Salta a dos velocidades

Opinion 26 de septiembre de 2023 Por Armando Caro Figueroa
El Valle de Lerma concentra demasiado poder institucional. En consecuencia, sus dirigentes políticos, gremiales, empresarios y corporativos son responsables de una buena parte del atraso y de las desigualdades que engendra la Salta conservadora.
columnas (23)

Hace falta mirar más allá del San Bernardo. Es preciso rediseñar las instituciones para generar nuevos equilibrios. Comenzando por el régimen electoral, que ha generado la crisis de representatividad que sufrimos. No es democrático que un gobernador (este, los anteriores, o quienes le sucedan) con un 37% de los votos pase a controlar el 90% de los poderes institucionales.

Hace tiempo que no viajaba por el interior de Salta. Pero en estos días anduve por Güemes, Campo Santo y Metán y pude comprobar -una vez más- que Salta funciona a dos velocidades. Al lado de la Salta burocrática donde reinan los privilegios, la caspa y las exclusiones, hay otra Salta pujante que produce para la región y para el mundo.

La Salta gris (y casi vencida) soporta estoicamente las consecuencias del modelo centralista y del capitalismo para los amigos. Están allí nuestros grandes problemas: pobreza, hacinamiento, mala calidad de los servicios públicos (desde al agua a la salud, pasando por la educación y la seguridad).

Pero, en lo que llamamos el “interior de Salta”, muchos sectores y actividades, muchas personas de todas las edades, mujeres y hombres, están creando riquezas y bienestar. Sucede con la minería en nuestra Puna. Con producciones tradicionales como el azúcar o el vino, la agricultura y la ganadería. O con la agroindustria que apunta a los alimentos o a los bicombustibles.

No se piense que estas producciones se asientan sobre herramientas, métodos y criterios del pasado. En nuestro sur las actividades del campo han ganado en calidad, productividad, y conexión con el mundo. La antigua Frontera muestra nuevas caras.

Asistí en Metán a la inauguración de una planta de servicios para la agricultura y la agroindustria. Un acto fantástico en donde muchas jóvenes y muchos jóvenes celebraron el acontecimiento y conversaron, con optimismo, sobre el futuro. La rápida visita me permitió comparar el panorama actual con el anterior capitalismo sureño y ver cómo las producciones tradicionales se han tecnificado, apuestan por la calidad, llegan a nuevos mercados y dan hoy trabajo a especialistas otrora desconocidos.     

Te puede interesar