrando a agrupaciones sindicales presentes. En primer término, agradecieron a la CGT y a las dos vertientes de la CTA. Y nombraron, en particular, a los gremios de los tres secretarios generales de la central obrera: camioneros, sanidad y estaciones de servicio. Desde el escenario, se mencionó a Pablo Biró, y se le envió “solidaridad” por su desplazamiento del directorio de Aerolíneas Argentinas. Kicillof les dio después su apoyo “a la lucha para que no se vuelva a privatizar” la empresa.

Detrás de unas 30 hileras de sillas plásticas apostadas sobre la avenida Montevideo, se ubicaron los militantes. La agrupación de la Uocra La Plata referenciada con Iván “El General” Tobar, era una de las más visibles. “La Uocra no se hereda, la vamos a cuidar”, rezaba la bandera gremial del grupo enfrentado con los herederos de Juan Pablo “El Pata” Medina. Tobar también figuraba en pasacalles en las cercanías y en pintadas sobre paredones.

Los intendentes Fernando Espinoza (La Matanza), Gastón Granados (Ezeiza) y el local Cagliardi aportaron sus banderas. Secco sumó militancia del sindicato municipal local y pintadas en paredones cercanos. Muy visibles destacaban las pancartas de la agrupación La Patria es el Otro, del excamporista Andrés “Cuervo” Larroque. Es uno de los hombres clave del kicillofismo, junto con el ministro Carlos Bianco.

Héctor Daer, uno de los jefes de la CGT, llegó temprano al acto y dijo: “No hay que tener una mirada de ‘sos obediente o sos traidor’. Cristina es una compañera importantísima y Kicillof es el gobernador más importante que tiene la Argentina”.

Poco después aterrizó Pablo Moyano, afín a Cristina. Carlos Kunkel y los sindicalistas Roberto Baradel, Juan Carlos Schmidt, Oscar “Colo” de Isasi y Rodolfo Daer se ubicaron en las gradas principales, al igual que la gran mayoría de los ministros de la Provincia.

Ausencia camporista

La Cámpora faltó con aviso. La expresión del kirchnerismo sobre el Día de la Lealtad fue un acto organizado en la Federación Argentina de Box (FAB), en el barrio de Almagro. “La convocatoria se realiza en el marco de la reorganización del peronismo, la unidad, y el apoyo a la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner a encabezar el PJ nacional”, se afirma en la convocatoria, que no cuenta con el apoyo total del PJ porteño, pero sí con el aval de su presidente, Mariano Recalde, y de Víctor Santa María, jefe del sindicato de encargados de edificios. Ambos serán oradores.

En un reciente acto en La Plata, Máximo Kirchner había apuntado a Kicillof de manera directa, cuando aludió a los que se quejan del “dedo de Cristina” y sin embargo han sido beneficiados por ella. Entre los asistentes cantaban “si querés nuevas canciones, vení te presto la mía”, en alusión a las declaraciones del gobernador sobre la necesidad del peronismo de no seguir repitiendo las mismas melodías de siempre.

Antes de las conmemoraciones a Perón, la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti, de La Cámpora, cargó contra Kicillof: “El silencio de Axel es doloroso. Hay muchos que no entendemos por qué no se ha pronunciado a favor de que Cristina conduzca el PJ nacional. No sé cómo entre Cristina y Quintela no sabe a quién elegir. Me imagino que no es a Quintela, pero no lo ha dicho. Hoy en el el Día de la Lealtad esa situación es dolorosa”.

La expresidenta prefirió mostrarse en la Universidad de Avellaneda. Fue por sorpresa con la intención de apoyar la protesta de los estudiantes contra la política de ajuste de Milei y eludió todo comentario sobre la interna peronista.

El massismo tampoco se sumó al acto de Kicillof.

La Nación

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